
Parlament de Catalunya
El techo de cristal en la política: ¿cuántas mujeres llegan a los puestos de poder?
En España hay leyes que garantizan la paridad. Sin embargo, existe un desequilibrio al no regular quién ocupa los primeros lugares en las listas electorales. Es lo que se llama como segregación horizontal
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En España, la ley de paridad fue la primera norma en regular un principio de igualdad en política. Ésta establece que las listas electorales deben tener un equilibrio, en la que cada sexo suponga, como mínimo, el 40%. Sin embargo, es una ley un tanto “perversa”, según explica la politóloga Laia Márquez.
Según Márquez, la ley busca asegurar que las mujeres accedan a puestos de poder, pero sigue existiendo un desequilibrio al no regular quién ocupa los primeros lugares en las listas electorales, lo que depende de la decisión de cada territorio.
A pesar de estos avances, las mujeres aún enfrentan obstáculos para llegar a los cargos más visibles y de poder.
Líderes mayoritariamente hombres
“El liderazgo de los partidos sigue estando en manos mayoritariamente de hombres. La ley se cumple en términos de inclusión, pero no garantiza una igualdad real", explica la politóloga a Crónica Global.
A pesar de los avances en liderazgos femeninos, "la sociedad aún no visibiliza una presidenta mujer con posibilidades, y sigue interiorizada la masculinidad del puesto", indica, a lo que añade que tampoco los propios partidos están dispuestos a ello.
Es lo que se llama como segregación horizontal. En muchos casos, las mujeres siguen ocupando lugares inferiores en las listas, mientras que los hombres lideran las candidaturas.
Factores asociados a mujeres
Las mujeres también se siguen enfrentando múltiples barreras para acceder a posiciones de poder, y muchos de estos desafíos están ligados a factores estructurales y sociales, como la carga familiar, recuerda Márquez.
“A menudo, se les exige mucho más que a los hombres para alcanzar el mismo nivel de reconocimiento o éxito, y esto se refleja en el escrutinio al que son sometidas”.
Mientras que los hombres políticos rara vez son analizados por su aspecto o su comportamiento, las mujeres son constantemente objeto de comentarios sobre su vestimenta, sus actitudes y decisiones.
Esta diferencia de trato, que transforma a las mujeres políticas en figuras públicas más expuestas, puede disuadir a muchas de acceder a puestos de liderazgo, ya que las consecuencias de la visibilidad son mucho más intensas para ellas.
Representación en el Gobierno
Hasta la fecha, España nunca ha tenido una mujer al frente del Gobierno. A lo largo de los quince procesos electorales en más de 40 años de democracia, los partidos más grandes y tradicionalmente más votados -el Partido Popular y el Partido Socialista- nunca han propuesto a una mujer como presidenta.
Actualmente, de los partidos políticos representados en el Congreso, sólo cuatro tienen a una mujer liderando su grupo parlamentario: Sumar con Yolanda Díaz, Junts per Catalunya con Miriam Nogueras, Coalición Canarias con Cristina Valido y Podemos, con Ione Belarra.

Yolanda Díaz a su llegada a la reunión del grupo Parlamentario Plurinacional Sumar EUROPA PRESS
“La ausencia de presidentas no debe considerarse un problema aislado de ciertos partidos, sino una cuestión que afecta a todo el sistema político. Es fundamental que todas las formaciones políticas en España prioricen la igualdad en sus agendas”, recuerda la politóloga.
Si bien es cierto que hoy en día vemos ministras, alcaldesas y diputadas, aún queda mucho por hacer para asegurar políticas públicas que garanticen una igualdad de poder efectiva entre hombres y mujeres.
De hecho, como recuerda la politóloga, la paridad en la representación política es un reflejo fundamental de la calidad democrática de una sociedad.
Políticas feministas
Según Márquez, la presencia de mujeres en los espacios políticos no sólo mejora la representación de sus intereses, sino que también favorece la implementación de políticas feministas. Son las mujeres, señala, las que suelen liderar la iniciativa de propuestas legislativas relacionadas con la igualdad de género.
Unas políticas necesarias en el contexto actual. Durante años existió un consenso, donde las pautas de comportamiento no se cuestionaban y las políticas feministas eran consideradas imprescindibles por todos los partidos e instituciones, explica la experta.
Sin embargo, este consenso se ha roto en los últimos tiempos. A medida que las discusiones sobre igualdad de género han ganado visibilidad, algunos partidos han desafiado ese consenso previo, y hoy en día no está tan claro que se deban seguir impulsando políticas feministas.
Varias formaciones han empezado a distanciarse de esta visión, rompiendo con las pautas que durante mucho tiempo se consideraban inamovibles y esenciales para el progreso social.
"Reformas más profundas"
La presencia femenina en la política es positiva, pero las desigualdades de género siguen persistiendo en las instituciones, más allá de los números. El simple hecho de contar con más diputadas no es suficiente para erradicar las disparidades de género que aún existen en los parlamentos.
Para lograr una verdadera igualdad, es necesario "implementar reformas más profundas que reestructuren los recursos y las oportunidades de manera más equitativa entre hombres y mujeres", concluye la politóloga.