Junts ha cerrado una de las crisis más graves que ha tenido en los últimos años. Se trata de la denuncia de Aurora Madaula, la diputada que en un pleno de mujeres aseguró sufrir “violencias silenciosas” por parte de “compañeros y compañeras”. El ataque hizo planear la sombra del machismo sobre la formación y supuso la ruptura entre los afines al secretario general, Jordi Turull, y la presidenta del partido, Laura Borràs; aunque no fue total. La muestra es que ambos han encontrado motivos suficientes para fumar la pipa de la paz, al menos, hasta el próximo congreso del partido (todavía sin fecha).

La presidenta de Junts, Laura Borràs EUROPA PRESS

El punto de inflexión han sido las acusaciones vertidas contra el eurodiputado y vicepresidente del Consell per la República Toni Comín por cargar gastos personales a la entidad. El anuncio de este escándalo se ha producido casi en paralelo a la negociación del aparato del partido con Madaula, a quien finalmente convencieron para que la denuncia de acoso no fuese a más.

Revisión del protocolo y formación

Según explican algunas voces del partido, la información que posee la vicepresidenta de Junts sobre Comín ha sido una de las razones que ha llevado a Turull y al presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, a "envainársela" y llegar a un acuerdo.

El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet GALA ESPÍN

Dos de los hombres fuertes de Carles Puigdemont han dado su brazo a torcer y pactado la revisión del protocolo interno de prevención del acoso para adecuarlo a la normativa, así como garantizar, en el plazo de dos años, una formación de sus afiliados en esta materia, "siendo prioritaria para quienes ostenten cargos orgánicos y representativos".

Una victoria moral para Madaula

Ello supone una victoria moral para Aurora Madaula, tras un largo proceso en el que se ha visto sumergida y que le llevó, incluso, a perder su puesto en la lista de Junts durante las elecciones autonómicas del pasado 12 de mayo. A cambio, Turull y Batet se garantizan que ésta no sea un problema ni "ahonde en el agujero negro que suponen los ingresos y los gastos" del chiringuito de Puigdemont, del que ella también forma parte.

Según adelantó el diario El Món, el eurodiputado habría pasado facturas por valor de 4.786 euros para irse de vacaciones de Semana Santa en 2023, tal y como denunció el exgerente de CatGlobal, Sergi Miquel. Algunas fuentes aseguran que Madaula "ha vivido todo de cerca" y "sabe que no se ha llevado con rigor", lo que le ha situado en una "posición de fuerza" respecto a Turull.

Se le buscará cobijo

El secretario general no solo se ha tenido que comprometer a afrontar una formación en materia de acoso para sus cuadros, sino también a garantizar que “se la ayudará" buscándole cobijo en un cargo orgánico o institucional. El dónde es una incógnita, ya que por ahora Junts cuenta con pocas posiciones de influencia en la Administración en comparación con los tiempos del procés, por lo que le han pedido que tenga "paciencia”.

Gonzalo Boye (abogado de Carles Puigdemont) y el exconseller Toni Comín en rueda de prensa telemática EUROPA PRESS

Por su parte, los afines a Jordi Turull y el aparato del partido se defienden y aseguran que Madaula también ha cedido en sus posiciones, ya que el secretario general podría guardar un as en la manga suficiente para disuadirla. Ella lo sabía y decidió "aflojar", aseguran las mismas voces.

Puigdemont protege a Comín

El miedo a que se aireen los trapos sucios de Toni Comín ha cerrado una herida con Madaula, pero ha abierto otra en el seno de la militancia, que estos días hacen "arder" los grupos de WhatsApp, preguntándose a qué espera Puigdemont para poner orden y pedir explicaciones. Más aún cuando se está jugando su propia investidura frente al socialista Salvador Illa, censuran cuadros neoconvergentes. Por ello, exigen una reunión de la ejecutiva en la que se trate este asunto que salpica a su “juguete” del Consell.

El candidato de Junts, Carles Puigdemont, y el secretario general del partido, Jordi Turull EUROPA PRESS

Asimismo, lamentan que el fugado conociera "desde hace meses" estas informaciones contra Comín, a quien definen como "su niño mimado". No solo no le castigó, sino que le premió con ser el número uno de Junts a las elecciones europeas del 10 de junio: una posición cómoda y muy bien remunerada. "Sabe cosas de él y lo va a proteger", concluyen decepcionados con el líder de Junts. 

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