Las peticiones para que Laura Borràs dimita de sus cargos en el Parlament catalán tras haber sido condenada por prevaricación y falsedad documental llegan ya incluso desde su propio partido, Junts per Catalunya (JxCat). La abogada y presidenta de la comisión de garantías de la formación secesionista, Magda Oranich, ha reconocido este viernes que, si fuera ella, dimitiría como presidenta de la Cámara. Algo que, sin embargo, choca frontalmente con la actitud de Borràs, que no sólo se niega en redondo a renunciar, sino que además reclama ser restituida tras haber sido apartada de forma provisional el verano pasado, cuando fue procesada.
"En esta situación, si fuera yo, dimitiría. A lo mejor yo, al señalar el juicio, ya hubiera dimitido. No lo sé, ella hará lo que crea conveniente", ha manifestado Oranich en una entrevista al programa Cafè d'Idees de La2.
"Es más digno dimitir"
"Me sabe mal que ella no dimita, porque es de más dignidad dimitir y luego volverte a presentar a lo que sea", ha añadido la letrada, advirtiendo además de que, en estos momentos, "hay que tomar decisiones que aclaren que en la política catalana no se pueden admitir determinadas corrupciones".
La veterana abogada y exdiputada ha agregado que Borràs --en la actualidad, presidenta de Junts-- está en su derecho de no renunciar, al igual que lo está la Mesa del Parlament para tomar decisiones que acaben con la interinidad de la institución. La presidenta en funciones de la Cámara sigue siendo por ahora la vicepresidenta Alba Vergès, de forma provisional.
Delitos comunes
Oranich ha instado además a ser respetuosos con las instituciones, enfatizando que éstas están por encima de las personas. Razón por la cual se ha mostrado partidaria de respetar la decisión de la Junta Electoral Central si le arrebata el escaño a Borràs. En este sentido, ha dejado claro que no comparte ideas como la del expresidente de la Generalitat Quim Torra, que propone dejar su silla vacía.
La jurista de Junts tampoco comparte los argumentos victimistas de parte de su partido, que consideran que la condena a Borràs obedece a causas políticas, no por delitos equiparables a la corrupción. Oranich sí cree que son delitos "comunes", aunque al mismo tiempo ha puntualizado que Borràs no se enriqueció al fraccionar 18 contratos públicos para un amigo cuando dirigía la ILC, y ve posible que en todo ello haya afectado el hecho de ser quien es políticamente.
No es partidaria de expulsarla de Junts
La presidenta de la comisión de garantías de Junts, asimismo, defiende esperar a que la sentencia de Laura Borràs sea "más firme" para decidir su futuro dentro del partido.
La situación de Borràs en Junts no se resolverá, por tanto, "de manera inminente", ya que la dirección la estudiará "con calma", y ahora "viene Semana Santa y después elecciones municipales".
La comisión de garantías de Junts es el órgano que acabará dirimiendo sobre el futuro de Borràs en el partido. Los estatutos de Junts contemplan la suspensión de militancia en caso de condenas por corrupción, pero exceptúan los casos de lo que consideran "lawfare" o "persecución" política, del que dice ser víctima Borràs.
'Caso Dalmases'
No es la primera vez que Borràs y Oranich discrepan por cuestiones políticas. En este sentido, cabe recordar que esta última fue la encargada de elaborar el informe interno de Junts para analizar el escándalo protagonizado por su diputado Francesc de Dalmases en TV3 el año pasado. Un estudio que concluyó que, efectivamente, el posconvergente intimidó a la subdirectora del programa FAQs por determinadas preguntas a Borràs sobre sus problemas judiciales en una entrevista.
Ya entonces, Oranich reconoció públicamente que Borràs intentó presionarla, de malos modos, para que su informe fuera benévolo con Dalmases. Algo que no pareció surtir efecto pues, según dijo la abogada el pasado octubre, la presidenta de Junts llegó al punto de dejarle de hablar por las conclusiones a las que llegó.