El mayor plan inmobiliario de Cataluña ha roto a los comunes en El Prat de Llobregat (Barcelona), su mayor alcaldía y feudo. El proyecto, que prevé 5.400 viviendas y una inversión de 1.200 millones, ha desatado una feroz lucha interna entre el alcalde, Lluís Mijoler, también diputado en el Parlament, y Alba Bou, su edil de Urbanismo y sucesora. Oficialmente, el ayuntamiento lo niega y defiende una postura "única".
Pero fuentes conocedoras de los trabajos son categóricas. El plan Seda-Paperera, el eje urbanístico más grande de Cataluña, con 5.400 viviendas -el PDU Tres Xemeneies de Sant Adrià de Besòs tendrá apenas 2.000-, "ha desgarrado internamente a los comunes" y al gobierno municipal, que forman El Prat en Comú y PSC. Y lo ha hecho por el lado de los populistas.
La herida contamina una inversión privada de 5.400 viviendas en la que sólo Metrovacesa invertirá unos 200 millones, como explicó este medio.
Aprobado
Por partes, el plan está aprobado definitivamente por el pleno municipal y el Departamento de Territorio, que lo elevó a la Comisión de Territorio de Cataluña (CTC) y ésta le dio la luz verde definitiva condicionada a la construcción y apertura de una nueva estación de Metro.
El sí de la Generalitat de Cataluña cierra una larga tramitación, que arrancó hace 20 años con un debate, y se sustanció en 2020, cuando llegó la aprobación inicial. Pero el plan se tuvo que modificar dos veces. Ahora, ya aprobado finalmente, desde el sector se calcula que "los primeros trabajos arrancarán en unos meses".
Mijoler dudó y pidió opinión
Esta carrera de obstáculos ha tapado algo más inquietante. El gobierno municipal de El Prat de Llobregat, feudo de Comuns Sumar, ha zozobrado y se ha roto internamente. En varias fases. Primero, el Ejecutivo local "dudó" del proyecto cuando ya estaba aprobado inicialmente. El gabinete de Mijoler habría pedido una segunda opinión a un arquitecto al no ver clara la intervención, pero finalmente le ignoró.
Y eso que en una reunión preparatoria, Mijoler llegó a decir que "tenían todo el tiempo del mundo" para analizar la obra, explica un directivo del sector inmobiliario privado. Esa ventana de tiempo no se agotó, y el proyecto avanzó. El segundo análisis del arquitecto jamás vio la luz.
El gobierno se fractura: Mijoler contra Bou
Pero es que hubo más. Porque la teniente de alcalde de Urbanismo de El Prat, Alba Bou, "se apropió" de Seda-Paperera al quedar claro que el alcalde, Lluís Mijoler, "no se marcharía como conseller o director general del Govern de Illa, como esperaba ella, porque los comunes no entrarán en el mismo".
Bou se erigió como un "contrapoder" con el plan Seda-Paperera, y trató de liderarlo. "Es una verdadera batalla interna de los comunes", explican desde el sector privado.
El partido, también dividido
Lo factual es que Lluís Mijoler lleva de alcalde desde 2019, y desde este año es parlamentario en la Cámara catalana. El sector de Bou, su teniente de alcalde de Urbanismo, lo quiere fuera. "Bou quiere el poder ya", resumen desde el entorno de El Prat.
Pero Alba Bou no tendrá el poder ya porque Mijoler sigue de alcalde. Ante ello, la concejal de Urbanismo -con apoyo de parte del partido- "se apropió de Seda-Paperera". Lo resumen fuentes del sector. "Al no poder apear al alcalde y ascender ella, se quiso colgar la medalla del nuevo barrio", lamentan.
Lío con el Metro
Y la tutela que ha hecho la edil es, cuando menos, polémica. Un ejemplo. Bou, junto con una técnica, habría desarbolado el proyecto de extensión de la Línea 1 paralela a la Gran Vía. Es la solución pensada inicialmente para minimizar el impacto. "La concejal quiso que el suburbano se metiera por dentro del barrio, negoció ella misma con las instancias superiores, y ello ha creado un problema".
Ahora, falta que el texto refundido solucione el embrollo del Metro. Las fuentes consultadas indican que "será posible". Pero el precedente ya queda: una pugna política complica -aún más- el mayor plan urbanístico de Cataluña.
El ayuntamiento responde: "Posición unívoca"
¿Qué dice el ayuntamiento? Preguntado por este medio, ha recordado que el gobierno municipal, "integrado por El Prat en Comú y el PSC, tiene una posición unívoca sobre este proyecto".
Asimismo, la Administración local destaca que la intervención "ya está aprobada definitivamente" por el órgano competente, que es la "Comisión Territorial de Urbanismo del Ámbito Metropolitano de Barcelona". Oficialmente, desde El Prat destacan que el barrio "será un referente en materia de sostenibilidad e impulso de vivienda pública y asequible en el área metropolitana [de Barcelona]".
El papel de Agustí Serra
Desde el sector privado, no obstante, matizan que "el plan está aprobado definitivamente por el pleno, sí, pero falta el visto bueno del director general (DG) de Ordenación del Territorio". Un mero formalismo, avanzan, que "se superará". Debe sortearse porque se se le ha delegado al DG la última firma al plan.
Cabe recordar que Agustí Serra, director general de Ordenación, aguanta en el sottogoverno Govern de Salvador Illa pese al descalabro de su plan maestro: el Plan Director Urbanístico (PDU) que protege la Costa Brava, y que ha terminado aplastado una y otra vez por los tribunales.
Congreso de Comuns
Plan urbanístico aparte, la guerra soterrada de los comunes en El Prat se ha envenenado a las puertas de la asamblea del partido, prevista para el 16 y 17 de noviembre. En este cónclave, los izquierdistas buscarán renovar sus órganos de dirección, con las coordinadoras nacionales como banderín de enganche.
Ya se conoce que Ada Colau y Jéssica Albiach, coordinadoras nacionales, no siguen, aunque a la exalcaldesa de Barcelona la representará Gemma Tarafa, como explicó Metrópoli. Está por ver el papel reservado a Lluís Mijoler, cuestionado internamente en su propio feudo.