Del independentismo radical al sector 'business': los siete votos sobre los que decide Puigdemont

Que Carles Puigdemont dirige desde Waterloo no es ninguna sorpresa. El expresident de la Generalitat fugado es quien está poniendo las condiciones para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez. Se acerca un día clave en el calendario, la constitución del Congreso el próximo 17 de agosto, y todo está en el aire, pendiente de un puñado de votos, mayormente de Junts.

Los responsables de estos votos son meros soldados de Puigdemont, detrás de los que se encuentra también la actual presidenta de la formación, Laura Borràs, algo cuestionada desde su condena por corrupción, pero todavía fuerte en el ala radical. De hecho, durante la campaña electoral el partido ha tirado de ella para arropar en los mítines a la candidata por Barcelona, Míriam Nogueras, guardiana de un Puigdemont que decidirá el futuro de España. 

Los candidatos de Junts al Congreso, Marta Madrenas, Isidre Gavín, Josep Maria Cruset, y Míriam Nogueras, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, durante el acto de inicio de campaña para las elecciones del 23J EUROPA PRESS

Nogueras, fiel a Puigdemont

Las elecciones generales del 23 de julio otorgaron siete diputados a Junts en Madrid, tres de los cuales forman parte del sector business y cuatro, del radical, hoy manejado por el expresident fugado. La cara más conocida es la candidata por la capital catalana, Míriam Nogueras. Nacida en una familia pudiente catalana, fue copropietaria de una empresa textil y ha sobrevivido a todas las reconversiones de lo que fue Convergencia Democrática de Cataluña. 

Ahora, es una de las favoritas del fugado, a quien siempre ha sido fiel. Lo demostró al abandonar la vicepresidencia del PDECat, alegando discrepancias con la directiva de la formación solo un día después de que el consejo del partido decidiese seguir adelante bajo sus siglas y no fusionarse dentro del proyecto de Puigdemont.

Pilar Calvo y su 'pique' con Batet

Muy cercana a ella se encuentra la periodista Pilar Calvo, quien en marzo de 2021 pasó a ocupar el escaño que dejó Borràs. La comunicadora ha ejercido en medios como Catalunya Ràdio y TV3 y como miembro de la Crida Nacional per la República, el movimiento creado por Puigdemont, lo que evidencia su lealtad.

Su polémica más sonada tuvo lugar en septiembre de 2022, cuando se empeñó en hablar catalán en la tribuna del hemiciclo para defender una ley sobre el audiovisual. La entonces presidenta de la Cámara, Meritxell Batet (PSC), le retiró la palabra varias veces, lo que indignó a la formación. Según El Español, hace una semana los independentistas advertían de que Batet era un escollo en la negociación.

La diputada de Junts Pilar Calvo durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados EUROPA PRESS

Pero Calvo también es conocida por ser la portavoz de los políticos del procés, Joaquim Forn, Josep Rull, Jordi Sànchez y Jordi Turull, durante la huelga de hambre que iniciaron en diciembre de 2018.

Eduard Pujol y sus polémicas declaraciones

Eduard Pujol está en el número tres, después de que en junio de 2021 recuperase el carnet del partido tras ser obligado un año antes a abandonar sus cargos al recibir dos denuncias de acoso sexual que, finalmente, no han quedado demostradas. Durante este tiempo ha protagonizado una serie de declaraciones histriónicas que no han pasado desapercibidas.

Una de las más polémicas ocurrió en 2018, cuando el portavoz adjunto aseguró que discutir sobre las listas de espera no era lo “esencial” en plena semana de huelga de médicos de atención primaria en Cataluña y de sanitarios de la concertada. “Nos estamos peleando por las migajas”, exclamó, recordando que la solución pasaba por la independencia.

Madrenas, la más 'hooligan'

La exalcaldesa de Girona Marta Madrenas también decidirá el futuro de España. En 2011, Puigdemont la fichó como independiente y, desde entonces, ha sido una de las voces más reivindicativas del movimiento. En poco tiempo ha protagonizado muchas polémicas, como enviar la bandera de España que colgaba de la fachada del Ayuntamiento de Girona a la lavandería; declarar personas non gratas al rey Felipe VI y al entonces delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo; negarse a asistir a los actos con presencia de la Casa Real; no ceder espacios para la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona; o el veto al Ejército en la feria de la enseñanza durante tres años, entre otras.

Todo ello la ha convertido en una de las personas más hooligans del independentismo. Por detrás de ella se encuentra el exsenador Josep Maria Cervera Pinart.

Gavín y Cruset, en el sector 'business'

Por otro lado, en el sector business están Isidre Gavín y Josep Maria Cruset, ambos con perfiles similares al estar relacionados con el ámbito de las infraestructuras. El primero --elegido por Lleida-- tiene experiencia como diputado de Convergencia en el Parlament y ha sido presidente de la Diputación de Lleida. También formó parte de la estructura del Govern en 2018 como secretario de Movilidad e Infraestructuras.

Por su parte, Cruset proviene del mundo local en el que ejerció como alcalde de Riudoms durante 11 años, cuando fue elegido como presidente del Puerto de Tarragona. Un puesto que abandonó en 2022, después de que Junts abandonase el gobierno que compartía con ERC por discrepancias en relación con la mesa de diálogo iniciada con el Gobierno. 

Cuando Marta Pascal influyó en el Gobierno

Hace unos años, cuando se pactó la moción de censura que aupó a Sánchez al poder, predominaba el sector business con Marta Pascal a la cabeza. La expolítica prestó sus votos para tumbar a Mariano Rajoy aprovechando que el fugado estaba desprevenido, pero este reaccionó defenestrándola --ahora está en el sector privado--. Hoy la situación es muy diferente y es el sector radical quien controla el grupo parlamentario, al igual que sucede en el Parlament.

Por tanto, la fuerza posconvergente en Madrid se ha dado la vuelta como un calcetín. Esa fue la última vez que el ala business influyó de manera decisiva en la gobernabilidad de España, y la última vez que Puigdemont dejó hacer, más por desconocimiento que por convencimiento.

Marta Pascal

Sea como sea, Junts ha demostrado no tener aversión al riesgo en Cataluña abandonando el gobierno de Aragonès o renunciando a gobernar la Diputación de Barcelona con el PSC. Está por ver si estas pulsiones radicales también se trasladan a Madrid rechazando investir al candidato socialista tras un desgaste mínimo en las elecciones del 23J --en las que solo han perdido un diputado-- y la posibilidad de dar el sorpaso a ERC en caso de repetición electoral.