ERC es una caja de bombas. La crisis interna surgida ya no por la deriva del partido tras el batacazo electoral del 12M, sino por los actos de falsa bandera contra los Maragall y el expresidente de la formación Oriol Junqueras están agitando al partido en las horas decisivas para el pacto de investidura de Salvador Illa (PSC).
De hecho, las dimisiones de Sergi Sabrià y Ernest Maragall, así como el despido del director de comunicación de ERC, Tolo Moya, no han zanjado la crisis por los cartelles denigratorios contra los Maragall, ideados desde dentro del partido. En este sentido, el exdiputado Joan Tardà aprieta a la secretaria general, Marta Rovira, para conocer la verdad y depurar responsabilidades.
Depurar responsabilidades
Este jueves, Tardà ha firmado una carta dirigida a Rovira, junto con otros miembros del partido en el Baix Llobregat, en el que reclama una sesión extraordinaria del Consell Nacional para tratar el asunto de los Maragall. Se ofrece a ayudar "para no demorar la verdad y depurar responsabilidades".
Hasta ahora, lo único que dice haber hecho ERC ha sido abrir una investigación interna que ha terminado con cuatro expedientes disciplinarios (con expulsión para uno de ellos) a los supuestos implicados en los carteles sobre los Maragall y el Alzheimer, colgados con motivo de las elecciones municipales de Barcelona del 2023, en las que Ernest Maragall era candidato por Barcelona.
Los cuatro nombres
Los nombres de esos cuatro señalados son el militante de la Anoia que habría ideado la acción (y que, según Estimem Catalunya, responde al nombre de Joan Mangues); el exdirector de comunicación Tolo Moya, el exviceconseller de Estrategia y Comunicación de la Generalitat Sergi Sabrià, y el exvicesecretario general de Comunicación y Estrategia del partido Marc Colomer.
Sin embargo, hay algo que no convence a Tardà y a otros militantes críticos, que esperan conocer toda la verdad de un caso al que ERC ha tratado de dar carpetazo con esta supuesta investigación interna y que el mismo Moya ya ha rebatido. Se siente como "cabeza de turco" y defiende su inocencia, al tiempo que dirige su dedo hacia la cúpula del partido.