ERC da un giro en su estrategia para reconstruir puentes con la base 'indepe' tras el 23J

Las urnas demostraron que a los republicanos no les ha funcionado la hoja de ruta seguida hasta ahora, ni que tampoco han sabido sacar rédito electoral de un gobierno en solitario en la Generalitat. Por eso, lo único que les queda es hacer las paces con una organización que mueve muchos votos ante unas elecciones autonómicas en las que Junts podría comerles la tostada.

Una Diada 'pacífica'

Queda justo un mes para la Diada, un día señalado en rojo en el calendario de los partidos independentistas para demostrarse como los defensores del movimiento. El año pasado la fiesta estuvo marcada por las discrepancias entre la ANC y ERC, quienes dieron plantón a la entidad al considerar que estaba enfocada en criticar al Govern y a la negociación que este había iniciado con el Gobierno de España a través de la mesa de diálogo.

De hecho, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, rechazó acudir a la concentración que, año tras año, ha servido para vislumbrar una unidad independentista que no es, ni de lejos, la de los años propios del procés. Pero las perspectivas electorales de ERC hace un año no son las de ahora, como han demostrado las recientes citas electorales del 28 de mayo y del 23 de julio, donde sus resultados se han desplomado. 

Pere Aragonès, presidente de la Generalitat DAVID ZORRAKINO EUROPA PRESS

Por eso, no es casualidad que ahora los de Oriol Junqueras anuncien su intención de acudir a la manifestación del 11 de septiembre, como un intento de reconstruir puentes con la base independentista. O sea, con muchos de los votantes que se han bajado del carro durante los dos años que ya dura el Govern de Aragonès. 

ERC quiere reenganchar a su electorado

Los resultados del 23J no han sido buenos ni para ERC ni para Junts, aunque lo cierto es que los segundos han logrado situarse de nuevo en el tablero político y en el foco mediático que perdieron al salirse del Ejecutivo autonómico y tras el batacazo en los comicios municipales. Que sus siete diputados sean claves para la gobernabilidad de España y para investir a Pedro Sánchez les deja en una posición mucho más aventajada para unas elecciones autonómicas porque pueden demostrar a sus votantes que son mucho más exigentes con el Gobierno que sus rivales, a quienes acusaron de flojos por sentarse en la llamada mesa del diálogo.

Por tanto, los republicanos --que han sido incapaces de sacar rédito a su gestión del gobierno en solitario, a unos presupuestos aprobados el pasado diciembre para desarrollar sus políticas económicas y sociales y a las prebendas del Gobierno como los indultos o la reforma de la sedición y la malversación-- se agarran ahora al filón de la Diada para demostrarse igual de duros que Junts y reenganchar a su electorado.

El voto útil del independentismo

“Creemos que ha habido una reflexión respecto al año pasado y, por lo tanto, vemos que de momento se enfoca desde una perspectiva más abierta, más transversal, más plural, con más vocación de sumar que la que vivimos el año pasado”, ha expresado la portavoz de ERC, Marta Vilalta, en declaraciones a la agencia Efe. Considera que la concentración de la ANC para el 11S tiene una actitud mucho más “inclusiva” que la de 2022, cuando centraron sus esfuerzos en criticar al Govern.

Centenares de personas participan en la manifestación convocada por la ANC EUROPA PRESS

Al ver que la ruptura con Junts y con la ANC en la última Diada no les sirvió para marcar un perfil propio que les haga incrementar sus apoyos electorales, los dirigentes de ERC han optado por reconstruir puentes. Una estrategia que obedece, además, a no dejarle vía libre a un Junts que, hoy por hoy, tiene el protagonismo en el Congreso y en Cataluña, con un expresident de la Generalitat fugado --Carles Puigdemont-- que ha vuelto a la primera línea política.

ERC sabe que la próxima cita electoral será en unas autonómicas, por lo que le interesa volver a mostrarse como el auténtico voto útil entre el electorado independentista.