El mensaje 'procesista' se estrella en campaña
JxCat se queda solo en su retorno al 1-O y firma el certificado de defunción de la unidad independentista, frente a un PSC en alza; ERC y Sumar centran sus esfuerzos en combatir a PP y Vox, mientras los populares se preparan para el 'sorpasso'
21 julio, 2023 23:30Noticias relacionadas
Campaña muy polarizada a nivel español, no tanto en Cataluña, donde los intentos de Junts per Catalunya (JxCat) de focalizar los mensajes en la independencia han sido infructuosos.
El único efecto de la estrategia de los neoconvergentes ha sido el certificado de defunción de la unidad independentista, donde ERC, equidistante hasta el final, ha centrado sus esfuerzos en combatir a PP y Vox, y pesar votos en el espacio de Sumar. Por su parte, el PP se prepara para el sorpasso.
Sin solución de continuidad, y al igual que el resto de España, Cataluña ha encadenado dos elecciones, municipales y generales, pero en función de los resultados que mañana arrojen las urnas, quizá tenga que afrontar unas autonómicas. Y no sólo por la imposibilidad de ERC de repetir la victoria de 2019, sino por la insostenible minoría con la que gobierna Pere Aragonès, que soporta la pinza del PSC y Junts.
Los socialistas, virtuales ganadores
Los socialistas, virtuales ganadores de las generales en Cataluña, ocupan actualmente la centralidad política en Cataluña. Mientras que los neoconvergentes, a la espera de redefinir su futuro precisamente por el liderazgo institucional del PSC tras las municipales, intentan mantener vivo un procesismo que, al menos en lo que ha visualizado en esta campaña su candidata Míriam Nogueras, no entiende de referendos pactados ni de diálogo con el Estado “opresor”.
Y tampoco de propiciar la investidura de Pedro Sánchez para impedir el acceso de PP y Vox al poder. Por el contrario, ERC y Sumar sí se han comprometido a apoyar al PSOE, a pesar de las hostilidades demostradas durante estas vísperas del 23J.
El pulso ERC-Sumar
En efecto. Los republicanos han elegido al partido de Yolanda Díaz como principal adversario en un intento de pescar votos de la izquierda, pero también para no sublevar demasiado al activismo independentista que todavía sigue a Carles Puigdemont y los suyos.
En las recientes municipales, el tema secesionista brilló por su ausencia y Junts sacó rédito municipal de ello, aunque su candidato por Barcelona, Xavier Trias –que se presentó sin siglas y con un discurso moderado con la confesada intención de marcar el camino a su partido-, no pudo acceder a la alcaldía por el acuerdo entre PSC, comunes y PP. En respuesta a ello, Junts renunció a renovar el pacto en la Diputación de Barcelona.
La lectura interna que hacen en el partido, liderado aún por Laura Borràs y Jordi Turull, es que ERC se incorporará, más pronto que tarde, al Ayuntamiento de Barcelona y a la Diputación, a modo de preámbulo de un tripartito en el gobierno de la Generalitat.
La nueva etapa de los comunes
De ahí la visceralidad de Nogueras, ahijada política de Puigdemont, que para nada ha hablado en esta campaña de propuestas sociales o económicas. Sí lo ha hecho Roger Montañola, candidato del PDECat, referente de un catalanismo dividido, pero que sin complejos, defiende el peix al cove, esto es, la negociación con el Gobierno al más puro estilo peneuvista para lograr inversiones y transferencias competenciales para Cataluña.
También Sumar, que afronta una nueva etapa sin Ada Colau en la alcaldía de Barcelona y, por tanto, con menos ascendente en los comunes, ha desgranado su programa, expresando complicidades al mismo tiempo con los socialistas acordes con los dos bloques –izquierda y derecha— que se juegan la presidencia del Gobierno este domingo.
Por su parte, la campaña del PP catalán ha asistido al desembarco de dirigentes nacionales, con Alberto Núñez Feijóo al frente. Saben los populares que sus expectativas son buenas, que el crecimiento en Cataluña, apuntado en las municipales, puede ir a más e incluso –encuestas en el inicio de campaña así lo advertían— dar el sorpasso a ERC y frenar el auge de Vox, partido que también ha tirado de procesismo.