El escándalo del 'Texas' cuece a fuego lento la moción de censura en Sitges
- La oposición avisa de que el ayuntamiento está en una situación "insostenible" y apela a los socios de la alcaldesa investigada por corrupción a que abandonen el gobierno "indigno"
- De momento, ninguno de los dos partidos está dispuesto a dar un golpe encima de la mesa y esperan a la celebración del juicio, que tendrá lugar en febrero
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Sitges (Barcelona) es el pueblo más fragmentado políticamente de Cataluña: nueve partidos políticos para un pleno de tan solo 21 concejales. Un gobierno cuatripartito que podría tener los días contados por el escándalo del Texas, que lleva a la oposición a trazar una estrategia para echar a la actual alcaldesa, Aurora Carbonell (ERC), investigada en la presunta trama de corrupción junto a otros concejales que ocuparon su cargo entre 2017 y 2022.
La investigación, iniciada en mayo de 2022, trata de esclarecer si los investigados cometieron delitos de prevaricación, malversación y falsedad documental, entre otros. En concreto, se fiscaliza la actuación del Ayuntamiento de Sitges respecto a la Taula del Tercer Sector Sitges-Garraf, una entidad creada en 2014 por Joan Carles N.F --conocido como el Texas--, empresario de la localidad que también fue arrestado.
Una situación "insostenible"
Este escándalo ha dejado al ayuntamiento en una situación "insostenible". Así lo explica la oposición en declaraciones a Crónica Global, donde aseguran que desde que estalló el caso "la maquinaria municipal" está bloqueada. Son los ciudadanos los que pagan las consecuencias de la parálisis administrativa, sin que sus problemas cotidianos sean atajados con la celeridad necesaria.
En este sentido, las mismas voces lamentan que la alcaldesa siga aferrándose al cargo pese a este escándalo que ha dañado la imagen del consistorio y "no se plantee dimitir", como le exigió el PSC en el pasado pleno municipal. Hoy por hoy, se ha limitado a apartar a Ignasi Rubí, una de las piezas clave en la trama de corrupción y concejal de Mantenimiento y Servicio de Playas, Salud Pública y Bienestar y Derechos Sociales de los Animales. Las pesquisas de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) señalan que el líder de Fets per Sitges habría cobrado dos cheques y solicitado la retirada de una multa de tráfico a través del organismo público que, en teoría, debía operar para ofrecer beneficios a los más desfavorecidos y que se nutría de subvenciones municipales.
Por otro lado, la complicidad de los partidos de gobierno también ha impedido que el ayuntamiento se persone como acusación particular, perjudicando la reputación de la institución a costa de satisfacer a los empleados investigados que presentaron un recurso advirtiendo de que se estaba vulnerando su derecho a la presunción de inocencia.
Las actuaciones de la alcaldesa, "insuficientes"
Que la alcaldesa haya cortado la cabeza a Rubí no es suficiente. Sin embargo, no ha sido una sorpresa para la oposición, al tratarse de alguien que teme ser apeada de la alcaldía. Por el contrario, sí les ha sorprendido y decepcionado por parte de unos socios de gobierno que se venden como "garantes de la transparencia, de la claridad y de denunciar lo que no se hace bien".
Se refieren, concretamente, a Verds En Comú Podem Sitges, a quienes ven "poco fiables". Y es que cabe recordar que sus dos regidores dejaron tirados a Junts y PSC --con quienes había alcanzado un acuerdo para la investidura de la neoconvergente Mònica Gallardo-- para echarse en manos de un gobierno cuatripartito.
Si bien desde el partido no han querido hacer declaraciones a este medio, fuentes cercanas aseguran que tomarán una decisión sobre la continuidad del gobierno una vez se produzca el juicio en febrero. No obstante, hay quienes atribuyen esta permisividad al punto del acuerdo que establece que el último año de mandato la alcaldía será para ellos. Así, "levantar la liebre" supone quedarse sin el preciado bastón de mando.
La pelota, en el tejado de los comunes
La "gravedad" de los hechos ha activado a la oposición, que cocina a fuego lento una moción de censura que por ahora no tiene opciones de prosperar, pues se necesitan 11 concejales y Junts, PSC y PP suman nueve, al no contar con la ultraderecha de Vox. Y es que para salir adelante necesita los apoyos de los Comunes o de Sitges Grup Independent. Como se ha mencionado anteriormente, ni uno ni otro tienen ahora intención de mover ficha.
Mientras tanto, los partidos de la oposición seguirán insistiendo para que salgan de este gobierno "indigno" o presionando a la propia alcaldesa para que sea ella la que dimita. "Esperamos que, una vez haya declaraciones y el juez ponga etiquetas a estas investigaciones e imputaciones, se produzca un cambio de posicionamiento de aquellos que no forman parte de la causa, pero que son cómplices", expresan las mismas voces.
Está por ver si los partidos que fiscalizan a la alcaldesa logran arrancar esta moción de censura para echar a la republicana investigada por corrupción o si, por el contrario, el consistorio sigue paralizado dos meses más hasta la celebración del juicio.