El cabreo de ERC y Junts con el PSC por considerar que les han arrebatado la alcaldía de Barcelona en tiempo de descuento y mediante una operación de Estado tiene un límite: los más de 1.200 millones de euros de presupuesto de la Diputación provincial. En concreto, 1.241,88 millones que se dividen en una partida de 1.087,43 millones aprobada el pasado noviembre y 154,4 millones adicionales que se aprobaron a principios de año, cuyo origen se encuentra en el líquido de la tesorería de la corporación supramunicipal.
Se trata de un presupuesto récord, del 4,28% más que el ejercicio anterior, que resulta básico para que los ayuntamientos más modestos puedan desarrollar políticas de calado durante la legislatura –y sus alcaldes tengan más fácil la reelección—. Además, es el destino de parte de cuadros de las diferentes formaciones que ven en esta institución otro resorte de poder en Cataluña.
Junts debe tomar una decisión clave para su futuro
Es por este motivo que todos los partidos, independentistas y constitucionalistas, mantienen conversaciones abiertas para pactar quién ocupará la presidencia de la Diputación. La lógica lleva a pensar en una repetición del pacto sociovergente del gobierno encabezado por la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín. Pero esto obligaría a los neoconvergentes a enmendar las declaraciones de las últimas 72 horas y enterrar la vía de la unidad independentista que sus líderes han propugnado tras una largo periodo de lucha fraticida.
El primero en allanar este terreno ha sido el propio líder de Junts en Barcelona, Xavier Trias. Criticó al alcalde, Jaume Collboni, a quien tildó de “mentiroso”, pero aseguró que Marín es más de fiar y dejó la puerta abierta a repetir coalición. Y dejó caer el nombre de la líder de L’Hospitalet, quien está en las apuestas para repetir la presidencia de la Diputación junto al nombre de otras alcaldesas socialistas como Lluïsa Moret (Sant Boi) o Pilar Díaz (Esplugues de Llobregat).
Cabe tener en cuenta que las relaciones entre ambos partidos han sido buenas durante los últimos cuatro años. Eso sí, es posible que solo dos neoconvergentes repitan como representantes provinciales en el próximo mandato. Se trata de Neus Munté por Barcelona y Marc Castells de Igualada. Los más integristas de la formación neoconvergente, sin embargo, quieren impedir de todas todas un acuerdo con los socialistas.
La sociovergencia fallida en Tarragona
Desde el municipalismo se apunta que Junts es el partido que más depende del maná que supone el ente provincial, y reconocen que “han sufrido” tras la salida del Govern de la Generalitat. Otros interlocutores del mismo ámbito incluso señalan que el primer perjudicado en la no reedición de la sociovergencia sería el propio Carles Puigdemont, ya que su mujer, Marcela Topor, dirige un programa de la XAL, la televisión de la Diputación, por el que cobra 6.000 euros mensuales.
Con todo, los socialistas temen que se repita la jugada de Tarragona. Fuentes del partido explican que, en un primer momento habían alcanzado un acuerdo con los neoconvergentes para gobernar la Diputación de este territorio; pero fue enmendado desde la dirección “en pro de la unidad independentista”. Se imponían de este modo los postulados de los considerados más radicales dentro de la formación. Poco después, se cerraba el pacto entre los de Salvador Illa y los republicanos que ha llevado a los representantes de ERC a la presidencia del ente supramunicipal tanto de Tarragona como de Lleida.
ERC aparta a Maragall
Los republicanos también intentan entrar en la ecuación de Barcelona de la mano de los socialistas. Tienen abiertas negociaciones en este sentido y la designación de Ernest Maragall como número dos de las listas del Senado para el próximo 28J se ha interpretado como una palanca para impulsar la operación. “La facilita, ya que con Ernest no se puede pactar con el PSC en Barcelona”, reconocen desde el entorno de la dirección republicana.
Manifiestan que el presidente del partido, Oriol Junqueras, está “muy encima” de las conversaciones y que un fallo en este sentido implicaría fiar su poder en Cataluña solo al Gobierno de la Generalitat, “y se puede perder”, advierten. Por esto se ven capaces de recomponer las relaciones en Barcelona, donde se ha vivido un mandato duro plagado de desconfianzas entre ERC y los socialistas catalanes.
Estas rencillas también se dan con sus aliados naturales, los neoconvergentes. Especialmente por lo vivido en las negociaciones en el resto de diputaciones provinciales. Las fuentes consultadas relatan que los representantes de Junts “se presentaron con un Excel en el que ya estaban repartidos los cargos”, cuestión que dinamitó cualquier pacto en este sentido. “Eran la tercera fuerza y querían imponer”, recuerdan.
Reparto de escaños en la Diputación
Por todo ello, el PSC tiene el camino allanado para conservar el liderazgo. Obtuvo 17 representantes provinciales el 28M. La segunda fuerza local es Junts, con 12 sillas; seguida de ERC, con 11; los Comunes, con cinco; cuatro el PP; el representante de Tot per Terrassa, la plataforma política de Jordi Ballart que obtuvo en las urnas la misma fuerza que Vox en toda Barcelona. El partido de extrema derecha también cuenta con un diputado en el plenario.
La Diputación tiene 51 representantes provenientes de los partidos judiciales de Barcelona (18), L'Hospitalet de Llobregat (6), Sabadell (4), Terrassa (4), Granollers (3), Mataró (3), Sant Feliu de Llobregat (3), Manresa (2), Arenys de Mar (2), Vic (2), Berga (1), Igualada (1), Vilafranca del Penedès (1) y Vilanova i la Geltrú (1). Para elegirlos se escoge un diputado directamente de cada partido judicial y el resto se reparten por el peso de la población.
Posible acuerdo con el PP, Comunes y Jordi Ballart
Los pactos PSC-Junts y PSC-ERC no son los únicos que suman en la Diputación. Incluso se podría repetir el histórico pacto constitucionalista que ha convertido a Jaume Collboni en alcalde de Barcelona. Con todo, el PP de Cataluña reconoce que aún no se ha empezado a negociar con ellos, aunque sí han hecho aproximaciones.
Esta aritmética implicaría que los Comunes entrasen en el gobierno de la Diputación y podrían reclamar posiciones destacadas en el Ejecutivo. También sumaría un hipotético acuerdo entre PSC, el partido de Ada Colau y Jordi Ballart de Terrassa, con quien también se ha “conversado”.
El acuerdo independentista
Si ninguna de estas alianzas prosperase, los independentistas (Junts y ERC) podrían tomar el control de la Diputación por mayoría simple en la segunda votación. Se apunta a que es un escenario posible, pero complejo. Para mantener y hacer efectivo el mantra de la “unidad del independentismo” deberían fallar el resto de opciones que tienen los socialistas.
La segunda vuelta de las elecciones municipales en Cataluña se juega en la negociación del gobierno provincial de Barcelona. Por ahora, desde la institución se trabaja para iniciar el mandato el próximo 13 de julio.