1-O: Una chocolatada "low cost"
Alemania pide datos sobre la bronca de Montoro y Llarena. Cuento sobre cómo se pagó el referéndum. Un juez de Sabadell atornilla a los Mossos. La corbata del Rey
23 abril, 2018 09:25Será por dinero... El 1-O lo pagó el pueblo, según el soberanismo. El juez Llarena opina lo mismo. El relato nacionalista abunda en la generosidad de la grey independentista, en un esfuerzo económico privado sostenido por el altruismo de gente llana y anónima. Por contra, los investigadores de la Guardia Civil rastrean facturas y partidas de la administración autonómica tendentes a sufragar los inevitables costes de una convocatoria electoral. Al final, el pueblo, sólo que a escote, a partes iguales, sin saber que una parte de sus impuestos se ha dedicado a contribuir a la causa.
En la apertura de El País aluden al desvío de fondos públicos para el Procés, pero descartan la existencia de grandes mecenas en el concreto del 1-O. El diario de Prisa da voz a un integrante de la cúpula procesista que prefiere que no se sepa su nombre y se sepa esto otro: "“El referéndum salió adelante gracias al trabajo voluntario de una red de miles de personas que han colaborado de forma altruista”, dice uno de los integrantes del estado mayor que lideró el proceso secesionista. “El Estado no va a poder demostrar la malversación porque no existe. El único gasto público vinculado al referéndum es el realizado por Diplocat [organismo creado en 2012 para promover el conocimiento de Cataluña en el exterior] para sufragar la presencia de observadores internacionales. No hay más”".
Sigue la pieza: "El mismo interlocutor, que pide mantener el anonimato, asegura que “el costo total del 1-O no superó los 200.000 euros”. “La mitad se empleó en comprar las urnas en China, 50.000 euros más se destinaron a una primera impresión de papeletas en Francia que fueron intervenidas por la Guardia Civil, y las que finalmente se utilizaron para votar fueron costeadas por un colectivo autodenominado Impresores por la democracia. Los 50.000 euros restantes se gastaron en tecnología. Todos los pagos se hicieron fuera de España y fueron abonados por particulares que comparten nuestra apuesta por la independencia”".
El dinero ya no es problema tras el capotazo de Montoro a los colegas políticos presos y fugados. Comienza a perfilarse la negativa alemana a extraditar a Puigdemont salvo giro inesperado de los acontecimientos.
Más dinero. El 3% pasa a la Audiencia Nacional, en El Periódico: "El magistrado José de la Mata, titular del Juzgado Central de Instrucción nº 5, ha aceptado recibir el caso del Juzgado nº 1 de El Vendrell (Baix Penedès), después de que este se inhibiera a petición de la Fiscalía Anticorrupción, porque se trata, afirma en su auto, de "una conducta sistemática, estructural y organizada de manipulación de la contratación pública a gran escala (…) a lo largo de muchos años con participación de un partido político de Gobierno (Convergència), fundaciones (Catdem y Forum) y múltiples instituciones públicas (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Autoridad Portuaria, distintos municipios catalanes…), junto a decenas de empresas de ámbito nacional y autonómico"".
Y más jueces. El interrogatorio de un juez de Sabadell a mandos de los Mossos abre El Mundo. "En los colegios nos dijeron que hacían una chocolatada y nos fuimos" es el titular de la pieza, que adjunta vídeo con los mejores momentos de la deposición general. Un par de párrafos a modo de ejemplo: "Los mossos explicaron que la falta de medios de que dispusieron fue alarmante y que no pudieron "hacer más" de lo que hicieron. "No teníamos precintos, no teníamos candados, no teníamos cadenas, utilizamos para poder precintar los colegios al final de la votación una cinta que usamos para embargos y que teníamos en un armario", explicaron. "Algunos mossos tuvieron que ir con sus coches particulares"".
Y: "A su vez, reconocieron que la noche anterior se encontraron en algunos puntos de votación con personas que ya estaban concentradas. "¿Por qué no las desalojaron?", insistió el magistrado. "Preguntamos que qué estaban haciendo y nos dijeron que una chocolatada, no vimos ninguna urna y nos fuimos"".
El secesionismo se solaza con la pitada al himno de España y se ríe de la requisa de camisetas y bufandas amarillas. El Nacional destaca la corbata del Rey, enésima "ofensa" del monarca a Cataluña. Era a rayas blancas y rojas, en teoría los colores del Sevilla. Y en Vilaweb; el Sant Jordi más amarillo. Tengan cuidado ahí fuera.