Las opciones del Gobierno para sacar adelante los Presupuestos
El bloqueo de PP y Cs en la Mesa del Congreso a la enmienda para sortear el veto del Senado al techo de gasto deja a Sánchez con pocas alternativas viables
25 septiembre, 2018 00:00El bloqueo de la Mesa del Congreso a la enmienda del PSOE que permitiría al Gobierno aprobar un nuevo techo de gasto saltándose el veto del Senado --donde el PP tiene mayoría absoluta y podría tumbarlo-- deja a Pedro Sánchez en una situación delicada que vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de un adelanto electoral.
La decisión de la mayoría de PP y Cs en el órgano rector de la Cámara baja --suman cinco votos frente a los cuatro de socialistas y Unidos Podemos-- complica las opciones del ejecutivo para aprobar en las próximas semanas los Presupuestos Generales del Estado de 2019 que está negociando con la formación morada, flexibilizando los objetivos de déficit y deuda que había aprobado el Gobierno de Rajoy. Así las cosas, ¿qué alternativas le quedan a Sánchez?
Seis meses por la vía ordinaria
El Gobierno pretendía contar en los nuevos Presupuestos con las seis décimas adicionales de déficit concedidas por Bruselas para el año que viene, unos 6.000 millones de euros, de los que 5.000 irían a las CCAA y los 1.000 restantes a la Administración General del Estado.
El procedimiento ordinario pasaría por modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria antes de confeccionar los Presupuestos, pero eso podría suponer un trámite de hasta seis meses. Por ello, el PSOE buscó un atajo a través de una enmienda a ley de medidas contra la violencia machista aprobada en la Comisión de Justicia. Atajo que PP y Cs, de momento, han logrado parar.
Resignarse a obtener 1.000 millones de otras partidas
Pese al revolcón, el Gobierno mantiene su calendario previsto y confía aprobar las cuentas a finales de noviembre o principios de diciembre, enviando a Bruselas a mediados de octubre el plan presupuestario. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha explicado que habrá que esperar a ver cómo está de avanzada entonces la modificación parlamentaria de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Si, como es previsible, el cambio no se ha podido efectuar para entonces, el Gobierno deberá resignarse a trabajar con la senda de déficit prevista por Rajoy. Aunque Montero ha asegurado que al menos la Administración General del Estado podrá contar con los 1.000 millones adicionales de gasto previstos, al ser una cantidad “perfectamente absorbible” por el resto de partidas presupuestarias.
Recurrir al Tribunal Constitucional
Una alternativa que barajan el PSOE y Unidos Podemos es recurrir al Tribunal Constitucional (TC) el bloqueo de la enmienda con el argumento de que la Mesa del Congreso no tiene potestad para hacerlo. En ese sentido, los socialistas recuerdan que el PP ha utilizado en numerosas veces el atajo de enmendar una ley que se está tramitando para modificar otra.
Sin embargo, el propio PSOE llevó esta práctica al Constitucional en 2003, y ocho años después --en 2011--, el alto tribunal sentenció que es ilegal que haya “una absoluta desconexión” entre la ley a trámite y la enmienda presentada. Esto prácticamente cierra la puerta a la vía del recurso al TC.
Continuar la batalla en la Mesa
En todo caso, los socialistas no dan la batalla por perdida en la Mesa del Congreso y han anunciado que pedirán formalmente al órgano presidido por Ana Pastor (PP) que reconsidere su decisión. Para el PSOE, el rechazo de la enmienda es “arbitrario”, “inaudito” e “inaceptable”. Además, ponen el acento en la negativa de PP y Cs a solicitar un informe técnico a los letrados de la cámara que habían pedido los socialistas y Unidos Podemos con el argumento de que no había duda de la falta de conexión entre la ley y la enmienda.
El PSOE insiste en que la decisión de la Mesa es “contraria a la legalidad”, en concreto a una resolución de la Presidencia del Congreso del 23 de septiembre de 1986, que reconoce la competencia de la Mesa de la Comisión en la admisión a trámite de las enmiendas a las iniciativas en proceso. Y advierten de que no van a tirar la toalla en su "empeño por cumplir la voluntad de la mayoría del pleno" del Congreso. Sin embargo, son conscientes de que la sombra de las elecciones es cada vez más alargada.