Fotomontaje de Carles Puigdemont y Toni Comín, con el hemiciclo del Parlamento Europeo de fondo

Fotomontaje de Carles Puigdemont y Toni Comín, con el hemiciclo del Parlamento Europeo de fondo

Política

Nadie echa de menos a Junts en el Parlamento Europeo

Puigdemont se jactó de "internacionalizar el conflicto catalán" desde el hemiciclo comunitario durante la pasada legislatura, pero el asiento de Toni Comín, que le sustituyó en 2024 como cabeza de lista, lleva más de un año vacío

La presidencia de la Mesa de la popular Roberta Metsola, a partir de dictámenes que recogen la nueva jurisprudencia del TJUE, ya no permite a los eurodiputados tomar posesión sin recoger el acta en sus respectivos países

Contenido relacionado: Junts ya canta victoria y sitúa el regreso de Puigdemont en febrero

Llegir en Català
Estrasburgo
Publicada
Actualizada

Estrasburgo ha acogido esta semana el último pleno europeo del año y el escaño que logró Junts en las últimas elecciones comunitarias sigue vacío, para sorpresa de algunos y lamentos de nadie en los mentideros de la moderna instalación. El escenario que presuntamente sirvió a Carles Puigdemont en 2019 para "internacionalizar el conflicto catalán" parece haber desaparecido de la agenda del partido, que más de un año después de los comicios sigue sin dar señales de vida por allí.

Tras obtener tres escaños en 2019 con el expresident como candidato, Toni Comín sólo retuvo uno en 2024. El suyo. Se acababan de celebrar las elecciones catalanas con la promesa del retorno a Cataluña del líder de Junts, y quien había sido su mano derecha en Waterloo, con quien las relaciones están hoy completamente rotas, se quedó como cabeza de lista junto a Neus Torbisco de número dos, un fichaje independiente que apenas participó en la campaña, y Aleix Sarri en tercer puesto. Pero aún no ha podido tomar posesión como eurodiputado, como desde dentro algunos ya advirtieron. 

Cambio de criterio

Mientras la presidencia socialista de la Eurocámara del fallecido David Sassoli habilitó en 2019 a Puigdemont, Comín y Clara Ponsatí a acceder a su acta sin pasar por Madrid –pues los tres estaban en aquel momento requeridos por la justicia española por, en tanto que presidente y consellers, haber organizado el referéndum del 1-O–, la Mesa, hoy liderada por la popular Roberta Metsola, ha aplicado el cambio de criterio marcado, al respecto, por la jurisprudencia del TJUE.

Si en 2019 se acabó considerando que el mero hecho de ser elegido llevaba consigo la inmunidad, que a la sazón era el objetivo prioritario de un Puigdemont que veía a la mayoría de sus compañeros de Govern entrar en la cárcel, los distintos dictámenes jurídicos de la Cámara apuntan ahora en la dirección opuesta. Y Junts, pese a la posibilidad de que, ante la demora de la aplicación de la amnistía, puede delegar el escaño tanto en Torbisco como en Sarri, renuncia a ello. También a la posibilidad de legislar en la Unión, siendo el único de los 720 parlamentarios electos que no ejerce como tal.  

Comín, a la expectativa

El exconseller de Salud de la Generalitat sigue a la espera de poder ocupar su escaño, pues tampoco se ha planteado renunciar a él. Es lo que en Waterloo conocen como "mantener la posición" frente a lo que consideran "ataques" del Estado contra el independentismo, que en los despachos comunitarios suena a chino. Mientras, sigue viviendo en Lovaina, en las afueras de Bruselas, impulsando una nueva corriente de izquierdas dentro de Junts y, como siempre, rodeado de lujos.

"Comín es un sibarita", apuntan quienes le conocen. Y de estos vicios caros se resintieron las cuentas del famoso Consell de la República, plagado de irregularidades y vacaciones a cargo del chiringuito. Precisamente, el motivo de su enfado con Puigdemont, que mantuvo como asesor a Sergi Miquel, quien alertó del escándalo. El expresident lo quiso tapar, e impulsó un cambio de liderazgo a través de elecciones internas que supuso el final de lo que un día fue una bonita amistad.

Los 'reyes' de Europa

Tras conseguir entrar en la Eurocámara en 2019 con la candidatura Lliures per Europa, en un considerable éxito electoral, Puigdemont y Comín recibían, naturalmente, atención de la prensa internacional. "Era algo extraordinario", cuenta un veterano del oficio. Y Junts aprovechaba la exposición para hablar de su libro, instrumentalizando la institución para su defensa jurídica, entonces mucho más incierta que hoy, y haciendo agenda. También con eurodiputados prorrusos

Optaron por no sumarse al grupo liberal donde históricamente se alistaba Convergència –Unió optaba por unirse a los conservadores– porque estaba Ciudadanos, y quedaron como no inscritos, perdiendo cualquier influencia posible a la hora de liderar debates y proponer políticas comunitarias, algo que ni entonces ni ahora parecía interesarles. Eran tiempos de paparazzis y de un victimismo que la sociedad catalana todavía se creía, pero nadie lo echa de menos en la UE.

Prioridades

El resultado en 2024 fue decepcionante, pero no era una prioridad para Junts. Jordi Turull insistió al PNV para compartir listas al ser España circunscripción única –lo hacen también, por ejemplo, ERC y EH Bildu–, pero los nacionalistas vascos, con quien la relación no es del todo fluida incluso a día de hoy, rechazaron la oferta. El sector octubrista de Junts, explican, se volvió euroescéptico en el momento en que la UE no reconoció la efímera secesión. Y así lo demuestran los hechos.

Es una cuestión de prioridades. Y el Parlamento Europeo es, actualmente, la última de ellas. Mientras PP, PSOE o Vox aprovechan la Eurocámara para impulsar su agenda, en Junts se van a perder incluso el día en que se pueda hablar catalán en el inmenso hemiciclo, algo que se dará en 2026. El mismo año en que Puigdemont espera volver a España y uno antes de las elecciones municipales, en las que Aliança Catalana, su verdadera preocupación, podría arrollarles.