El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la reunión del comité técnico de gestión del Covid-19 / EP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la reunión del comité técnico de gestión del Covid-19 / EP

Política

Sánchez escucha a los empresarios y levantará la ‘hibernación’ económica tras la Semana Santa

El jefe del Ejecutivo prorroga dos semanas más el estado de alarma, pero anuncia un cierre de actividades económicas no esenciales menos estricto

4 abril, 2020 16:58

La mano se abrirá poco a poco. El presidente del Gobierno ha dado cuenta de la prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril. Esa decisión no implicará el final de la confinación de la población, y se podrían decretar nuevas prórrogas en las siguientes semanas. Pero poco a poco se iniciará un camino hacia cierta normalización de la vida pública. Y también para la economía. Sánchez no prorrogará, tras la Semana Santa, el decreto que aprobó el Gobierno para cerrar las actividades económicas no esenciales en los mismos términos que ahora. Ese fue el objeto de las mayores críticas que ha recibido hasta ahora el jefe del Ejecutivo desde ciertos ámbitos, y no solo empresariales.

Aunque todo el énfasis de la comparecencia de Sánchez de este sábado se ha centrado en el apoyo a los distintos sectores de la población, esta vez el jefe del Ejecutivo ha tenido palabras de aliento para “los empresarios y las empresas, y para todos los trabajadores”, con el objeto de recuperar una colaboración que será esencial en los próximos meses: la del tejido empresarial. Hace una semana el Gobierno aprobó un decreto para limitar toda la actividad económica, menos la de los sectores esenciales. Aquella decisión se basó en un argumento: al acercarse la Semana Santa se podían anticipar unos días de vacaciones, cerrando empresas, con la posibilidad de que los trabajadores pudieran recuperar esas jornadas más adelante, y con coste para el tejido empresarial.

Abrir la mano

Con la prórroga del decreto de estado de alarma, por 15 días más, a contar a partir del 12 de abril, ese decreto no se mantendrá. Es decir, tras las críticas recibidas, y también porque los resultados del confinamiento comienzan a ser visibles, Sánchez ha considerado que debe abrir la mano y que la actividad económica, la de muchos sectores y no sólo los esenciales, podrá recuperar su ritmo después de la Semana Santa.

“La prórroga del estado de alarma no implica la prórroga del decreto sobre las actividades económicas que aprobó el Gobierno”, ha precisado Sánchez, aunque lo ha hecho a preguntas de los medios de comunicación.

Llamada a la UE

Con esa decisión el Gobierno podrá contar, de nuevo, con el apoyo del PNV, muy molesto con aquel decreto económico. Y ya tiene el concurso del PP y de Ciudadanos para convalidar la nueva prórroga en el Congreso. Y también con las patronales, CEOE o Foment, que incidieron en que ese decreto podía ser letal para el futuro de España.

En el horizonte inmediato, Sánchez deberá lidiar ahora con la Unión Europa, en un complejo Consejo Europeo convocado para este martes. En su intervención en Moncloa, Sánchez ha insistido este sábado en pedir la máxima unidad política en España, pero también en Europa, al entender que ahora “no puede fallar”. Con la previsión de incurrir en más deuda pública, Sánchez espera que se habiliten instrumentos nuevos para encauzar esos recursos. Pero ha mostrado su disponibilidad a llegar a acuerdos. “No vamos a renunciar a los eurobonos, no vamos a renunciar, pero somos un país pragmático y se pueden habilitar otros instrumentos”, ha señalado.

El pragmatismo de España

¿Qué quiere decir? Con una alusión directa a los 100.000 millones de euros que movilizará la Comisión Europea para fondos destinados a cubrir los ERTE de las empresas de estas semanas, de países como España e Italia, Sánchez ha dado a entender que también se podría acoger al MEDE, el fondo europeo de rescate –con una muy mala imagen porque recuerda a los hombres de negro de la crisis de 2008-- pero que esta vez no tendrían ninguna condicionalidad, excepto que esos recursos que se muevan –hay un remanente de 400.000 millones-- y se destinen, efectivamente, a paliar los efectos del coronavirus.

Con esas cuestiones previstas y con un plan que Sánchez asegura que se está redactando en Moncloa para las próximas semanas, el Gobierno va abriendo la mano para el mundo económico, que no pudo encajar con buenos ojos la parálisis de todos los sectores, salvo los considerados como esenciales: alimentación y químico, entre otros.