Los republicanos han salido victoriosos del pacto de investidura con el PSOE. Así lo muestran los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de noviembre, que coincide con el proceso de negociación de los socialistas con los partidos independentistas para la reelección de Pedro Sánchez. Según el barómero, ERC obtendría un 1,9% en estimación de voto en el Congreso de los Diputados, frente al 1,4 de Junts.
Sin embargo, en la práctica estas cifras no se distinguen en exceso, pues se ha podido comprobar que los neoconvergentes han tenido un papel clave igual o superior en la gobernabilidad de España, pese haber obtenido peores resultados en las elecciones generales del 23 de julio.
Pugna interna
Esquerra Republicana y Junts han hecho de las negociaciones una carrera por ver quién arrancaba más prebendas al Gobierno en funciones. La pugna interna entre las dos formaciones con la vista puesta a las elecciones autonómicas --previstas para febrero de 2025-- ha acabado con un pacto firmado, pero con unos liderazgos débiles y cuestionados por sus propias bases.
En cambio, no cabe duda de que los republicanos han sabido jugar mejor sus cartas al anunciar el pacto con el PSOE antes, con medidas concretas que reconocerán todos los catalanes --tal y como presumió Joan Tardá--. Esas son, por ejemplo, el traspaso de Rodalies o la condonación de parte de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Distintos medios, mismo fin
Ello puso todos los focos en un Carles Puigdemont presionado por el ala más radical del partido. El expresident de la Generalitat fugado debía mantener los equilibrios entre contentar a sus bases más radicalizadas y encontrar una solución para regresar a España a través de la amnistía.
Pese a que el acuerdo de investidura ya está firmado, las dos formaciones siguen en una competición por demostrar a sus respectivas parroquias quién ha cedido menos ante el Gobierno. Pero, aunque los medios hayan sido distintos, el fin ha sido el mismo: Pedro Sánchez será presidente la semana que viene, si no hay sorpresas.