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Carles Puigdemont ha dejado la presidencia del Consell de la República tras asumir el cargo de máxima responsabilidad en Junts y la entidad independentista convocará elecciones anticipadas para elegir a su nuevo equipo directivo.

El adelanto electoral coincide también con el escándalo de los gastos "no justificados" de Toni Comín, hasta ahora, vicepresidente del Consell per la República. El también eurodiputado gastó 15.530 euros que una auditoría encargada por la propia entidad ha concluido que "no se pueden procesar de acuerdo con la normativa belga" y que hacen referencia a un viaje: el alquiler de un apartamento y un coche durante quince días, una multa de tráfico, el pago de impuestos de un piso en Lovaina y una retirada de efectivo por valor de 6.000 euros.

La decisión de convocar elecciones se tomó en una reunión celebrada el lunes y se ha comunicado este miércoles, después de cesar también a todos los miembros de su gobierno interno, elegido tras una votación celebrada en marzo de 2022.

Creación de una gestora

El expresident de la Generalitat no se presentará a la reelección, tal y como ya anunció el pasado 12 de octubre en una reunión en Bruselas, cuando anunció que, de ser elegido presidente del partido, no podría seguir al frente del Consell.

Hasta la celebración de dichas elecciones, para las que aún no hay fecha, los miembros del Consell per la República han acordado la construcción de una gestora, con el objetivo de garantizar "la máxima transparencia y garantía, y para que no haya ninguna duda sobre la independencia del proceso electoral". Dicho órgano se encargará de la organización del proceso electoral y de facilitar el traspaso ordenado y efectivo de la entidad a su nueva dirección. Estará integrada por seis personas que ya forman parte de la cúpula, la asamblea territorial y su sindicatura.

Al frente de un independentismo sin mayoría

Ante el nuevo escenario político abierto, la entidad ha transmitido el mensaje de que, según su visión, hay que esforzarse para favorecer la unidad y la movilización del independentismo, y de aquí argumentan la necesidad de "auditar la actividad y gestión del Consell, seguir las recomendaciones de mejora y dejar la institución preparada para afrontar la nueva etapa".

Con un independentismo dividido y sin mayoría en el Parlament, el Consell reivindica que su rol "es más necesario que nunca". Tras las elecciones anticipadas, consideran que deberán blindar al máximo su "independencia y transversalidad" así como garantizar a los registrados que las decisiones se toman con libertad y lejos de estrategias partidistas.

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