Illa y Parlon prometen alejar a los Mossos d'Esquadra de la "confrontación política"
Presidente y consejera abogan por recuperar la "confianza mutua" entre el Govern y la polícía para superar la crisis provocada por Puigdemont, y eluden anunciar aún el fichaje de Trapero como director general
14 agosto, 2024 13:50Noticias relacionadas
El president Illa ha empezado este miércoles a mimar a los Mossos d'Esquadra, en su momento más bajo tras la huida del doblemente fugado Carles Puigdemont. El socialista y su apuesta al frente del Departamento de Interior, Núria Parlon, se han reunido con la cúpula de la policía catalana en el Complejo Central EGARA para "escuchar las necesidades e inquietudes" de los agentes.
Es en este contexto que el máximo dirigente de la Generalitat ha reafirmado su defensa del cuerpo y su compromiso de alejarlo de la "confrontación política". Palabras que ha expresado solo unos días después del duro cruce de reproches entre el ya exconseller Joan Ignasi Elena (ERC), del aún comisario jefe, Eduard Sallent, y del líder del procés y su entorno en Junts.
Sin noticias de Trapero, aún
Para Illa, los agentes "deben desarrollar su tarea alejados de la confrontación política" y su "propósito" y el de la exalcaldesa de Santa Coloma de Gramenet es "garantizar las condiciones para que esto sea posible". ¿Cómo? "Esto pasa por generar una confianza recíproca entre el cuerpo y la Generalitat", ha resumido en una breve declaración institucional ante los medios de comunicación en la sede central, en Sabadell.
Ello, sin dar mayores explicaciones de la reforma que pretende acometer para recuperar la autoestima de los agentes. No ha anunciado cambios, como el probable cese del cuestionado Sallent tras el desastroso dispositivo por la detención de Puigdemont que llevó a cortar el tráfico en las salidas de Barcelona durante todo el jueves. Tampoco la contratación de Josep Lluís Trapero en su vuelta como a la cúpula policial, siendo ésta su apuesta anunciada durante la campaña electoral para estabilizar el cuerpo.
Así, no ha aclarado cuándo nombrará al Mayor --que estaba presente y ha posado junto a Parlon en las fotografías-- como director general del cuerpo.
"Las cosas se pueden hacer mejor"
El hombre que dio la cara tras los atentados terroristas del 17A y que fue juzgado y, posteriormente, absuelto por su gestión durante el referéndum del 1-O, previsiblemente asumirá la dirección política del cuerpo bajo las órdenes de Parlon. No obstante, Illa ha defendido "escuchar las necesidades e inquietudes" de los agentes "antes de tomar decisiones". "Tenemos una buena policía, pero las cosas siempre se pueden hacer mejor", ha dicho. Por su parte, Parlon no ha hecho declaraciones.
En reunión, president y consellera se han reunido con los mandos del cuerpo y con los sindicatos policiales, y han saludado a algunas de las unidades que tienen su base en Egara: el Grupo Especial de Intervención (GEI), la Brigada móbil (Brimo), la Unidad Subacuática, la Unidad Canina o los Tedax, entre otras. Ante ellos, se ha comprometido a llegar de los aproximadamente 18.000 efectivos que el cuerpo tiene en la actualidad a los 22.000 agentes en 2030.
Illa ha remarcado tras su primer acto institucional como presidente que su Govern se regirá por tres puntos clave: los servicios públicos, la seguridad como "un derecho de todos" y el progreso, pues ha definido a su ejecutivo como un gobierno regido por los valores progresistas.
En la diana
El cuerpo se encuentra en la diana tras la fuga de Carles Puigdemont, que reapareció la semana pasada en Barcelona. Elena trató de excusar al cuerpo y Sallent negó por activa y por pasiva haber hecho el "ridículo", a pesar de lo desastroso del operativo, por el que el Tribunal Supremo ha pedido explicaciones. Arropado por toda la cúpula, el exconseller también atacó al líder de Junts, a quien acusó de engañar a la ciudadanía y de querer dinamitar la investidura.
Como respuesta, Puigdemont cargó contra el Govern en funciones de ERC y los Mossos. Les acusó de llevar a cabo una "caza de brujas" y de una "ola represora", con un operativo no visto siquiera contra "terroristas ni asesinos". Todo ello ha sumido a la policía autonómica en una profunda crisis a la que el Ejecutivo socialista debe dar respuesta con urgencia para resolver la división y el malestar que se vive en su seno.