“Sentí terror, vergüenza y humillación”
El sumario de la Operación Anubis recoge el angustioso testimonio de la secretaria del Juzgado número 13 que se quedó encerrada en el Departamento de Economía
31 octubre, 2017 00:00El controvertido registro en la sede del Departamento de Economía el pasado 20 de septiembre ha sido inmortalizado en un desgarrador alegato por parte de la secretaria judicial (letrada del Estado), un escrito que obra en el sumario de la llamada Operación Anubis.
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Según esa declaración, la secretaria judicial permaneció retenida tres horas contra su voluntad junto con las otras 20 personas que formaban parte de la comitiva judicial enviada por el juez de instrucción número 13 de Barcelona al Departamento de Economía para participar en un registro vinculado con el 1-O.
Angustioso registro
“Pongo de manifiesto la sensación de absoluto abandono que padecí y el terror de ver aquella cantidad de gente enardecida y fuera de control”. Así se expresa la secretaria, que llegó poco antes de las nueve de la mañana al edificio de Economía. “Ya se observaban en la calle personas filmando y haciendo fotografías. A aquella hora el acceso al edificio había quedado completamente taponado por una masa de gente gritando y enarbolando banderas”.
Los registros dieron comienzo, pero los altos cargos del departamento cuyos despachos eran objeto de la diligencia no estaban presentes ni podían llegar porque era imposible acceder al edificio.
Sànchez entra en acción
“A lo largo de la mañana, el responsable de la Guardia Civil del equipo encargado del registro me manifiesta que había hablado con el señor Sànchez (ANC), quien quería pactar las condiciones para permitir el acceso de los detenidos, pero dichas condiciones no fueron aceptadas por la Guardia Civil. El resultado fue la continuación del registro bajo constantes gritos.
Así pues los registros que buscaban listas electorales ilegales y archivos de datos peatonales empezaron con la muchedumbre en la calle.
Contacto con los Mossos
El primer contacto con los Mossos d'Esquadra se produce también a primera hora de la mañana: “La Guardia Civil pidió a la intendente de los Mossos d'Esquadra encargada de la seguridad del edificio que solicitara los medios necesarios para garantizar el orden público contestándole la misma que a su juicio, y tras consultar con su superior, no tenía por qué producirse ninguna alteración del orden y que no solicitaría apoyo”. La secretaria judicial, abrumada y temerosa, según sus palabras, por la situación que se vivía añade en su estricto: “La mossa d'esquadra consideró que los dos mossos que custodiaban la puerta eran suficientes”.
Entonces, a las diez de la mañana del día 20, ya eran miles las personas agolpadas frente a la conselleria.
Y continuaban los registros. A primera hora de la tarde, la comisión judicial hace un parón para comer pero es imposible salir al exterior a buscar comida. “Sobre las cuatro de la tarde me comentaban que una mossa d'esquadra se apiadó de nosotros y consiguió traer escondidos cinco bocadillos para 20 personas que formamos la comitiva judicial”.
“Quería salir”
El registro concluyó a las 20.40. Una hora después, la secretaria judicial pidió ayuda a la Guardia Civil para salir del edificio sitiado. Lo explica así: “El agente se estaba entrevistando con el señor Sànchez sobre la forma de permitirnos la salida con seguridad y garantías, cosa que el señor Sànchez no pudo asumir.
Y añade: “Se me ofreció salir por la puerta principal acompañada por dos mossos hasta la primera esquina libre y que siguiera por mi cuenta, cosa que yo no acepté. O salíamos todos, o no”.
Como delincuentes
La situación era cada vez más angustiosa en el interior de aquel edificio.
“Sobre las 22.30 horas pedí ayuda al juzgado de guardia de incidencias. El magistrado llamó a [Josep Lluís] Trapero apercibiéndole para que diera las órdenes oportunas para poner fin a la retención ilegal que venía padeciendo desde las 20.40”.
La secretaria indica en su declaración que a las 23.30 se le ofreció salir del edificio por un acceso trasero “trepando y escalando tejados y azoteas": "No podía más, y acepté".
Su informe lo concluye con una frase lapidaria: “Esta letrada jamás ha sentido mayor vergüenza y humillación al verse obligada a escapar cual delincuente escondiéndose de la vista de unos alterados. Pongo de manifiesto la sensación de absoluto abandono que padecí y el terror de ver aquella cantidad de gente enardecida y fuera de control”.