Pedro Sánchez se ha garantizado la presidencia del Gobierno durante cuatro años más, si no hay sorpresas, gracias a los 179 votos favorables de ocho partidos con representación en el Congreso de los Diputados. Entre ellos, Esquerra Republicana y Junts, que han demostrado por enésima vez que el único papel de sus dirigentes es amenazar al Estado con un solo objetivo: mostrar pureza independentista y principios ante sus bases.
Ayer, la líder de los neoconvergentes, Miriam Nogueras, quiso hacerse notar amagando con no apoyar al candidato socialista por, según ella, pronunciar un discurso perdonavidas en relación a la amnistía. Aunque la derecha se frotaba las manos por si los de Carles Puigdemont se echaban para atrás a última hora, más tarde Nogueras confirmó el sí a Sánchez.
Tono desafiante
También el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quiso apretar las tuercas al socialista. "Mire este hemiciclo. ¿Ve alguna alternativa a nosotros? ¿Ve a Albert Rivera o a Inés Arrimadas? No, ¿verdad? No se la juegue", expresó el republicano para dejarle claro a Sánchez quién tiene la llave de la estabilidad y el poder para "obligarle a acabar con la represión" e, incluso, votar un referéndum de autodeterminación.
Así, las dos formaciones independentistas recurrieron al habitual tono áspero, bronco y desafiante con un único objetivo: situarse bajo los focos y mostrar quién es más duro con el Gobierno de España y quién consigue más y mejores prebendas para los catalanes.
Teatralidad 'indepe'
Si algo ha quedado patente durante las dos sesiones de investidura de Sánchez en Madrid es la teatralización de Junts y ERC, más propia de un Parlament de Cataluña donde, durante años, dichos partidos --junto a la CUP--, impulsaban propuestas de resolución simbólicas y pronunciamientos incendiarios.
En este sentido, no cabe duda de que Junts y Esquerra son expertos en narrativa política y retratos simbólicos. Son marca de la casa los giros de guión de última hora para captar la atención de unos votantes cada vez más distraídos de las cuestiones políticas. Especialmente, sus gestos están orientados a seducir a aquellos catalanes decepcionados con el procés y los políticos que han actuado guiados por sus cálculos partidistas y personales, en vez de por lograr la verdadera independencia.
Sea como sea, la legislatura echa a andar con el "compromiso" de Pedro Sánchez hacia los independentistas, tal y como él mismo expresó en su respuesta a Nogueras y Rufián. Ahora, el presidente del Gobierno deberá elegir a los ministros que le arroparán durante este mandato, que el tiempo dirá si es o no duradero y estable.