La presidenta de la ANC, Dolors Feliu

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu EUROPA PRESS

Política

A la ANC se le atraganta su lista cívica

  • A la entidad independentista no le ha sorprendido que Clara Ponsatí monte un nuevo partido, aunque reconocen que hubiese sido "buena candidata"
  • Dolors Feliu es partidaria de una iniciativa que es difícil que prospere ya que, tras la votación de los socios, se enfrentan al reto “complicado” de recoger los avales
7 marzo, 2024 00:00

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Clara Ponsatí y Jordi Graupera han desvelado el misterio que sobrevolaba durante los últimos días el movimiento independentista. La exconsellera de Educación de la Generalitat y el filósofo no serán las cabezas visibles de la lista cívica que prepara la Assemblea Nacional Catalana (ANC), siempre y cuando sus socios den luz verde a la decisión de presentarse a través de una consulta interna que se está celebrando estos días y que acabará el 14 de marzo.

La exconsejera de Educación, Clara Ponsatí (i), y el filósofo Jordi Graupera (d)

La exconsejera de Educación, Clara Ponsatí (i), y el filósofo Jordi Graupera (d) EUROPA PRESS

Cabe recordar que la exconsejera y eurodiputada ha sido protagonista de algunas soflamas como "de Madrid al cielo", cuando se mofó de los muertos por coronavirus en la capital.

ANC y Feliu quedarán "tocadas"

Por su parte, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, lleva mucho tiempo siendo cuestionada por propios y extraños. Las fuentes consultadas por este medio aseguran que ella "es partidaria de la lista cívica", pero está claro que, independientemente de si la candidatura se produce o de un eventual resultado electoral, la entidad que hasta ahora se había erigido como faro moral del independentismo "quedará tocada".

El cantautor Lluís Llach

El cantautor Lluís Llach EUROPA PRESS

La decisión de Ponsatí no ha sorprendido

Desde dentro de la ANC, el anuncio de Ponsatí no ha sido una sorpresa, y es que “ya lo esperaban” desde hace tiempo. Hasta tal punto que la dirigente de Junts descartó en público la lista cívica e “insinuó que se montaría un partido por su cuenta”. Aún así, hay quien reconoce que la dificultad de que prospere la lista cívica, ya que tras la votación de los socios se enfrentan al reto “complicado” de recoger 60.000 avales.

Acto conmemorativo del 1-O de la Asamblea Nacional Catalana

Acto conmemorativo del 1-O de la Asamblea Nacional Catalana EUROPA PRESS

Con todo, la moral de la entidad en estos momentos "está por los suelos". La lista cívica de la ANC empieza a hacer aguas cuando ni siquiera se ha oficializado. Algunos hasta prefieren que no salga adelante, ya que de presentarse a las elecciones autonómicas y no obtener representación -o un resultado muy pobre-, su reputación quedará muy dañada en el mundo independentista.

Lluís Llach, ¿candidato?

Por otra parte, las voces más optimistas sugieren que la lista puede tener éxito en caso de un “candidato lo suficientemente atractivo” a nivel electoral. Consideran que Ponsatí "podría haber sido una buena candidata", pero también apuestan por que lo sea el propio Lluís Llach, una cara reconocida dentro del independentismo y “sin pelos en la lengua” a la hora de decir las verdades a los dirigentes del resto de partidos.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, con la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el exvicepresidente del Parlament Josep Costa

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, con la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el exvicepresidente del Parlament Josep Costa EUROPA PRESS

El dilema de la ANC

Así, si la ANC surgió para presionar a los grupos políticos y ya no tiene capacidad de influir, no le quedará más remedio que reinventarse en un nuevo artefacto. La principal salida sería, naturalmente, la de convertirse en un partido político aprovechando la desafección de la base independentista.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, con el coordinador de Estrategia y Discuros de la ANC, Uriel Bertran

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, con el coordinador de Estrategia y Discuros de la ANC, Uriel Bertran EUROPA PRESS

Fracasar en una apuesta electoral arriesgada o fracasar por unos niveles de influencia que van cuesta abajo y sin frenos. Ese es el dilema al que se enfrenta la ANC en los próximos meses.