Los empresarios, con la mesa de Pedro Sánchez en el centro, en el acto de Foment del Treball /CG

Los empresarios, con la mesa de Pedro Sánchez en el centro, en el acto de Foment del Treball /CG

Política

El empresariado catalán aplaude el deshielo del conflicto

Foment logra un precario equilibrio todavía entre el Gobierno de Sánchez y el Ejecutivo catalán, con la voluntad de ganar tiempo

20 diciembre, 2018 23:56

Buenas palabras. ¿Algo más? El empresariado catalán aplaudió este jueves en el acto de Foment del Treball el deshielo que se ha comenzado a producir entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Ejecutivo catalán, con riesgos para las dos partes, pero obligados los dos a comprar tiempo, a ganar espacios de confianza, con muchas dosis de diálogo, aunque no puedan fructificar todavía. El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, tenía a su lado al presidente Quim Torra, y al presidente Pedro Sánchez. Esa imagen se produjo, pero también se alcanzó una complicidad que puede ser determinante: la del vicepresidente catalán, Pere Aragonès, con Sánchez y con el propio Sánchez Llibre.

Hubo largos parlamentos. Todos enfocados a mantener el diálogo, con “las luces largas” como les pidió la presentadora del acto, Susanna Griso. Se habló del crecimiento económico y de la necesidad de aprobar los presupuestos, y se buscaron bases de entendimiento “dentro de la ley, y con moderación”. ¿Hubo alguien molesto?

Torra, incómodo y aislado

Fue el presidente Torra el más incómodo. Torra es un activista, y tenía fijado en el calendario el día 20 de diciembre. En la noche de este jueves tenía previsto una lectura de las cartas del exilio, de 1939, junto a la consejera de Cultura, Laura Borràs, en el Petit Palau. Y, tras su discurso, y sin quedarse a la entrega de los premios de Foment, los galardones Ferrer Salat, abandonó la enorme sala del hotel Sofía donde se celebró el acto. Antes constató su posición. Habló de “desfranquizar” el Estado español, y de los “presos políticos”, y de la necesidad de una salida política, que para él sólo pasa por un referéndum de autodeterminación. Los empresarios le silbaron tímidamente, y hubo palabras gruesas después, entre los comensales. Pero han cambiado cosas.

Las apuestas políticas avalan a Pedro Sánchez como presidente en 2019

Las apuestas políticas avalan a Pedro Sánchez como presidente en 2019

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez (i), el presidente de la Generalitat de Cataluña Quim Torra (d) y el presidente de Foment Josep Sanchez Llibre (c) / EFE

El empresariado catalán ha comenzado a vislumbrar que Torra está asilado en su gobierno, que el vicepresidente Aragonès tiene una interlocución fluida con Foment, y que, este mismo jueves el PDeCAT y ERC votaban a favor del techo de gasto de los presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez. El propio mandatario español recordó el hecho, e insistió en que esas cuentas pueden ser importantes para replantear el futuro político y económico en España.

La CEOE, "con el 20% del PIB español"

Nadie se hace ilusiones. “Es precario, soy muy escéptico”, señalaba un empresario vinculado a la dirección de Foment. “Puede ser sólo postureo, pero es interesante, marca un punto de inflexión”, aseguraba un empresario de una firma tecnológica. Sin embargo, ese apoyo con la realidad llegó por parte del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que también subió a la tribuna en el acto de Foment. “La CEOE quiere estar con vosotros, sois importantes, sois el 20% del PIB español, y necesitamos diálogo y encontrar un salida dentro de la ley y la moderación y se puede conseguir”, aseguró.

En todos estos días las negociaciones han sido intensas. El papel crucial lo han tenido dos dirigentes: Iván Redondo, como asesor de Pedro Sánchez, desde la Moncloa, y Pere Aragonès, desde el Gobierno catalán. Los dos han ido limando el terreno, con una prioridad: que Torra estuviera en el acto, que viera qué ocurre entre los empresarios, qué piden, que aterrizara a la realidad del día a día, como le pidió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con un discurso pragmático, y reivindicativo al mismo tiempo.

Sensación de alivio

El ambiente que se respiró fue de cierto alivio, de “vamos a intentarlo”. La fragilidad es enorme, porque el propio Torra y sectores vinculados a la Crida, el movimiento de Carles Puigdemont, no desean una aproximación. Pero lo que no desean, principalmente, es que haya en los próximos años un cambio en la relación de fuerzas, y que sea Esquerra la que ocupe la centralidad. Torra lo dejó claro, pero el presidente catalán no lo vive en relación a esa pugna: lo siente así, no es un político. Por ello, según las fuentes consultadas, Torra llegó casi a rastras al acto de Foment. No quería. No le interesaba.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (3i), el presidente de la Generalitat, Quim Torra (3d), las ministras Carmen Calvo y Meritxell Batet y los 'consellers' Artadi y Aragonès / EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (3i), el presidente de la Generalitat, Quim Torra (3d), las ministras Carmen Calvo y Meritxell Batet y los 'consellers' Artadi y Aragonès / EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (3i), el presidente de la Generalitat, Quim Torra (3d), la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo (2i), la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet (i), el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonés (2d), y la consellera de Presidencia y Portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi (d) / EFE

Lo que pueda ocurrir ahora entra en el terreno de la improvisación. Pedro Sánchez quiere ganar algo de tiempo, por lo menos hasta las elecciones municipales y autonómicas. Si los partidos independentistas votan el presupuesto, ese tiempo puede ser mayor, hasta otoño de 2019. Y todo dependerá de la capacidad de respuesta del independentismo cuando se conozca la sentencia sobre los dirigentes presos, que podría llegar tras esas elecciones autonómicas del 26 de mayo.

Sánchez y el botón nuclear

Pero tanto Sánchez como Aragonès y otros miembros del Govern, como Elsa Artadi, y los diputados del PDeCAT en Madrid, han comenzado a tejer alianzas, con Foment en el centro, y con la CEOE, según las propias palabras de Garamendi, que, según un empresario consultado, “no fueron para quedar bien”.

En ese contexto, Sánchez se encontrará ahora con una fotografía que explotará el PP y Ciudadanos. La derecha española considera que Sánchez ya está atado de pies y manos al independentismo. Si presiona y consigue que se convoquen elecciones, Sánchez podría tener los días contados. Pero quien tiene ese botón nuclear es el presidente del Gobierno, y el independentismo lo sabe. Por eso todos se conjuraron ayer a ganar tiempo, con los empresarios catalanes incluidos.