El exprimer ministro francés Manuel Valls en una imagen de archivo / EFE

El exprimer ministro francés Manuel Valls en una imagen de archivo / EFE

Política

Valls se centrará en Colau para combatir la “degradación” de Barcelona

El ex primer ministro francés dará cuenta este martes de su candidatura a la alcaldía con el objetivo de debatir sobre las deficiencias de la ciudad

25 septiembre, 2018 00:00

Llega el momento. Manuel Valls oficializará este martes su candidatura a la alcaldía de Barcelona en un hecho sin precedentes: un ex primer ministro, de Francia, opta a liderar una gran capital de otro país, pese a que Valls naciera en Barcelona. Y buscará esa victoria electoral con un modelo de gestión contrapuesto al de Ada Colau. Lejos de presentar batalla contra el independentismo –una cuestión que no rehuye y que será también determinante—, Valls está dispuesto a combatir “la degradación” que, a su juicio, se ha instalado en Barcelona, con problemas serios en distritos como Ciutat Vella, con dificultades enormes en el campo de la vivienda, y con un turismo que resulta beneficioso, pero que ha desbordado la capital catalana.

El político francés, que dejará su acta de diputado en la asamblea francesa, lo que comportará, con toda probabilidad, que la mayoría de Macron pierda un efectivo, en beneficio de la Francia Insumisa, la formación de Mélenchon, buscará un cuerpo a cuerpo con Colau, a la espera de la reacción del independentismo, que, por ahora, tiene al candidato de ERC, Ernest Maragall, como su referente.

El sueño europeo

Será en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona), un auténtico emblema del socialismo barcelonés, que ha sido dirigido durante años por el filósofo Josep Ramoneda, como un bastión cultural e ideológico del modelo maragallista, el que todos los candidatos quieren ahora recuperar. En ese espacio, Valls anunciará por qué se presenta como alcaldable, con la esperanza de que se abra un nuevo camino, marcado por el europeísmo.

Aunque ese será el punto débil, en el que incidirán los distintos candidatos, Valls quiere que se transforme en un auténtico valor: un político francés, a punto de llegar a la cúspide –las elecciones a la presidencia francesa, a las que no llegó a optar al perder las primarias— nacido en Barcelona, pero con su carrera personal y profesional en Francia, decide ser candidato a la alcaldía de la segunda ciudad de España y la capital de Cataluña. ¿No era ese el sueño europeo?

Valores culturales

En la tarde de este lunes, su núcleo de confianza, capitaneado por Xavier Roig --que fue uno de los hombres de confianza de Pasqual Maragall—, ultimaba su discurso en el CCCB, que no estará abierto, posteriormente, a las preguntas de los periodistas. Eso lo dejará para los próximos días, dispuesto a despejar todas las incógnitas.

Valls quiere centrarse, por tanto, en los problemas estrictos de la ciudad, con una obsesión particular: encauzar la capital catalana en la red de ciudades mundiales que destacan por sus valores culturales y su potencial de arrastrar al mundo del arte y de la cultura. Eso sin descuidar la vivienda, las narcosalas, el orden en la trama urbana, todo en lo que Ada Colau se ha visto desbordada.

Frente al independentismo

Aceptará el desafío que supone llegar a una ciudad, que pese a conocerla, tiene claves internas, características específicas, con barrios que se decantan por un candidato u otro por muchas razones. Por ello, candidatos como el socialista Jaume Collboni, que llevan años preparando el terreno, que han logrado la complicidad de muchos actores sociales y económicos, esperan superar al político francés.

Las dudas no son menores, tampoco, en la otra pata de la campaña electoral que se avecina: el choque entre el constitucionalismo y el independentismo, que quiere Barcelona como agua de mayo para que sea el banderín internacional del movimiento.

Orden, en la Barcelona convergente

Valls, que aceptó la propuesta de Ciudadanos para que fuera su candidato, ha ido transformando su proyecto, y su intención es que su candidatura sea transversal y claramente catalanista. En los últimos días ha mantenido contactos con dirigentes de Lliures y personalidades ligadas a los democristianos de Unió Democràtica. Aunque no hay nada cerrado todavía, la formación que dirige Antoni Fernández Teixidó podría integrarse en la candidatura, aportando uno o dos miembros. Eso podría posibilitar, más allá de la fuerza concreta de esos partidos, que los votantes de la antigua Convergència apuesten por Valls en distritos como Les Corts, Sarrià o, incluso, en el Eixample. El problema puede llegar con el PP, que desea ahora mantener una candidatura propia, lo que podría dividir ese voto de orden.

El independentismo ha comenzado a tomarse muy en serio la candidatura de Valls. Al margen de la decisión de ERC, de sustituir a Alfred Bosch por Ernest Maragall, la presión ahora se instala en el mundo de Carles Puigdemont, y en el PDeCAT, que había celebrado unas primarias, con Neus Munté como ganadora, pero que, cuya lista, la podría encabezar Ferran Mascarell, aunque se sigue pensando en alguna figura mediática.

¿En la oposición?

Lo que se inicia este martes, con Valls, es una carrera por la alcaldía de Barcelona que va más allá de la capital catalana. Los medios franceses insisten en que si Valls no gana, es difícil que aguante como concejal en la oposición. Pero el francés ha decidido un cambio vital, y está interesado en la política catalana y española, consciente de los cambios que se pueden producir en los próximos años, y en la posibilidad de elecciones, tanto al Parlament de Cataluña como al Congreso de los Diputados.

Es Valls un elemento disruptivo que arranca este martes en el CCCB.