Un plebiscito contra la “sumisión al Estado” de ERC, Junts y PSC. Así afrontan la CUP y su candidata, Laia Estrada (Tarragona, 1982), las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. Unos comicios en los que los autodenominados “antisistema” se presentan sin novedades ni sorpresas en el plano ideológico, que a grandes trazos se resume en un ultranacionalismo radical —hasta el punto de parecerles desfasado el referéndum pactado que plantean ERC y Junts, o rechazar un hipotético trilingüismo en las escuelas—, y un modelo indefinido, basado en el ‘no’ a un sinfín de proyectos territoriales: ya sea la construcción de nuevas desaladoras para hacer frente a la sequía —por considerar que favorecen al “lobby turístico”, según ella—, la ampliación del aeropuerto de El Prat, o la construcción del macrocomplejo Hard Rock de Tarragona, entre otras muchas iniciativas que deploran.

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Diputada en el Parlament desde 2021, previo paso como concejala en el Ayuntamiento de Tarragona —su ciudad natal— desde 2015, Estrada, de hecho, se dio a conocer en sus orígenes como activista de planes como el Hard Rock. Licenciada en Ciencias Ambientales, también ha participado en los movimientos feministas, a favor de la sanidad pública y el derecho a la vivienda.

Hija del sindicalista José Estrada, obtuvo su primer cargo político con apenas 33 años, como regidora en Tarragona. Y encabezó, junto a Edgar Fernández, la lista de la CUP para la circunscripción de dicha ciudad en las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2021, consiguiendo su actual escaño.

Un partido en declive desde hace años

Estrada afronta en las actuales elecciones el reto de intentar superar los dos batacazos de la CUP en las municipales y generales del año pasado.

El modus operandi de la formación ultranacionalista es bien conocido desde que llegó por primera vez al Parlament en 2015. Hasta ahora, se ha caracterizado por facilitar, con su abstención, la continuidad de diversos presidentes nacionalistas, como ocurrió en su momento con Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès. Y, desde la oposición, se ha caracterizado tratar de tumbar un sinfín de iniciativas; en especial, en el plano económico (presupuestos autonómicos incluidos). 

¿Cual es su propuesta? Rechazo al trilingüismo

En las últimas semanas, la candidata de la CUP ha rechazado, al igual que ERC, Junts y Comuns Sumar, la posibilidad introducir el trilingüismo en la educación catalana, insistiendo en mantener la inmersión obligatoria frente a lo que les parece una “ofensiva contra el catalán” —esto es, la inclusión de más idiomas también como vehiculares.

Y es que, al igual que el resto de formaciones nacionalistas, la inmersión lingüística en catalán le parece a la CUP un pilar básico de lo que llaman “cohesión social” en Cataluña.

Estrada, al igual que ERC, ha apoyado la creación de una conselleria exclusiva para la lengua catalana, dotándola de abundantes recursos y de capacidad para incidir en todos los ámbitos del Govern.

Asimismo, ha defendido una nueva ley de educación basada en cuatro “consensos”: garantizar la inversión de un 6% del PIB en el sector; “volver a la gestión democrática de los centros”, para lo que reclaman que se deje de financiar la escuela privada; un blindaje de la inmersión lingüística, y la derogación del decreto que regula las escuelas concertadas para llegar a un 90% de plazas públicas.

En contra de las desalinizadoras

En los últimos días, la candidata de la CUP a la Presidencia de la Generalitat también ha considerado un error la construcción de desalinizadoras en Cataluña para hacer frente a la grave sequía, ya que a su juicio sirven para “mantener este modelo de favorecer básicamente a la industria y el lobby turístico”, según sus palabras.

A su modo de ver, la construcción de nuevas desalinizadoras provocará un “probable encarecimiento de la factura” del agua. Y defiende aprovechar la situación de sequía para hacer un cambio radical de políticas y planificar priorizando, según ella, los sectores estratégicos, como la agricultura.

Los perfiles de los demás candidatos

  • Salvador Illa (PSC): El líder del Partido Socialista ganó los comicios de 2021 en las Elecciones en Cataluña, pero la mayoría absoluta de los independentistas le impidió gobernar: situación que podría repetirse este 12 de mayo de 2024, aunque los sondeos pronostican un gran resultado. 

  • Pere Aragonès (ERC): El líder de Esquerra Republicana se vio obligado a convocar elecciones tras la falta de apoyo en la aprobación de los Presupuestos. Su pasado le precede: José Aragonés fue alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) bajo el amparo de La Falange, mientras Jordi Aragonès concurre a las elecciones del 12M por Aliança Catalana.

  • Carles Puigdemont (Junts): El partido del expresident se aferra a la figura de su líder para evitar una estrepitosa derrota en los comicios. Destaca su discurso identitario con con exigencias como el referéndum de ruptura con España, la imposición del catalán o la cesión de las competencias en inmigración a la Generalitat.

  • Jéssica Albiach (Comuns Sumar): La líder de los Comuns aspira a mantener los resultados el 12 de mayo en las Elecciones en Cataluña 2024, aunque el crecimiento del PSC, de la mano de Salvador Illa, podría pasarle factura. 

  • Alejandro Fernández (PPC): La versión catalana del PP podría crecer en número de escaños y puede tener una enorme influencia sobre la investidura en los pactos tras el 12M. Los populares podrían ser determinantes a la hora de decidir, por ejemplo, si Salvador Illa puede gobernar la Generalitat.

  • Clara Ponsatí (Alhora): Fue ‘consellera’ de Educación para sacar adelante el referéndum ilegal del 1-O junto a Carles Puigdemont en 2071, pero ha acabado siendo una de las personas más críticas: sus pactos con Pedro Sánchez provocaron una brecha insalvable entre ambos. 

  • Sílvia Orriols (Aliança Catalana): La polémica fundadora del partido Aliança Catalana: nombre propio de las Elecciones en Cataluña el 12-M. 

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