Fernando Sánchez Costa, presidente de SCC, durante la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

Fernando Sánchez Costa, presidente de SCC, durante la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

Política

SCC: “El constitucionalismo debe contar con el PSC para derrotar al nacionalismo”

El presidente de la entidad, Fernando Sánchez Costa, advierte de que los catalanes no nacionalistas no aceptarán volver a ser "moneda de cambio" de pactos entre el Gobierno y la Generalitat

28 agosto, 2019 00:00

El presidente de Societat Civil Catalana (SCC), Fernando Sánchez Costa (Barcelona, 1984), sale al paso de las críticas recibidas en las últimas semanas desde algunos sectores del constitucionalismo catalán por propugnar una estrategia para tratar de “convencer” al independentismo de que se implique en un proyecto para mejorar España. En una extensa entrevista para Crónica Global --ofrecida en dos partes--, el nuevo máximo responsable de la entidad --fue elegido para el cargo a finales de junio-- explica detalladamente y con todo tipo de matices cuáles son las propuestas con las que quiere afrontar su mandato.

-Pregunta: ¿Qué pretendía cuando señaló que “no se puede decir no a dos millones de personas”, en referencia a los independentistas, y que ha generado tanta polémica? ¿Por qué no se les puede decir que no?

-Respuesta: Evidentemente, en una sociedad democrática y constitucional como la nuestra hay que decir no, siempre, a todo aquello que se salga del marco constitucional y legal. Sin embargo, yo no me refería tanto a los dirigentes políticos como a la forma de desbloquear la situación en Cataluña, que a nivel sociológico es enormemente complicada. No tenemos solo un problema político y jurídico, sino una problemática social muy fuerte con un 47% de independentistas que permanecen así desde hace seis o siete años. Y ante una movilización muy importante, aunque no mayoritaria, es bueno canalizar eso porque las movilizaciones históricas o las encauzas o te desbordan habitualmente.

-¿Y cómo proponen canalizarla?

-SCC no tiene una receta única, pero sí puede abrir algunos horizontes y algunos debates que luego sirvan para llegar a conclusiones que nos permitan superar por elevación el problema que tenemos. Nosotros en Cataluña tenemos una situación enrocada, y de este laberinto solo saldremos por elevación. Evidentemente, siempre dentro del marco legal y constitucional. SCC ha nacido para defender la Constitución en Cataluña y siempre lo hará. Pero de esta situación solo se sale abriendo un horizonte común por delante, mirando hacia el futuro conjuntamente. Es decir, aprovechando la crisis también como oportunidad, diciendo: esta crisis nos puede servir para mejorar España y para mejorar Cataluña. Yo decía: utilicemos algunas de estas energías cívicas que ha puesto sobre la mesa el independentismo para pensar cómo hacer una España mejor para todos. Y aprovechemos también este momento para mejorar Cataluña. Porque lo primero que tiene que modificarse es Cataluña. Cataluña tiene importantes problemas y déficits democráticos, y estos tienen que ser subsanados.

-No todo el mundo se ha mostrado de acuerdo con esta fórmula.

La polémica que han generado algunas de mis declaraciones indican --y es muy bueno que sea así-- que el constitucionalismo catalán no es el mismo que hace 20 años. Es un constitucionalismo vivo, fuerte, que no quiere volver a ser moneda de cambio en Madrid de nada. Y cuando nosotros hablamos de una dinámica de diálogo dentro de la Constitución, hablamos de escuchar a los otros y hablamos de que la Generalitat, de una vez, escuche a esa mayoría de catalanes no independentistas que han sido tantas veces invisibles y que tienen sus reivindicaciones. Y SCC siempre va a hacer bandera de estas reivindicaciones.

Retrato de Fernando Sánchez Costa después de la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

Retrato de Fernando Sánchez Costa después de la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

-¿Cuáles serían esas reivindicaciones?

