Los malos resultados de las elecciones catalanas del 12 de mayo han desencadenado el caos en ERC, donde los partidarios de la secretaria general, Marta Rovira, y los del hasta ahora líder moral del partido, Oriol Junqueras, se enfrentan por el poder ante el congreso de noviembre. Sergi Sabrià, antaño hombre de confianza de Junqueras y pieza clave del Govern de Pere Aragonès, corre el riesgo de convertirse en una víctima de consenso en la guerra interna por los carteles contra los hermanos Maragall.
Alcalde de Palafrugell (Girona), diputado, presidente del grupo parlamentario, director de la Oficina del president de la Generalitat y viceconsejero de Estrategia y Comunicación son algunos de los cargos que ha ejercido, durante los últimos años, Sergi Sabrià. A veces desde la exposición pública y, otras, desde la sombra. Su trabajo como uno de los cerebros de ERC ha levantado ampollas dentro y fuera del partido, alimentando la leyenda de una suerte de Miguel Ángel Rodríguez (MAR) de la política catalana.
Algunos hablan de “'vendetta'”
Sus afines le reconocen el mérito de haber contribuido a llevar el mensaje de ERC a amplios sectores de la sociedad catalana y a que el partido alcance cuotas de poder como nunca antes. “Él ha sido el jefe de campaña del 12M, pero también estaba ahí en las elecciones de 2021”, afirman algunas fuentes que ponen en valor su papel en los comicios que llevaron a Aragonès a gobernar la Generalitat.
Por el contrario, sus detractores le ven como un “personaje nefasto y siniestro” que se ha “ganado muchos enemigos”, incluso dentro de su propio partido, en los últimos años. En este sentido, admiten que el hecho de que el nombre de Sabrià haya saltado a la palestra en los últimos días puede tratarse de una “vendetta” por parte de algunos círculos republicanos. “Como es el gran lampista, algunos piensan que, debilitándole a él, debilitarán a toda la cúpula”, consideran las mismas voces.
Y es que, tras las informaciones del Ara, el jefe de la oficina del president y actual viceconsejero de Estrategia del Govern en funciones se ha visto salpicado por un caso de guerra sucia en el seno del partido. Un escándalo que ha sacudido la sede de ERC y por el cual Sabrià, entre otros, era conocedor de los carteles que aparecieron en sedes de Barcelona y en los que se podía leer Fuera el alzhéimer de la ciudad. Se burlaban de la enfermedad que padece Pasqual Maragall, hermano de Ernest Maragall, quien fue candidato a las municipales.
Dejará la política activa
En estos momentos, Sabrià sigue ejerciendo como viceconsejero en funciones hasta la formación de un nuevo Govern, habiendo aclarado tras las elecciones del 12 de mayo que abandonará la política activa para dar paso a "nuevos liderazgos". Pero se da la circunstancia de que, tanto Colomer como Sabrià, son dos pesos pesados entre los más de 1.000 firmantes del manifiesto a favor de la renovación de la cúpula de ERC.
Una iniciativa vinculada a la secretaria general, Marta Rovira, y al sector Palau del partido, entre los que se encuentran el president Aragonès, la vicepresidenta Laura Vilagrà y consellers como Ester Capella y Roger Torrent. Así, que el nombre de Sabrià haya saltado a la palestra ha tenido consecuencias sobre la guerra interna entre los de Rovira y los de Junqueras, poniendo en cuestión la credibilidad de los “renovadores”.
Rovira anuncia una investigación
De momento no ha trascendido qué va a pasar con los responsables de esta “guerra sucia”, pero Rovira ha anunciado que se ha abierto un expediente para investigar la responsabilidad y que no descarta adoptar las sanciones correspondientes del código de conducta. También Junqueras, muy vinculado a Sabrià en el pasado, se ha pronunciado afirmando que está “sorprendido y decepcionado”, y que no era conocedor de tales hechos.
Por ahora, el primer movimiento de la dirigente desde Suiza ha sido citar a declarar al responsable de Comunicación, Tolo Moya, el próximo lunes. Hará lo mismo con Sabrià, aunque todavía no hay fecha, según ha avanzado La Vanguardia. En su caso, comparecerá por iniciativa propia este jueves a las 12.30 horas.
Es decir, que el exalcalde de Palafrugell está en la picota por parte de los dos sectores enfrentados por el poder; el sector junquerista “le instrumentalizará” contra Rovira y los de la secretaria general “le sacrificarán si es necesario”, advierten fuentes conocedoras del conflicto abierto en ERC.
Camino a un preacuerdo
Las mismas fuentes consideran que, hasta hace muy poco, no había dos sectores en el partido y que el “descontento” en torno a la figura de Sabrià se estaba extendiendo. En este sentido, el viceconsejero podría convertirse en una “víctima de consenso” tras el caso de los carteles. Una “pieza sacrificial” como principio de entendimiento entre el sector rovirista y el junquerista, que podrían acabar llegando a un acuerdo en los próximos meses para que el congreso republicano de noviembre no se convierta en un baño de sangre.
El caso de los carteles contra los Maragall y los nuevos compases de la guerra interna entre Rovira y Junqueras han convertido la negociación de un preacuerdo de investidura a finales de julio en un camino lleno de espinas.