Los presupuestos de Torra se apoyan en las cuentas de Sánchez que tumbaron los 'indepes'
La propuesta semiclandestina del Govern para 2019, que ni fue aprobada en el Consell Executiu ni se ha tramitado en el Parlament, incluye inversiones que estaban previstas en los PGE
27 febrero, 2019 00:00Ni han sido aprobados en el Consell Executiu ni tramitados oficialmente en el Parlament. Son los presupuestos de la Generalitat para 2019, que el Govern no se atreve a someter a votación al carecer de mayoría parlamentaria para presentarlos. Desgranadas con cuentagotas, estas cuentas contemplan partidas “fantasmas”, pues el Ejecutivo de Quim Torra se encomienda a inversiones que contemplaban los presupuestos generales del Estado (PGE) para Cataluña. Los mismos que tumbaron los independentistas junto a la derecha.
Previsión de los presupuestos de la Generalitat para 2019
Torra comparecerá esta tarde en el Pleno del Parlament para informar sobre unos presupuestos “fantasma” a juicio de la oposición, tanto en lo que respecta al secretismo del Govern en las negociaciones con Catalunya en Comú-Podem --el grupo que se mostró mas proclive a llegar a un acuerdo-- como en la extraña tramitación de los mismos. Y es que la Generalitat, en un procedimiento inédito, no ha presentado oficialmente sus cuentas para 2019 en la Cámara catalana. Ni siquiera las aprobó el lunes en el Consell Executiu, adelantado con la finalidad de que el president pudiera viajar de nuevo a Madrid para asistir al juicio del 1-O.
Comparecencia de Torra
Torra, por tanto, se referirá a los mismos en su comparecencia, que se celebra a petición propia aunque Ciudadanos, PSC y los comunes también exigieron explicaciones. En el transcurso del debate podrá intervenir el vicepresidente económico, Pere Aragonès, responsable de unas cuentas que no cuentan apoyos parlamentarios suficientes para ser aprobados, ya que Catalunya en Comú se levantó de la mesa de negociaciones ante la imposibilidad de arrancar del Govern un proyecto detallado, más allá de alguna que otra partida. La falta de apoyos no fue obstáculo para que el Gobierno de Pedro Sánchez, por ejemplo, sí presentara sus PGE en el Congreso, tumbadas finalmente por el voto contrario de PP y Ciudadanos, así como de ERC y PDeCAT.
El portavoz de economía de Catalunya en Comú-Podem, David Cid, y la presidenta del grupo, Jessica Albiach, en el Parlament / CG
Se da la circunstancia de que las cuentas catalanas de 2019 contemplan partidas del Estado que estaban incluidos en esos PGE vetados por los independentistas. Así lo denunció ayer el diputado de los comunes, David Cid, quien alertó de que esos ingresos previstos difícilmente llegarán. “Es un riesgo incluir en las cuentas la previsión de ingresos de 200 millones por parte del Estado correspondientes a la disposición adicional tercera del Estatuto y los 150 millones previsto para los Mossos de Esquadra porque es altamente improbable que terminen llegando, dado que no se han aprobado los Presupuestos del Estado”, explicó Cid. A su juicio "es una mala idea denunciar los incumplimientos del Estado vía presupuestos", en referencia a lo que puede ser una nueva estrategia de victimismo independentista.
Otras cuentas "fantasma"
La inclusión de partidas no garantizadas apuntada por los comunes recuerda mucho a la táctica utilizada por el exconsejero de Economía, Andreu Mas-Colell, quien, en 2014, se encomendó a una negociación con el Estado, pues incluyó en las cuentas para 2015 un total de 2.200 millones de ingresos “fantasma” que incluían un anticipo del Fondo de Competitividad por 789 millones; otros 635 millones en compensación por la anulación del impuesto autonómico sobre depósitos bancarios y 759 millones por la disposición adicional tercera del Estatut que nunca ha sido aplicada.
Los comunes advierten de nuevos impagos a farmacias y a los funcionarios de la Generalitat --tienen pendientes pagas extra que se deben abonar progresivamente-- como ocurrió años atrás.