Por ejemplo --y estamos hablando de un marco de condiciones para el diálogo-- el fin de la colonización ideológica de los espacios públicos; el fin de la inmersión y del sesgo en las escuelas; el fin de los medios como espacios de propaganda; el fin de la presión ambiental, sobre todo en la Cataluña interior; el fin de la dedicación del dinero a causas ilegales, y el fin del uso político de los Mossos. Estas son algunas de las condiciones que nosotros ponemos. Porque creemos que se puede mejorar España y tenemos una oportunidad para hacerlo, pero primero hay que cambiar Cataluña profundamente

-¿Y eso cómo se consigue?

-La principal forma para conseguir estos cambios en Cataluña es lograr una mayoría no partidaria de la ruptura en la Generalitat. Y para eso es importante convencer también a la mayoría de catalanes de que hay alternativas mejores al procés. Ya va siendo hora de acabar con esta pesadilla que nos está chupando la vida. Para eso, necesitamos una mayoría alternativa, necesitamos hacer pedagogía, necesitamos convencer a la mayoría de los catalanes de que hay otras fórmulas para defender a Cataluña y a los catalanes al margen de la cultura independentista.

-Y en ese espacio, ¿qué papel debe ocupar el PSC? Desde Cs se le acusa de hacer seguidismo del PSC, creando una grieta en el constitucionalismo.

-Durante mucho tiempo, en los entornos del PP, se acusaba a SCC de ser una plataforma de Cs. En otras ocasiones, desde Cs se nos acusa de estar demasiado cercanos al PSC. Eso lo que revela es que nosotros tenemos unos criterios propios que no se identifican con ningún partido concreto. Nosotros intentamos tener la mejor relación posible con todos los partidos constitucionalistas y SCC ha ejercido una labor bonita de síntesis, de laboratorio del constitucionalismo.

-Pero las críticas de Cs han enrarecido el ambiente.

-Nosotros reconocemos el papel histórico de Cs en Cataluña. Cs es el primer partido constitucionalista que ganó las elecciones en Cataluña. Es un partido que ha roto muchos tabúes que había en el consenso político catalán y pensamos que tiene un papel muy importante. Nosotros queremos tener una buena relación con ellos, entre otras cosas, porque también hay mucha gente que participa de SCC que se siente cercana a Cs, como otras al PSC, como otras al PP, como otras al catalanismo no independentista o hasta a algunos sectores de los comunes. Pero nosotros tenemos también nuestros criterios aprobados en un plan estratégico que no se identifican con ningún partido, que en algunos punto son más cercanos a unos, en otros a otros y que al final están al servicio del constitucionalismo en general. Y el PSC tiene un papel decisivo como lo tienen los demás partidos constitucionalistas en Cataluña.

Fernando Sánchez Costa, durante la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

Fernando Sánchez Costa, durante la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

-¿Para superar el bloqueo actual, hay que contar con el PSC?

-Evidentemente. El constitucionalismo debe contar con el PSC para derrotar al nacionalismo. Y lo mejor sería, en estos momentos, que los partidos constitucionalistas a nivel nacional supieran llevar a la Moncloa el espíritu del 8 de octubre, que sacó a un millón de personas a las calles de Cataluña; personas de Cs, del PP, socialistas… Y con ese espíritu de concordia, de poner España y la Constitución por delante de las divergencias, deberíamos también ser capaces de lograr una mayoría sólida y estable en Madrid que nos permitiera defender la Constitución y dar una respuesta al problema catalán tan fuerte que vivimos.

-¿Quién ha roto ese espíritu?

-Seguramente todos tenemos parte de responsabilidad en no haber sabido mantener el espíritu del 8 de octubre. Pero en todo en la vida hay que mirar hacia adelante y tenemos una oportunidad histórica en España. Fijémonos que España tiene una posición geoestratégica envidiable en estos momentos por la situación europea del Brexit e Italia. Podemos ser motores de Europa, somos puente con América, somos puerta de África… podríamos liderar el crecimiento en Europa y ser un actor global de primerísimo nivel y estamos frenados por esa discrepancia y por ese partidismo que nos atenaza. Por eso, desde SCC pedimos generosidad, valentía, sentido de Estado, sentido de España y sentido de la Constitución. Porque España es más que una retórica, es un compromiso y una valentía para defender nuestro proyecto común.

