Pere Aragonès y Marta Rovira tutelarán la transición de ERC
Josep Maria Jové será una de las personas que pilotarán las negociaciones para la investidura; ya está acostumbrado a hacerlo, pues participó en las conversaciones con Pedro Sánchez para los indultos, la reforma del Código Penal y el traspaso de Rodalies
17 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
ERC intenta recomponerse contra viento y marea. Los malos resultados de las elecciones del 12 de mayo se saldaron con dos dimisiones en pocas horas, entre las cuales se encontraban dos pesos pesados como Pere Aragonès y Marta Rovira. El primero asumió responsabilidades el día después del batacazo electoral, mientras que la fugada en Suiza anunció el miércoles que no optará a la reelección como secretaria general. Sin embargo, ambos seguirán tutelando, desde la sombra, la transición de ERC hacia la nueva etapa que debe empezar a partir del congreso extraordinario convocado para el 30 de noviembre.
El president de la Generalitat en funciones y candidato al 12M continuará teniendo un papel importante en el corto plazo en Esquerra Republicana, así como la todavía secretaria general. De hecho, ambos fueron los responsables de que Oriol Junqueras -considerado el líder moral del partido tras su paso por la cárcel- asumiese también responsabilidades políticas. Y es que la presión que ejercieron sobre él en una reunión de la ejecutiva que fue tan “tensa”, que acabó acelerando su paso al lado en la formación. Pero por poco tiempo.
Junqueras deja la presidencia... de momento
Junqueras dejará la presidencia de ERC a partir del 10 de junio, una vez superadas las elecciones europeas. Pero esa fecha no es casual. Es a partir de entonces cuando el partido deberá desempatar entre dos opciones incómodas: facilitar la investidura de Salvador Illa o darle “una segunda vida política” a Carles Puigdemont. El prófugo no saldrá investido pese a los votos a favor de los republicanos, ya que para ello necesita la imposible abstención del ganador de las elecciones, el PSC.
Así pues, los dirigentes de ERC estarían dando impulso a su enemigo íntimo, un Puigdemont que no puede ser president, y abocando a Cataluña a la repetición electoral.
Ese es, precisamente, el escenario menos deseado para ERC. Ya han sido apeados de la hegemonía independentista por parte de Junts, y no pueden permitirse ser retratados como responsables de unas segundas elecciones que la ciudadanía no desea. Si no desbloquean la situación, podrían reducir todavía más sus escaños en el Parlament y ser adelantados por el PP, lo cual sería un duro golpe para la moral de los republicanos y su electorado indepe más puro.
Un movimiento "egoísta"
Quien fue vicepresidente del Govern durante el mandato de Puigdemont quiere borrarse del mapa en el momento más delicado de su partido, y esperar la Ley de Amnistía para relanzarse políticamente. Una estrategia que algunos dirigentes consultados por este medio ven “egoísta”, pues recuerdan que Junqueras fue culpable de operaciones fallidas como la de situar a Gabriel Rufián en las elecciones municipales de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Junqueras apostó por el portavoz en el Congreso para intentar desgastar a la socialista Núria Parlon y morder el electorado del PSC en el área metropolitana, pero fue un auténtico fracaso que aún resuena en el partido.
De este modo, Junqueras ha decidido apartarse en ese momento de inflexión para evitar que se le culpe de haber entregado la presidencia de la Generalitat al PSC, frente al que ha defendido en anteriores ocasiones un cordón sanitario o que fueran descartados como socios para los presupuestos. Con este movimiento de ajedrez, el republicano actúa de forma similar a cuando Pedro Sánchez dimitió como diputado y abandonó la primera línea política para no participar de la abstención del PSOE a la investidura de Mariano Rajoy en 2016. “Junqueras se retira porque sabe que ERC se acabará absteniendo con el PSC y no quiere comerse ese sapo”, expresan las mismas voces.
Sí están en disposición de hacerlo tanto Pere Aragonès como Marta Rovira. Dos personas que, al haber dimitido, “no se juegan nada” políticamente, pero que sí se reservan el derecho a tener un mínimo de influencia en este punto de inflexión que va a ser trascendental para el futuro del partido. En el caso de Aragonès, siente un “profundo deber” de dejar la formación en la situación “menos frágil” posible tras haber sido el candidato del batacazo.
Jové, en la cocina de los pactos
Por otro lado, el partido tendrá que elegir a las personas encargadas de negociar con PSC y Junts para la investidura. Uno de los nombres que participarán en estas conversaciones es el presidente del grupo parlamentario y del Consell Nacional de ERC, Josep Maria Jové. No es la primera vez que recibe un encargo de primer nivel, ya que también fue uno de los fontaneros de ERC que estuvo en la cocina de los pactos con el Gobierno.
Sin ir más lejos, participó en las conversaciones para la investidura de Sánchez y negoció cuestiones trascendentales para el partido como los indultos, la reforma del Código Penal o el traspaso de Rodalies. Así pues, Jové es un veterano curtido en mil batallas y que ha negociado con pesos pesados del socialismo catalán y español.
No cabe duda de que el retiro temporal de Junqueras facilita el camino a la abstención de ERC al PSC. Especialmente en un momento en que también se está negociando la incorporación de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona, donde ya pactaron con el alcalde Jaume Collboni los presupuestos de 2024. Desde ambos partidos aseguran que no existe un intercambio de cromos, si bien admiten que la “buena sintonía” en otras instituciones de Cataluña sí influye en un futuro entendimiento en la Generalitat. Por contra, la relación con Puigdemont en estos momentos es de “animadversión total”.