Carles Puigdemont, durante su breve aparición en Barcelona

Carles Puigdemont, durante su breve aparición en Barcelona EFE

Política

Carles Puigdemont carga por enésima vez contra la UE

  • El expresidente de la Generalitat fugado de la justicia considera que el Parlamento Europeo no atiende sus demandas y critica a su presidenta, Roberta Metsola, y al nuevo 'conseller' de Acción Exterior catalán, Jaume Duch
  • "Se ve que en Europa sólo abren las puertas de manera discrecional no en función de la democracia, sino de los intereses de Cada Estado", espeta
15 septiembre, 2024 16:47

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Carles Puigdemont (Junts) recupera su discurso euroescéptico criticando a la Eurocámara, a su presidenta, Roberta Metsola, y al nuevo conseller de Acción de la Generalitat de Cataluña, Jaume Duch. El expresidente del Govern catalán, fugado de la justicia por el procés, considera que las instituciones comunitarias no son receptivas a sus demandas ni a su discurso nacionalpopulista, razón por la cual ponr en duda que "en Europa" se actúe "en función de la democracia, sino de los intereses de cada Estado".

El líder de Junts ha reaccionado de forma airada a mensaje del Parlamento Europeo en la red social X, en el cual Metsola hace un llamamiento a defender la democracia, y alerta sobre los riesgos a los que se enfrenta: "Nunca podemos darla por garantizada".

En dicho mensaje, la Eurocámara se hace eco de unas palabras de su presidenta con motivo del Día Internacional de la Democracia, en las cuales ésta explica que "mientras nos enfrentamos a un retroceso democrático en todo el mundo, debemos redoblar nuestros esfuerzos para defender la democracia a través de la participación y el liderazgo".

La respuesta del fugado

Sin embargo, Puigdemont -eurodiputado de Junts en la pasada legislatura, a pesar de ser un prófugo de la justicia- ha respondido a Metsola y a la Eurocámara poniendo en duda que la defiendan, al considerar de que no atienden sus exigencias.

"Desconfiad de los que (o las que) sólo hablan de democracia un día al año", espeta Puigdemont en una afirmación sin fundamento.

"La presidenta popular del Parlamento Europeo, con su inestimable escudero y ahora flamante conseller de Govern socialista Jaume Duch, se negó siempre a atender a los eurodiputados que habíamos ganado las elecciones en Cataluña para exponerle la anomalía de nuestra situación. Se ve que en Europa sólo abren las puertas de manera discrecional no en función de la democracia, sino de los intereses de cada Estado", dice Puigdemont en su respuesta en X.

El exmandatario de Convergència -partido de derechas que gobernó Cataluña durante más de un cuarto de siglo- adjunta además a su mensaje el enlace al vídeo de un discurso del exministro de finanzas griego, el populista Yanis Varoufakis, titulado "el capitalismo se comerá la democracia, a menos que hablemos alto".

"Club de países decadentes y obsolescentes"

Las divergencias del expresidente de la Generalitat fugado con las instituciones comunitarias han sido recurrentes desde que se fugó de España a raíz de la organización del referéndum ilegal y la posterior declaración unilateral de independencia de Cataluña de octubre de 2017.

Antes que Metsola, también arremetió contra otros líderes de la UE, como los en su día presidentes de la Eurocámara, Antonio Tajani, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, entre otros.

Tanto es así que, semanas después de haber recalado en Bruselas, llegó a calificar a la UE como un "club de países decadentes y obsolescentes, en el cual mandan unos cuantos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles", según él. Y se ofreció a "trabajar para cambiarla" a su manera. Asimismo, y pese a decir ser partidario de la UE y del euro, también dejó abierta la posibilidad de dejar en manos de "los ciudadanos de Cataluña" la "decisión" de pertenecer a la misma. Años después, en 2021, el eurodiputado inglés Nigel Farage, impulsor del Brexit, dijo de él que "es un euroescéptico".

Entre las diferencias de Puigdemont con la UE en los últimos años figuran también sus acusaciones, y las de su entorno, por la, en su opinión, "doble moral" de los dirigentes de la UE al denunciar vulneraciones democráticas y de derechos humanos en países como Bielorrusia o Rusia, antes de que que este último país invadiera Ucrania.