-¿Hay que hablar con el nuevo catalanismo que intenta resituarse, o mantener los dos bloques que se han mantenido hasta ahora?

-Lo que hay que hacer es ganarle la partida al independentismo. Y todo aquel proyecto político que esté dentro del marco de la Constitución es bienvenido a esta tarea, sobre todo si sirve para ampliar la base del constitucionalismo en Cataluña. Siempre que se mantenga dentro del marco constitucional... Es muy importante defender la Constitución, que es la mejor de la historia de España, enormemente pluralista, es una referencia en muchas partes del mundo. La Constitución es la letra y es también un espíritu de concordia, de integración. Estos dos elementos nos permiten perfectamente desbloquear la crisis catalana: la letra y el espíritu de la Constitución. Y ahí, si hay una parte del catalanismo que quiere estar... Hay muchas maneras de entender Cataluña y muchas maneras de entender España. Todas ellas son buenas mientras sirvan para mantener nuestra vida en común. No hay que tener miedo al catalanismo, siempre que esté dentro del marco de la Constitución.

-Pero el catalanismo está a favor de la inmersión, del referéndum independentista, del concierto económico y es más confederal que federal. ¿Eso no choca con los planteamientos de SCC?

-No lo veo así. Hay un catalanismo que tiene estos planteamientos y un catalanismo que tiene unos planteamientos muy distintos. En cualquier caso, evidentemente nosotros siempre hemos defendido y defenderemos la soberanía nacional española. Y estaremos cerca con todo aquel que se mueva en esa soberanía nacional compartida; fuera, no.

Material para la entrevista a Fernando Sánchez Costa en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

Material para la entrevista a Fernando Sánchez Costa en 'Crónica Global' / LENA PRIETO

-¿Tienen relación con la Lliga Democràtica?

-Se acaban de constituir y, desde entonces, no hemos tenido relación institucional. Pero nosotros tendremos relación e interlocución con cualquier partido que defienda la continuidad del proyecto común español, cada uno a su manera y a sus acentos, aunque no haremos campaña por ninguno de ellos.

-El vicepresidente de SCC Xavier Marín ha propuesto ilegalizar los partidos independentistas.

-SCC es un proyecto muy amplio en el que hay opiniones muy distintas de gente muy variada de procedencias y de culturas políticas a veces opuestas. El 7 de septiembre tenemos un acto histórico sobre convivencia lingüística en Cataluña, donde vamos a abordar la historia de nuestras dos lenguas comunes, el catalán y el español, y también cómo defender los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos. Y ahí nos veremos las caras, por ejemplo, con Félix Ovejero. Y yo estoy muy contento. SCC es un instrumento para que todo aquel que tenga ideas en favor de la unidad pueda ponerlas en marcha. Esta iniciativa sale de una persona de la junta que hace meses que propone esto. Cualquier ciudadano que tenga una iniciativa que contribuya a la concordia y a la unidad, pondremos a su disposición nuestra estructura, esté más o menos en línea con lo que piense su presidente sobre un tema. Y es muy bueno que haya debate interno en SCC. Pues Xavier Marín expuso su opinión, que yo no comparto personalmente, entre otras cosas porque es contraria a la doctrina del Tribunal Constitucional. Por eso me parece que Xavier Marín lo que proponía era una reforma constitucional para lograrlo. Pero yo creo que en tema de derechos y libertades políticas hay que ser muy cuidadoso. Aunque, evidentemente, cuando un partido activa y continuadamente promueve la ruptura del marco constitucional con sus acciones, eso debe tener consecuencias. Pero el TC ha dicho que la aspiración de la independencia no es ilegítima ni está fuera de la Constitución, si se siguen los cauces legales.

-Una de las acusaciones que se vierten desde Cs es que SCC está defendiendo al Gobierno. ¿Qué rol debe jugar el Gobierno --sea del color que sea-- para ayudar a SCC en esta tarea en Cataluña?

