Salvador Illa (PSC) y Pere Aragonès (ERC) en un fotomontaje / CG

Salvador Illa (PSC) y Pere Aragonès (ERC) en un fotomontaje / CG

Política

Illa rompe la campaña catalana

La designación del ministro como candidato convierte la contienda en un cuerpo a cuerpo entre PSC y ERC que relega a JxCat y Ciudadanos a la irrelevancia

31 diciembre, 2020 00:00

Salvador Illa no solo irrumpe en la campaña de las elecciones catalanas del 14 de febrero, sino que rompe las estrategias de los partidos que se presentan. Su designación como candidato convierte la contienda, ahora ya de forma oficial, en un cuerpo a cuerpo entre ERC, vencedora en las encuestas, y PSC, que sale a ganar. “Ese pulso anulará a Ciudadanos y Junts per Catalunya”, asegura un analista. Dicho de otra manera, “los protagonistas de la campaña serán Pere Aragonès y Salvador Illa”. ¿Una apuesta arriesgada?

El relevo de Miquel Iceta por Illa al frente de la candidatura del PSC se convirtió ayer en la noticia del día. Mucho se había conjeturado con la apuesta del PSOE por el secretario de organización de los socialistas catalanes como posible cabeza de lista en unas elecciones decisivas para dar carpetazo definitivo a un procés en horas bajas. Pero 24 horas antes de que se conociera la noticia, el ministro de Sanidad seguía negando su regreso a Cataluña.

 

 

Illa, candidato del PSC para el 14F

Apuesta arriesgada

“Es una apuesta arriesgada, porque para unos es el ministro de los muertos del coronavirus. Para otros, el ministro de la vacuna”, explica un diputado del partido socialista. En esa dirección apuntaron Laura Borràs y Oriol Junqueras, reprochando a Illa que abandonara sus tareas gubernamentales en plena pandemia para hacer campaña. Borràs añadió, y Aragonès suscribió, que el PSC busca los votos de la derecha, en referencia a Ciudadanos. La lectura, aseguran desde el PSC, es errónea y delata el temor de los republicanos a que los socialistas vuelvan ejercer de dique de contención en un área metropolitana que siempre se les ha resistido. Por su parte, el partido de Carles Puigdemont, para quien ese tradicional cinturón rojo siempre ha sido inexpugnable, queda relegado a buscar el voto en un territorio donde el PDECat puede hacerle daño.

El fichaje de Rubén Viñuales, que ha dejado Cs para incorporarse como número dos de la lista del PSC por Tarragona, demuestra, en efecto, que los socialistas catalanes quieren recuperar el terreno perdido en 2017, cuando sufrieron una sangría de votos a favor de la formación naranja. Y el perfil de Illa --su discurso bilingüe ante la militancia del partido estuvo lejos de ser una anécdota-- encaja en esa pretensión.

La espantada de Roldán

En tres años, los liderazgos de Cs han cambiado, y mucho. Lorena Roldán, que ganó las primarias para ser presidenciable el 14F, fue relevada por Carlos Carrizosa. Y una vez constatado que no solo no formaría tándem con el nuevo candidato, sino que su puesto en la lista era muy bajo, Roldán ha dado la espantada y ha fichado por el PP de Alejandro Fernández. Posiblemente sea la puntilla para un partido que ahora queda en terreno de nadie, entre una izquierda que podría pactar, y la derecha que representan los populares, dispuestos a frenar a Vox.

Pero junto a ese retorno del voto prestado a Cs, los socialistas no renuncian a ser el voto útil del catalanismo, con Ramon Espadaler (Units per Avançar) como número tres, y del votante desencantado de En Comú Podem, con Gemma Lienas (exdiputada de Catalunya en Comú-Podem) como número cuatro.

Cuerpo a cuerpo con ERC

Hace tiempo que ERC trata al PSC como el rival a batir, pues el partido de Aragonès es consciente de que su pragmatismo es disputado por PDECat y PNC, pero, sobre todo, por los socialistas. “El perfil de Illa sitúa a ERC y PSC donde les interesa. Le puede ir muy bien a ambos. El resultado está por ver”, admiten desde el entorno republicano.

Sin duda, la lucha contra el coronavirus estará muy presente en los debates entre Aragonès, que mantiene su cargo de presidente en funciones y la gestión de la pandemia, e Illa, que abandonará el ministerio tras arrancar las vacunaciones. "Un debate incómodo para Puigdemont, pues una vez transferidas las competencias a las comunidades autónomas ¿a quién criticará?", se pregunta en ERC.

La previsible línea argumental del fugado tendrá como eje afear a PSC y ERC sus apoyos a un "Estado represor" que impide a Cataluña cumplir con el mandato del referéndum del 1-O. Pero la tramitación de los indultos, defendida por Illa, y la reforma del delito de sedición, restan argumentos a los neoconvergentes. Mas los socialistas no bajan la guardia. "Es necesario visualizar que el 14F se decide el gobierno de la Generalitat, no el de España".