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El mercado pijo de Sant Cugat del Vallès echó a andar con un certificado de actividad falsificado. Es una de las conclusiones de las primeras jornadas del juicio contra los gestores del Mercat Vell de la coqueta ciudad barcelonesa. Los dos exdirectivos de la constructora Sacresa iniciaron el negocio sin permiso y con el plácet de CiU, entonces en el gobierno local. 

Quedó claro ayer en la sección novena de la Audiencia Provincial de Barcelona, donde se juzga a los aún gestores del Mercat Vell, Gourmet Sant Cugat, por crear el primer food market de Cataluña en 2015. El proyecto, que pretendía revitalizar la instalación, ha terminado mal: con un juicio penal por dos presuntos delitos y fuga de operadores y pleitos por los que llegan, entre los que se encuentra Grup Ametller. 

¿Quién falsificó el certificado de actividad?

Lo mollar es que la transformación del mercado comenzó en la ilegalidad. Lo detallan fuentes conocedoras del procedimiento, que constatan que el Mercat Vell inició su andadura nueve años atrás "con un certificado de actividad" falsificado, pues contenía aspectos constructivos que no se habían hecho.

El dictamen técnico acompañó la comunicación de inicio de negocio, pero era irregular: no reflejaba el estado real del proyecto. Alguien la modificó, pero no queda claro quién: si los impulsores, que son dos arquitectos, que pasaron por la constructora de la familia Sanahuja, o el ingeniero, que también está citado en el procedimiento. 

Complicidad de CiU, que gobernaba

Esa lectura tiene una consecuencia: el ayuntamiento de entonces, en manos de CiU, permitió la irregularidad. Gobernaba Mercè Conesa (CiU) sin mayoría absoluta, y permitió que Gourmets operara el primer mercado catalán para foodies sin permiso. O con la autorización incompleta, por incluir documentación falsa. 

La exalcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, en una imagen de archivo EP

La consecuencia fue la operativa irregular del espacio y las molestias de los vecinos, que denunciaron por delito ambiental, primero, y por este tipo penal y falsedad documental, después. 

No se fiscalizó

Pero es que, además, el anterior gobierno tripartito de Sant Cugat, de ERC, PSC y CUP, destapó que CiU, luego Junts, jamás aplicó algunos mecanismos de control de la concesión municipal. 

El anterior ejecutivo local también cuestionó la llegada de Ametller Origen, y uno de los concesionarios anunció con un recurso contencioso. Los gestores respondieron denunciándole por amenazas, indicaron a la prensa local.  

Un donante a CiU

Tampoco ayuda a la reputación del negocio que la reforma la acometiera Gourmets de Sant Cugat en unión temporal de empresas (UTE) con antiguos paradistas y Urcotex, una constructora a quien la Guardia Civil citó como donante de una asociación próxima a CiU en la Operación Petrum contra el caso 3%, avanzó El País

En concreto, la firma inyectó dinero a la Fundación CatDem en dos ocasiones en 2012 y 2013, hasta totalizar 116.900 euros. En cualquier caso, en el escrito de acusación final del caso 3%, la Fiscalía Anticorrupción corroboró en 2022 la presunta huella de la trama en Sant Cugat, apuntando a una construcción de viviendas de protección oficial (VPO) en la plaza Rabassaires, que se adjudicó a Teyco. 

La acotó a la época del exalcalde Lluís Recoder, también de CiU. 

1,5 millones y marcas

Sea como fuere, la instalación continuó su senda, y los dos exdirectivos de Sacresa siguen hoy al frente del equipamiento. Lo han hecho tras invertir --inicialmente-- 1,5 millones de euros, y aparecer en la prensa económica como emprendedores. 

Pero el producto, abierto en 2015, no funcionó, y la pandemia del coronavirus lo remató en 2020. Tras ello, llegó Grup Ametller, también con polémica. Porque los gestores le dieron entrada fusionando ocho puestos y entregándole el 43% del espacio sin pasar por concurso y al límite de los pliegos de la concesión. Algunos creen que es un "abuso de la concesión municipal", algo que el anterior gobierno de Ingla negó. 

Abuso en la restauración

Más allá de un mero tuercebrazos local, el lío de Sant Cugat del Vallès ha aflorado cierta impunidad en la restauración catalana. Porque el Mercat aúna a operadores muy conocidos del panorama alimentario catalán, como la propia Ametller o Boket --con presencia en el Mercado de La Boquería de Barcelona--, y a otros que pasaron sin éxito, como Baluard --ahora vendido al fondo Carpathia Capital-- o Nomad Café

Y porque uno de sus impulsores, Lluís Martínez, participa también en Ebro Inversiones, una plataforma de inversión del sector gastronómico. 

Antes, el propio Martínez y García participaron de Sacresa con la familia Sanahuja. El conglomerado creó monstruos del shopping como L'Illa Diagonal o Màgic Badalona, antes de ir a la insolvencia en 2010 con cerca de 1.800 millones de deuda. Consiguió levantarlo dos años después, pactando un convenio con los acreedores. 

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