Clara Ponsatí y Jordi Graupera han desvelado el misterio que sobrevolaba durante los últimos días el movimiento independentista. La exconsellera de Educación de la Generalitat y el filósofo no serán las cabezas visibles de la lista cívica que prepara la Assemblea Nacional Catalana (ANC), siempre y cuando sus socios den luz verde a la decisión de presentarse a través de una consulta interna que se está celebrando estos días y que acabará el 14 de marzo.
Cabe recordar que la exconsejera y eurodiputada ha sido protagonista de algunas soflamas como "de Madrid al cielo", cuando se mofó de los muertos por coronavirus en la capital.
ANC y Feliu quedarán "tocadas"
Por su parte, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, lleva mucho tiempo siendo cuestionada por propios y extraños. Las fuentes consultadas por este medio aseguran que ella "es partidaria de la lista cívica", pero está claro que, independientemente de si la candidatura se produce o de un eventual resultado electoral, la entidad que hasta ahora se había erigido como faro moral del independentismo "quedará tocada".
La decisión de Ponsatí no ha sorprendido
Desde dentro de la ANC, el anuncio de Ponsatí no ha sido una sorpresa, y es que “ya lo esperaban” desde hace tiempo. Hasta tal punto que la dirigente de Junts descartó en público la lista cívica e “insinuó que se montaría un partido por su cuenta”. Aún así, hay quien reconoce que la dificultad de que prospere la lista cívica, ya que tras la votación de los socios se enfrentan al reto “complicado” de recoger 60.000 avales.
Con todo, la moral de la entidad en estos momentos "está por los suelos". La lista cívica de la ANC empieza a hacer aguas cuando ni siquiera se ha oficializado. Algunos hasta prefieren que no salga adelante, ya que de presentarse a las elecciones autonómicas y no obtener representación -o un resultado muy pobre-, su reputación quedará muy dañada en el mundo independentista.
Lluís Llach, ¿candidato?
Por otra parte, las voces más optimistas sugieren que la lista puede tener éxito en caso de un “candidato lo suficientemente atractivo” a nivel electoral. Consideran que Ponsatí "podría haber sido una buena candidata", pero también apuestan por que lo sea el propio Lluís Llach, una cara reconocida dentro del independentismo y “sin pelos en la lengua” a la hora de decir las verdades a los dirigentes del resto de partidos.
El dilema de la ANC
Así, si la ANC surgió para presionar a los grupos políticos y ya no tiene capacidad de influir, no le quedará más remedio que reinventarse en un nuevo artefacto. La principal salida sería, naturalmente, la de convertirse en un partido político aprovechando la desafección de la base independentista.
Fracasar en una apuesta electoral arriesgada o fracasar por unos niveles de influencia que van cuesta abajo y sin frenos. Ese es el dilema al que se enfrenta la ANC en los próximos meses.
Noticias relacionadas
- Jordi Graupera prepara un "nuevo proyecto político" independentista radical junto a Clara Ponsatí
- Quién es Jordi Graupera, el 'indepe' que no consiguió entrar en Barcelona y que ahora quiere dar el salto al Parlament
- La ANC inicia la consulta sobre la lista cívica para las elecciones catalanas que divide a la entidad