Quim Torra ha pasado de ser el president que le pedía a los Comités de Defensa de la República (CDR) que apretasen, a ser insignificante en el tablero político catalán. Sin embargo, ha resucitado para criticar que ERC y Junts hayan pactado con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. "¿Era esto lo que nos proponíamos?", se ha preguntado.
En un artículo de autobombo publicado en su página web, el expresidente de la Generalitat cree que "ni los pactos ni la amnistía" son ninguna victoria, sino la "constatación de que los firmantes han optado por el sobreseimiento de aquello que la mayoría del pueblo de Cataluña se proponía hacer el año 2015, con el mandato obtenido de las elecciones de septiembre".
El 'president' de los lazos amarillos
Así, Torra ha tirado de nostalgia recordando la unilateralidad de su Govern frente a unos partidos que, critica, compran el marco de la Constitución. "Después de años de movilizaciones, de poner argumentos encima de la mesa y de reiteradas negativas del gobierno español, la mayoría social de Cataluña votó por la independencia, de manera unilateral y democrática". Unos acontecimientos que no volverán a repetirse, ya que "los pactos políticos y la amnistía presentada son una enmienda a la totalidad a este procés".
Pese a todo, asegura que se "alegra" de que muchos independentistas se puedan ver beneficiados con esa medida de gracia. Entre ellos, él mismo. Y es que cabe recordar que fue condenado por desobediencia en dos ocasiones por incumplir la orden de la Junta Electoral Central (JEC) colgando a pancartas a favor de los presos del procés en la fachada del Palau en periodo electoral.
La línea de la confrontación
"Me alegro de todo corazón por ellos y por sus familias y amigos, así como del hecho de que los exiliados, que han mantenido una posición de confrontación con España, puedan volver a casa. Pero añado que me sigue preocupando mucho si algún represaliado puede quedar excluida, que no se devuelvan las multas pagadas que suben a muchos millones de euros o que no se incluya el lawfare", ha añadido en su artículo.
Una de las dirigentes que, previsiblemente, no podrá acogerse a esa medida de gracia es quien fue su mano derecha, Laura Borràs, condenada por corrupción.
A su entender, Junts y ERC deberían haber seguido en la línea de la confrontación y no en la del diálogo y la negociación: "Si yo lo aceptase, sería oponerme a aquello que he defendido públicamente". De hecho, insiste en que "la única manera de salir de la jaula constitucional es por vía democrática y unilateral, de acuerdo con la doctrina internacional" y sin estar "sometidos a la Constitución".