Ruben Wagensberg

Afirma que no se ha fugado de la justicia, pero no tiene fecha de regreso a casa y sus allegados han empezado a difundir campañas de apoyo. A pesar de sus declaraciones, el activista, ahora político independiente en las filas de ERC, ha optado por seguir la senda de otros exdirigentes de la Generalitat, como los prófugos Carles Puigdemont y Marta Rovira. 

Wagensberg se ha marchado aunque, eso sí, no es exactamente uno de los refugiados por los que tantas veces ha dado la cara y que ahora usa para reivindicar su inocencia. Deja Cataluña, pero conserva tanto su escaño en el Parlament como su silla en la mesa de la Cámara, responsabilidades por las que cobra unos 7.000 euros mensuales.

En esto, como en casi todo, también hay clases. Y Cataluña tiene una larga lista de ejemplos. Wagensberg es otro de los mandatarios con sueldos privilegiados que aseguran sufrir "represión". En su caso, alega que es un pacifista y defensor de los derechos humanos (que lo es) y que ha sido injustamente y falsamente acusado de terrorismo; aunque ambas cuestiones no estén relacionadas, ni exista aún ninguna imputación en firme ni se espere el juicio del caso Tsunami Democràctic de forma inmediata. 

Por ahora, la Guardia Civil asegura que fue la persona que se escondía tras el alias Konan y habría colaborado de forma estrecha con Marta Rovira (Matagalls) en organizar y divulgar un movimiento que se vendió como una reacción espontanea de los catalanes -independentistas, aunque nunca hicieron la diferencia- contra la condena a los políticos responsables de la declaración simbólica de independencia. Wagensberg y la presidenta de ERC habrían actuado junto a otras 9 personas, la mayoría de ellas dirigentes o empresarios de la órbita republicaba.  

Ha reconocido que esta investigación le ha afectado en los personal hasta el punto de decidir pasar un tiempo en Suiza. Pero, incluso si acabara condenado, se podría beneficiar sin despeinarse demasiado de la amnistía con la que Pedro Sánchez se aseguró seguir en Moncloa. Sólo debería convencer a sus excompañeros en el Govern de Junts que es necesaria aprobarla.