Junts per Catalunya se ha convertido en una olla a presión desde que decidió dar un viraje a su estrategia apoyando la investidura de Pedro Sánchez y garantizar una cierta estabilidad al Gobierno de España. Ahora, tras los escándalos protagonizados por figuras de peso como la presidenta Laura Borràs o la vicepresidenta Aurora Madaula, una conjura de alcaldes del Maresme quiere poner en la agenda del partido un endurecimiento de las políticas migratorias que se traduzca en que los inmigrantes ilegales que delinquen sean “expulsados”.
Los alcaldes neoconvergentes, ante la debilidad del sector más radical del partido por las negociaciones y pactos con el PSOE, han encontrado una ventana de oportunidad en el caso Calella, por el cual un grupo de 11 jóvenes extutelados han sembrado el caos en el municipio, acumulando 260 detenciones en tan sólo seis meses y generando una situación de “alarma social”.
Se consideran los más legitimados para hacer propuestas en esta materia, pues gestionan la Administración pública “a pie de calle”, no han dudado en poner sobre la mesa una fórmula para “que estos delincuentes multireincidentes dejen de amargarle la vida a los vecinos”.
Contra el "buenismo" de ERC
Para estos dirigentes municipales, el premio de ser “valientes” en esta materia y alejarse del “buenismo de ERC” es doble, explican a Crónica Global. Por un lado, les permite asentar su liderazgo durante el presente mandato municipal ante futuras crisis de seguridad con un discurso que identifica claramente el problema y quiere ofrecer “orden” a los vecinos.
Por otro lado, enseña el camino a una dirección general de Junts que afronta con “miedo” las próximas elecciones autonómicas, donde el menú de partidos independentistas podría aumentar con una eventual candidatura del partido de Sílvia Orriols, Alianza Catalana.
Esta lista, si bien aún no es una realidad, no sólo podría arrebatarle escaños en el eje independencia-constitucionalismo, sino también en el eje izquierda-derecha, atrayendo a los votantes más conservadores o “de orden” de Junts, que en los últimos años han visto cómo los neoconvergentes han quedado desdibujados en el sentido ideológico.
La lucha contra la multireincidencia, "sin etiquetas"
Ahora bien, existen diferencias notables entre lo que proponen los alcaldes de Junts y las políticas del partido de Sílvia Orriols quien, como alcaldesa de Ripoll, ha hecho del racismo y la xenofobia su principal bandera. Es decir, que los neoconvergentes ponen el foco en la lucha contra la multireincidencia sin “etiquetas” ni referirse a “inmigrantes”. Al menos, por ahora, aseguran las mismas voces.
Con todo, los alcaldes del Maresme y el sector más pragmático del partido siguen ganando ventaja en su carrera por dar un giro de 180 grados a las políticas de Junts. La última prueba, que el secretario general Jordi Turull haya avalado públicamente esta reclamación de mano dura contra la multireincidencia, acorralando aún más al sector de Laura Borràs, más obsesionado con resucitar el procés que con ofrecer políticas “útiles” a nivel municipal y autonómico.