Ciutat Vella, el distrito que 'amarga' a Ada Colau
Esta semana los vecinos de la Barceloneta se han manifestado hasta en dos ocasiones para protestar contra la falta de seguridad y el incivismo, unos problemas compartidos por el resto de barrios
19 agosto, 2018 00:49Ciutat Vella se ha convertido en el último año en un foco de problemas para Ada Colau. La alcaldesa ha tenido que enfrentarse a múltiples polémicas generadas por la falta de seguridad e incivismo que denuncian casi cada día los vecinos de este distrito.
Narcopisos, reyertas a plena luz del día, suciedad, campamentos de turistas en el espacio público... a diario salen a la luz nuevas noticias relacionadas con la degradación que sufren los barrios que componen Ciutat Vella, y que tensan cada vez más las relaciones entre los comunes y este distrito.
Éxito de Colau en 2015
Una relación muy diferente a la que mantenían hace poco más de tres años. Ciutat Vella fue uno de los seis distritos de Barcelona –de los diez existentes– en los que Barcelona en Comú se impuso en las pasadas elecciones municipales de 2015.
De hecho, los comunes ganaron de forma rotunda en los cuatro barrios que componen Ciutat Vella –Raval, Gòtic, Barceloneta y Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera–. Un dato que ilustra la fuerza con la que penetró Ada Colau en estos barrios de tradición obrera.
Capitalización del descontento
La contundente victoria de los comunes en esta zona de Barcelona se atribuye en parte a la capitalización del descontento existente entre los vecinos por los mismos problemas que denuncian de nuevo.
Durante los meses previos a las pasadas elecciones municipales, la masificación turística y los efectos colaterales de este fenómeno entraron por primera vez en la agenda mediática y política en la ciudad de Barcelona.
Ante la falta de respuestas del anterior gobierno municipal sobre esta cuestión –entonces liderado por Xavier Trias–, Ada Colau consiguió representar el malestar de los residentes de Ciutat Vella. Gala Pin, que en aquél momento era una reconocida activista de la Barceloneta, pasó a formar parte del núcleo duro de Barcelona en Comú, lo que podía inducir a una mayor atención a los problemas del barrio si los comunes llegaban al poder.
Hartazgo de los vecinos
Sin embargo, tras el triunfo de Colau, los ansiados cambios exigidos por parte de los vecinos no llegaron, lo que empezó a impacientar a algunas asociaciones vecinales. Tan sólo tres meses después de la victoria de los comunes, la asociación La Barceloneta diu prou se manifestó delante del ayuntamiento denunciando la falta de comunicación con el nuevo consistorio. La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, les contestó a través de una publicación en Facebook, donde reconocía que "que cuando uno sufre y vive un problema en propias carnes cada día, todas las medidas llegan tarde y son insuficientes". Por ello, les pedía tiempo, y les animaba a mantener "la ciudad movilizada" para "cambiar el modelo de ciudad".
Tres años más tarde, los vecinos de la Barceloneta han vuelto a movilizarse, aunque esta vez su hartazgo y su capacidad de espera ha llegado al límite. Denuncian un mayor deterioro del barrio en el último año, con graves problemas en materia de seguridad e incivismo. La manifestación de ayer sábado estuvo marcada por estos dos temas, donde los vecinos exigieron por segunda vez en una misma semana medidas urgentes para paliar los problemas que sufren a diario.
Turno de la Barceloneta
Ante las exigencias vecinales, el consistorio se remite al plan de choque de Ciutat Vella aprobado el pasado mes de mayo con el apoyo de Xavier Trias. No obstante, los vecinos consideran que los acontecimientos de estos meses de verano han demostrado que este plan ha sido insuficiente, una visión que compartieron los partidos de la oposición en la pasada comisión de Presidencia del 20 de junio.
Tras el pico de protestas de los vecinos del Gótico contra los narcopisos en primavera, ahora son los vecinos de la Barceloneta los que han puesto el grito en el cielo por los continuos problemas que sufre este barrio costero.
La manifestación de este sábado acabó con una advertencia contra la alcaldesa Ada Colau: seguirán protestando hasta que se garantice mayor seguridad. De no ser así, la "ciudad movilizada" que auguraba Gala Pin en 2015 podría acabar girándose en contra de los comunes a escasos meses de las próximas elecciones municipales