-SCC intenta tener buena relación con el Gobierno español, que es y debe ser el Gobierno de todos los españoles. Lo que no significa que esté al servicio del Gobierno español. En algunas cuestiones compartimos su planteamiento, y en otras defenderemos lo que nosotros hemos aprobado en la asamblea. SCC, ante un posible marco de negociación o de diálogo político --que puede darse gobierne quien gobierne--, pondremos siempre sobre la mesa las reivindicaciones de los catalanes no nacionalistas, no independentistas, que durante mucho tiempo han sido olvidadas por gobiernos del PSOE y del PP, que se han visto en la necesidad de pactar con los nacionalistas, y que también han caído en esa tendencia a identificar Cataluña con los nacionalistas. Ahí siempre estará SCC para decir: hay otros catalanes que piden otras muchas cosas y que no van a aceptar que haya un acuerdo solo entre las élites de Barcelona y las élites de Madrid.

-O sea, están en contra de un pacto con ERC, el PDeCAT, Bildu…

-Nosotros estamos a favor de explorar todas las vías para un pacto entre los partidos que defienden la Constitución. Y desde un Gobierno estable, defender la Constitución y solucionar la cuestión catalana, encauzándola también para lograr una mejor convivencia en Cataluña.

-¿Existe el sanchismo? ¿Se ha plegado a los intereses de los independentistas, como dice Cs?

-No voy a entrar en debates partidistas legítimos que son valoraciones. En la vida hay mucha parte de interpretación. Cuando yo hablaba de que no podías decirle a millones de personas que no, tenía sentido lo que habían hecho porque no podría ser aceptado desde un punto de vista psicológico, social y político, lo que intentaba era precisamente aplicar la hermenéutica de Gadamer, de Ricoeur, de Koselleck a la solución del procés, y decir: no va a funcionar una negación absoluta, pero puede funcionar una reinterpretación por parte del independentismo de su propio movimiento dentro de España. Era una vía que abría para la reflexión del propio independentismo. Pero estas cuestiones de filosofía no son fáciles de explicar en una entrevista periodística.

-¿ERC está entrando en una posición que podría ayudar al conjunto, o solo vela por sus propios intereses a medio plazo?

-ERC tiene buenas encuestas y lo que no podemos es dejar solo la ampliación de base a ERC porque ellos van a por eso ya sea por convicción o por conveniencia, no estoy en su cabeza. Pero lo que no podemos es solo aguantar numantinamente nuestras posiciones sin procurar una ampliación de base que nos permita un cambio efectivo de gobierno en la Generalitat que nos lleve a solucionar de raíz y de fondo los problemas que ha tenido Cataluña durante 40 años.

-¿Qué es la Plataforma de Afectados por el Procés que han anunciado?

-El procés es y ha sido para muchos catalanes una pesadilla que nos roba la vida a los catalanes, que ha convertido a Barcelona en una ciudad más triste. ¿Os imagináis lo que podríamos haber hecho si todas las energías, el tiempo, las palabras, los discursos, los relatos, las movilizaciones que hemos dedicado al procés las hubiéramos dedicado a crear trabajo, a mejorar la economía, a luchar contra la pobreza, a crear fraternidad? Quizás sí que seríamos la Dinamarca del Sur. El procés nos ha robado mucho tiempo y energía y recursos económicos, y eso es lo que quiere expresar la Plataforma d’Afectats del Procés que presentaremos en septiembre. Quiere dar visibilidad a tantos catalanes invisibles que han sufrido mucho por el procés, especialmente en la Cataluña interior, por esa presión ambiental. Han tenido consecuencias económicas y sociales en su familia. Será una voz también en la opinión pública internacional. Ellos han vendido en el extranjero esa idea de que aquí hay un David contra Goliat, pero nos hemos olvidado de que el David en Cataluña no son los nacionalistas sino que somos los no nacionalistas, que tenemos luchar contra ese régimen que es alérgico al pluralismo, que tiene déficits democráticos, una ley electoral injusta, que practica el concesionalismo nacionalista en todas partes (escuela, administración, función pública). Pero nosotros le estaremos siempre plantando cara.