Golpes de efecto y/o moderación. Junts per Catalunya, ERC y PDECat intentarán recuperar posiciones en las elecciones generales ante un PSC al alza que, actualmente, representa la centralidad. Con la investidura de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, el independentismo ha perdido la última oportunidad de rearmarse e incluso de presentar ese frente común propuesto por Pere Aragonès en Madrid.
Neoconvergentes y republicanos plantean sus propias estrategias, al igual que la CUP, presionados al mismo tiempo por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que en su momento ejerció de argamasa del independentismo durante el procés y ahora amaga con una lista cívica en las próximas catalanas.
El 23J es, dicho de otra manera, el banco de pruebas de cara a unas elecciones autonómicas que podrían avanzarse y que obliga a ambas posiciones a definir relatos e incluso liderazgos.
Desde 2021, Junts y PDEcat tienen grupos separados en el Congreso, con cuatro diputados cada uno. Mientras el partido liderado en Madrid por Ferran Bel optaba por el diálogo aportando estabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez --presupuestos, reforma laboral…--, Junts se decantaba por el discurso bronco personalizado en la figura de Miriam Nogueras, que será cabeza de lista --hace cuatro años lo fue Laura Borràs, otra dura ahora inhabilitada por corrupción--.
Nogueras versus Trias
Ayer, la candidata promovida por Carles Puigdemont ya dio algunas pinceladas del tono de su campaña durante su intervención ante las bases para valorar la investidura de Collboni. Un tono muy diferente al del propio alcaldable destronado, Xavier Trias, partidario de una confrontación inteligente, sin rencores. Las dos almas de Junts, de nuevo entran en colisión a la espera de encontrar un liderazgo fuerte.
Nogueras optará por un cuerpo a cuerpo con Gabriel Rufián, que también repite como cabeza de cartel y que tendrá que defenderse de las acusaciones de vasallaje al Estado vertidas por el sector duro de Junts. Ambos prometen espectáculo, pero en el caso de ERC, el partido también ha optado por perfiles más moderados, como el de Teresa Jordà o Francesc Marc-Àlvaro para compensar a Rufián.
La reacción de Maragall
Esquerra no renuncia a ensanchar la base, aunque la reacción de Ernest Maragall al ver fracasar su pacto municipal con Trias estaba cargada de visceralidad. También ERC debe decidir si tiende puentes con quienes han participado en “una operación de Estado” o un "artículo 155" en el Ayuntamiento de Barcelona --Maragall dixit-- de cara a futuras contiendas electorales, o cede a los sectores que piden volver a las esencias de Oriol Junqueras.
En esa búsqueda de la moderación les ha salido a ERC --y al sector pragmático de Junts-- un serio competidor. Roger Montañola, exdirigente de UDC y que liderará la lista de PDECat. ¿Una operación del partido para enfrentarle con Nogueras y Rufián? Es muy posible y parece que tiene recursos suficientes para hacerlo.
Por su parte, CUP presenta a Albert Botran para el 23J, formando tándem con Mireia Vehí. Dudaron en si saltarse estos comicios, ya que las municipales no les reportaron grandes resultados. Absolutamente irrelevantes en Madrid, solo les queda la ANC como apoyo, como se vio ayer en Girona, cuyo alcalde, el cupaire Lluc Salellas, acudió a la presentación de la hoja de ruta de la entidad, partidaria del independentismo unilateral.