No hay campaña electoral en la que Alberto Núñez Feijóo no haga unas declaraciones que levanten ampollas en su partido y fuera de él. Las elecciones europeas del 9 de junio, con una dimensión nacional de los resultados, no iban a ser menos. Las palabras del líder del PP sobre la posibilidad de llevar a cabo una moción de censura contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez -con el apoyo de Junts- han hecho saltar las alarmas, esta vez, en Esquerra Republicana.
Hoy por hoy, los republicanos tienen que desempatar entre el PSC y Junts para la Mesa del Parlament, que se constituye el 10 de junio, pero también para la investidura de Salvador Illa o Carles Puigdemont. Esta última es improbable, ya que necesitaría de la abstención del PSC. Por ello, el guiño de los populares a los neoconvergentes ha generado malestar en algunas de sus caras visibles, que temen ser "cómplices" de un pacto oculto entre dos partidos a los que sólo une su ideología de derechas.
Un nuevo guiño que sienta "muy mal" en ERC
No es el primer acercamiento que se produce entre PP y Junts pese al contexto de crispación por el pacto de Sánchez y los independentistas con la Ley de Amnistía. En la campaña para las elecciones gallegas, Feijóo abrió la puerta a un indulto condicionado al fugado Puigdemont si se abría a pedir perdón, y meses atrás uno de los pesos pesados de Génova, Esteban González-Pons, aseguró que Junts era un partido “cuya tradicion y legalidad no está en duda”. Sus palabras agitaron las aguas del PP catalán, hasta el punto de que casi le cuestan la cabeza a Alejandro Fernández, un candidato muy crítico con el separatismo en Cataluña.
De este modo, este nuevo guiño a Puigdemont con una posible moción de censura a Sánchez tras el 9J ha sentado “muy mal” en ERC. Las voces consultadas por este medio avisan de que “no es plato de buen gusto” estar planteándose un acuerdo con Junts para pactar “una Mesa antirrepresiva” en la Cámara cuando, por otro lado, “están dialogando con el PP”. Un partido que, cabe recordar, “es contrario a la amnistía que permitirá que Puigdemont y otros como Marta Rovira o Rubén Wagensberg vuelvan”.
Un acuerdo que puede salir demasiado caro
Temen que ERC se deje arrastrar “por la corriente de Puigdemont” apoyando un acuerdo independentista para la Mesa que les salga demasiado caro; y todo por no empezar a allanar el camino "demasiado pronto" a una abstención en favor del candidato socialista, evitando así ser tildados por enésima vez como botiflers.
Aun así, la secretaria general de la formación, Marta Rovira, ha asegurado en distintas ocasiones que se trata de negociaciones “separadas”, por lo que no hay que descartar que ERC acabe dando su visto bueno al PSC, una vez constatado que Puigdemont no tiene los números para ser investido president de la Generalitat.
Junts "se deja querer por el PP"
Cada vez son más las voces dentro de Esquerra que reclaman acercarse a Illa ante un Puigdemont que ha ejercido “una campaña de desprestigio contra ERC” durante años, hundiéndoles en los 20 escaños y apeándoles de la hegemonía del independentismo. Es más, consideran que hay que echar el freno a las señales de unidad con Junts porque éstos ya empiezan a “dejarse querer por el PP”. Una estrategia diametralmente opuesta a la que han llevado los republicanos en el Congreso.
Sin ir más lejos, el portavoz en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, ya ha puesto pie en pared a estos acercamientos en un mensaje muy crítico en las redes sociales, donde se muestra convencido de que Feijóo acabará pactando con Junts.
Con todo, no cabe duda de que la opción de impulsar una moción de censura contra Sánchez con el necesario apoyo de la derecha independentista ha sentado como un jarro de agua fría en la sede de Oriol Junqueras: “Una cosa es que intentemos una Mesa con mayoría independentista, y otra que vayamos a tragar con que hablen con la derecha española”, espetan los mismos que exigen a Junts “claridad”. Hoy por hoy, el silencio impera entre los neoconvergentes.
Ablandados con el PSC
Es irremediable que, en este contexto, los republicanos ablanden sus reticencias a hablar con el PSC. Un partido que también está en disposición de ofrecerle cuotas importantes de poder institucional. Y no sólo en la Mesa, también en el sottogoverno de la Administración, en el caso de que Illa logre ser president.
Ante una ERC que no tiene un liderazgo claro y que atraviesa su momento más delicado tras los malos resultados del 12M, ya son muchos los que esperan que voces influyentes de la órbita del partido aprieten para tomar distancia con Junts, que les ha hecho la vida imposible desde 2017, y cerrarle así el paso a Puigdemont.
Sin el fugado al frente, ERC podría estar en disposición de recuperar parte de los votantes que le ha robado Junts en unas futuras elecciones. Pero para eso necesitan tiempo, al igual que para abrirse a dejar gobernar a Salvador Illa.