El expresident de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont, agita el fantasma de la repetición electoral. El prófugo ha insistido en que su partido no renunciará ni a la "legitimidad" del 1-O ni a la unilateralidad. Así, amenaza al PSOE con no apoyar la investidura si no acepta esas dos condiciones.
Lo ha dicho en su cuenta de Instagram, donde ha recordado un fragmento de la conferencia que ofreció el pasado 5 de septiembre en Bruselas, en la que explicó cuál es el precio que el socialista tenía que pagar a cambio de sus votos.
"Un dilema de resolución compleja"
"Hoy España tiene un dilema de resolución compleja. O repite elecciones, con el riesgo de que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora; o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1-O y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer sus derechos", ha expresado el prófugo el mismo día que se cumplen cuatro años de la sentencia del procés que llevó a la cárcel a los líderes que participaron en el referéndum ilegal, salvo algunos como él, Marta Rovira, Toni Comín y Lluís Puig que huyeron de España.
Pero Puigdemont no da puntada sin hilo. También ha publicado estas palabras días antes de que arranque la consulta del chiringuito que gobierna desde Bruselas, el Consell de la República, en la que sus bases votarán si se debe bloquear o no la investidura de Sánchez.
El acuerdo está "lejos"
Este nuevo aviso tensiona todavía más las relaciones con Junts en un momento clave de las negociaciones. Ayer, la portavoz de los neoconvergentes en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, insistió que en que su apoyo al socialista todavía está "lejos". Sobre todo, si sus intenciones con Cataluña se limitan, dijo, a "hacer lo mismo" que en los últimos cuatro años. De esta forma despreció los indultos otorgados a los líderes del procés y la reforma del Código Penal, pactados en la anterior legislatura con Esquerra Republicana.
Nogueras, que se reunió con Pedro Sánchez en el marco de la ronda de contactos con los grupos parlamentarios, se limitó a entregarle una transcripción de la conferencia que pronunció el fugado en Bruselas, cuando avisó de que la amnistía era una condición sine qua non para empezar a dialogar. La misma que hoy recuerda Puigdemont.