No solo es la B-40: las obras en otras carreteras que el Gobierno cederá a la Generalitat
- El nuevo modelo de colaboración por la ronda del Vallès permitirá ejecutar mejoras en autopistas, en dos vías del Maresme y en el eje pirenaico
- El ministerio considera "urgente" extender este sistema a más infraestructuras pactadas, mientras la consejería permanece a la espera de recibir los correspondientes convenios
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El nuevo modelo colaborativo que ultiman el Gobierno y la Generalitat para ejecutar infraestructuras pendientes no solo desencallará la pretendida ampliación de la B-40, sino que también permitirá sacar adelante otras actuaciones pactadas entre los equipos del presidente Pedro Sánchez y el president Pere Aragonès.
Se trata de la B-23, N-II, C-32, N-260, AP-7 y AP-2, vías con obras ya contempladas y para las que se aplicará el mismo mecanismo que estrenará el cuarto cinturón, ronda Norte o ronda del Vallès, proyecto pactado entre el PSC y ERC y fundamental para la comprometida legislatura catalana, necesitada de consensos.
Nuevo modelo de colaboración con desembolsos anticipados
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado jueves la inclusión en el último decreto anticrisis de dos disposiciones adicionales claves para el desarrollo de infraestructuras en Cataluña (y de las buenas relaciones entre ambas Administraciones).
Una de las disposiciones reparte las tareas entre el Ministerio de Transportes y el Departamento de Territorio en la construcción de la nueva vía a su paso por el Vallès. Mientras el equipo de Óscar Puente aprobará los estudios y proyectos antes de cederlos, el de Ester Capella licitará, contratará, hará el seguimiento y supervisará las obras.
Además de blindar la financiación total por parte del Ejecutivo central, la otra disposición adicional deja claro también que en estos convenios "podrá efectuarse el desembolso anticipado de las aportaciones a la Generalitat" para evitar la aportación de las arcas catalanas. Aun así, se estima que la inversión oscilará entre los 200 y los 300 millones de euros y procederán de los Presupuestos Generales del Estado.
El Gobierno considera "urgente" la extensión de este modelo
La ampliación de la B-40, que dará continuidad al tramo ya construido en Terrassa, se acometerá mediante encomienda de gestión. Es decir, el Gobierno financiará las obras y la Administración catalana se encargará de ejecutarlas. Ahí ha radicado la principal dificultad, ya que desde el ministerio se ha considerado que la encomienda de gestión puede aplicarse en obras ferroviarias, pero no viarias.
Ahora, resueltas las dudas y corregidas las "carencias normativas", el ministerio cree que es "urgente" extender este modelo de colaboración entre el Estado y la Generalitat a otras infraestructuras para cumplir con los Presupuestos del Estado de 2023. En este sentido, las disposiciones adicionales aprobadas en Consejo de Ministros permiten suscribir convenios para cada una de las actuaciones.
La N-II y C-32, la AP-7 y AP-2 y el eje pirenaico
El pasado 7 de julio, Transportes alcanzó con Territorio un acuerdo político sobre diferentes vías. El protocolo firmado incluía la transferencia de 400 millones de euros para crear un carril para bicicletas y peatones en la N-II en el Maresme, después de que la liberación de los peajes haya transformado la vía al uso local. También se pactó la creación de nuevos accesos a la C-32 para mejorar el corredor de la comarca.
Asimismo, el nuevo marco técnico permitirá desencallar la mejora y construcción de nuevos accesos de las autopistas estatales AP-7 y AP-2, actuaciones también previstas en el acuerdo de julio; en este caso, la Generalitat contará con 250 millones transferidos por el Estado.
Las mejoras previsiblemente también llegarán al eje pirenaico, la N-260 a su paso por la cordillera en Lleida. Para esta vía, hay reservados 260 millones de euros que permitirán rehabilitar el firme y mejorar la seguridad, siendo esta "una demanda histórica del territorio".
Mejoras "del todo necesarias", insiste Territorio
Además de las mejoras en el Maresme, las autopistas y los Pirineos, también se prevé la implantación del carril bus de entrada a Barcelona por la B-23 y la construcción de nuevos intercambiadores ferroviarios que conecten la línea del Metro del Vallès de los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC) con la R8 de Rodalies en Volpelleres.
Mejoras "del todo necesarias para la equidad territorial", según defiende el departamento de Ester Capella. De hecho, actuaciones como las que se ejecutarán en la C-32, en la comarca del Maresme, se acordaron en 2009, recuerdan fuentes de la consejería.
El cuarto cinturón o ronda Norte
La ronda Norte pretende ser un nuevo tramo de poco más de seis kilómetros que conecte Terrassa, Sabadell y Castellar del Vallès, siguiendo la trayectoria de la actual B-40. ERC accedió a llevarla a cabo contra su voluntad durante las negociaciones por los Presupuestos de la Generalitat de 2023 con el PSC, que ya ha puesto como condición indispensable su cumplimiento para negociar las cuentas del nuevo año.
Tras las modificaciones legislativas acometidas esta semana, el ministerio apunta que trabaja en la redacción del convenio por la B-40 para proceder a su posterior firma con la consejería. Por su parte, fuentes de la Generalitat aseguran estar a la espera de recibir no solo este, sino también los correspondientes a la AP-2, la AP-7, la N-260, la N-II, la C-32 y los intercambiadores.