Y es que la propuesta semiclandestina, a juicio de las formaciones de la izquierda catalana, están muy lejos de ser expansiva. Aragonès explicó el lunes que las cuentas catalanas contarán con un aumento del gasto no financiero y no finalista de 1.715 millones de euros, hasta llegar a los 26.157 millones en total. El 73% del dinero se destinará a las áreas de salud, educación, trabajo, bienestar social y familia. No dio demasiados detalles, a la espera del Pleno que comienza hoy, pero avanzó que el gasto por departamento solo sube un 7,4%, aunque los ingresos crecen un 11,2%. Esto se debe a la obligatoriedad de reducir el déficit hasta el 0,1%.
Mil millones menos
David Cid también ha denunciado que estas cuentas contienen 1.000 millones menos que el presupuesto ejecutado del 2018. "No hay nuevo gasto, sino consolidación presupuestaria, y por tanto no son unos presupuestos expansivos", afirmó.
La diputada y secretaria de Economía del PSC, Alícia Romero, en los pasillos del Parlamento de Cataluña / CG
En términos parecidos se expresó la diputada del PSC, Alícia Romero, quien aseguró que que las cuentas de 2019 contemplan gastos no financieros (sociales) por valor de 26.100 millones, pero en 2018 ya se gastaron 26.500 millones. “Son unas cuentas raquíticas”, dijo. También ha echado en falta un nuevo modelo fiscal que permita más ingresos por la vía del IRPF y del impuesto de sucesiones con la finalidad de garantizar una mejor redistribución de la riqueza.
Las disputas entre Junts per Catalunya y ERC bloquean ese aumento de los impuestos, como se ha visto en diversas iniciativas parlamentarias presentadas por la oposición en ese sentido. Pero en lo que sí están de acuerdo con socios de gobierno es en negar que una nueva prórroga presupuestaria --la segunda de los independentistas desde 2017-- implique un adelanto electoral. Esta es la postura oficial. Pero internamente, la posición de los republicanos no es tan firme. Tal como recordaba ayer la socialista Alícia Romero, en 2016, el entonces vicepresidente Oriol Junqueras presentó unas cuentas que después no fueron aprobadas. Fue entonces cuando Carles Puigdemont presentó una cuestión de confianza y anunció la convocatoria de un referéndum para continuar un año más.
Más sueldo para Torra y los consejeros
Lo que sí ha trascendido es la previsión de aumento de sueldo previsto en las cuentas de 2019 para Quim Torra que pasará a cobrar 152.861,54 euros brutos en 2019, repartidos en 14 pagas. El salario anual del presidente del gobierno catalán fue de 149.497,46 euros en 2018, de los cuales percibió la parte proporcional al haber asumido su cargo el 17 de mayo. Lo cual significa que sus emolumentos aumentarían en 3.364 euros.
También se prevé un sueldo anual de 115.234,92 euros para sus consejeros; y de 114.868,24 para los secretarios generales de la presidencia, del Govern, para los directores de gabinete jurídico, para los del Instituto de Estudios del Autogobierno, y para el presidente de la comisión jurídica asesora. Los secretarios generales percibirán 89.234,44 euros, y los directores generales, 85.531,66 euros. El pasado año, el sueldo de un conseller fue de 110.759 euros anuales, el de los secretarios generales, de 85.769, y los de los directores generales, de 82.209 euros.
Menos dinero para la RGC, violencia de género...
Por el contrario, las cuentas de 2019 son cicateras con temas como la caótica gestión de la Renta Garantizada de Ciudadanía, que en lugar de los 500 millones reclamados por las entidades sociales, se quedan en 379 millones. Asimismo, el Institut Català de la Dona (ICD), responsable de la lucha contra el maltrato y la desigualdad de género, tendrá la misma partida, 8 millones, muy lejos de los 12 millones de 2010.
Tampoco se rebajará el coste las tasas universitarias, el más alto de toda España, ni se aumenta el gasto en nuevas plazas de residencia, lo que aboca a 18.000 personas a esperar un año más. Respecto a la financiación de las guarderías, que Mas eliminó --sentencias judiciales obligan a devolver el dinero pagado por los ayuntamientos--, solo se contempla una partida de 20 millones de euros. Con esta cifra, se tardaría diez años en volver a a los 1.800€ por alumno/año que pagaba la Generalitat antes del gran tijeretazo.