Aferrado a una realidad paralela, esta es, la presunta competencia en materia diplomática, el Govern ha vuelto a ampliar su red de oficinas en el exterior. De esas ínfulas internacionales da cuenta el dinero que entre 2011 y 2017 gastó la Generalitat en Acción Exterior. Entre esas partidas destaca la destinada a un “plan estratégico” que el Ejecutivo catalán puso en marcha, entre otros motivos, para hacer frente a “las tensiones y el régimen de sanciones económicas de Rusia a productos de la UE, con un impacto enorme sobre sectores de la economía catalana como la fruta y la ganadería porcina”. Este fue el argumento utilizado por el Govern ante el Tribunal de Cuentas (TdC) para justificar gastos que, a juicio del órgano fiscalizador, podrían ser susceptibles de malversación. Las excusas y la forma de emplear esos fondos públicos no convencieron al tribunal.
Precisamente ayer, la Consejería de Acción Exterior de la Generalitat anunció que este año abrirá seis nuevas delegaciones en el exterior, que se sumarán a las 14 ya existentes y que potenciarán la presencia en África, América y también Asia, continente en el que abrirá sus primeras embajadas. Los tribunales han advertido en repetidas ocasiones de que el Ejecutivo autonómico no puede solapar las competencias estatales. Pero la diplomacia se ha convertido en una “estructura de Estado” que, en los momentos más álgidos del procés, se utilizó para internacionalizar el proyecto de ruptura con España.
Puigdemont y el Kremlin
El departamento dirigido por Victòria Alsina mantiene esa pátina de servicio exterior, ahora que Rusia ha invadido Ucrania. Aunque, más allá de ofrecer acogida a los refugiados, poco más puede hacer el Govern. Y mucho menos el nuevo “ministerio” de asuntos exteriores creado por el Consejo para la República, que acaba de revalidar la presidencia de Carles Puigdemont en ese trasunto de gobierno paralelo. De los contactos del entorno del fugado con el Kremlin, esto es, de su pretendida contribución a desestabilizar la UE a cambio del apoyo de Vladímir Putin, dieron cuenta las grabaciones que hizo la Guardia Civil en el caso Voloh de Josep Lluís Alay, Gonzalo Boye y Víctor Terradellas.
Pero hubo un tiempo en el que la Generalitat dedicó dinero supuestamente a “salvar” a los países europeos de las presiones económicas de Rusia. Así consta en las alegaciones que presentó ante el Tribunal de Cuentas cuando éste, en un informe de 722 páginas convertido en referente de esa internacionalización del procés [se puede leer en este enlace], aludió al gasto de 2,1 millones de euros en dos contratos relativos a la gestión de servicios de promoción turística en Rusia. “Existen contratos de prestación de servicios con personas físicas que, en tanto que tienen por objeto acciones continuadas en el tiempo bajo la dirección y supervisión de la dirección de la entidad, debieron haber sido objeto de contratación laboral”, aseguraba el TdC. Es el caso de los misiones llevadas a cabo en Rusia.
“El importe adjudicado en el periodo suma un total de 2.103.384 euros. Esta cantidad corresponde, principalmente, a dos contratos licitados por procedimiento abierto que suman, uno, 2.021.498 euros y otro, adjudicado según un procedimiento negociado sin publicidad, 32.628 euros. El resto del importe (49.258 euros) responde a diversos contratos menores que se extendieron desde 2011 a 2017. El objeto de los contratos principales es la gestión de los servicios de promoción turística en Rusia y los países del Este que afectan al Centro de Promoción Turística de Moscú, única oficina sometida a un régimen de gestión indirecta mediante contrato de servicios que, a efectos de uniformidad y eficacia en la gestión y control, no parece justificado”.
Controversia
La Generalitat alegó que “existían una serie de acontecimientos (Brexit, posición agresiva de la nueva Administración de Estados Unidos, tensiones y el régimen de sanciones económicas de Rusia a productos de la UE”…) que ‘hacían patente la necesidad de una estrategia multidimensional actualizada respecto de un Plan de 2015 para una comunidad autónoma que basa gran parte de su potencia económica en la internacionalización de sus sectores privado y público”. Pero, según el tribunal, “es evidente que la citada ‘estrategia multidimensional actualizada’ respecto a un Plan Estratégico de la comunidad autónoma resulta ajena a las competencias y funciones de la Delegación de la Generalitat en la UE (DGUE)”.
"Por lo demás --añade--, estos asuntos ahora expuestos por el alegante no constan en ninguna parte de la documentación del expediente facilitado al Tribunal de Cuentas, sin que existiera un pliego de prescripciones o documento que explicara las prestaciones concretas que se debían realizar y su adecuación a las necesidades públicas que motivan la contratación". Respecto a la ejecución del contrato, entre la documentación remitida por la DGUE no existe ningún documento justificativo de la actividad desarrollada por la empresa adecuado a los objetivos previstos en el contrato y, por tanto, que pudieran hacer referencia a la estrategia multidimensional actualizada del Plan estratégico.
Las actuaciones catalanas en Rusia se hicieron mediante contratos que tampoco pasan el filtro de los procedimientos normativos. “En relación con la contratación del servicio de asesoramiento, mediación y organización de la Noche del Turismo en Moscú, ejercicio 2012, por importe de 66.624 euros, se utilizó el procedimiento negociado por otras razones previsto en el artículo 36 de las Instrucciones internas de contratación, sin que se acredite el cumplimiento de los supuestos previstos en ese artículo para aplicar dicho procedimiento, al constar exclusivamente un informe interno donde se señala que la empresa adjudicataria es la única agencia de viajes oficial con la cual trabaja Presidencia en el Fórum Empresarial Cataluña Rusia y por tanto la que ha contratado los espacios necesarios para desarrollar las acciones propuestas”.
Infracción de las normas de contratación
Por otra parte, mediante contrato menor “se adjudicó la preparación y elaboración de la cena de la Noche del Turismo Cataluña Moscú el 1 de noviembre de 2012, por importe de 1.925 euros, sin que quede acreditado que estos servicios no forman parte de los incluidos en el contrato de asesoramiento, mediación y organización de la Noche del Turismo en Moscú”.
“Se incumple el artículo 38 de las instrucciones internas de contratación al no solicitarse las tres ofertas preceptivas, sin que hubiera razón justificada que lo impidiese, en el servicio de 'cátering del foro de turismo de reuniones', formalizado mediante contrato de 11 de febrero de 2014, por importe de 27.893 euros (IVA incluido)”, concluye el TdC.
Denuncia también el informe que varias de las embajadas han realizado pagos por actividades realizadas fuera de su ámbito, algunos de cuyos ejemplos se han reflejado en el apartado relativo al análisis de dichas actividades. Como caso más significativo, la delegación de Austria abonó diversos pagos por actividades realizadas fuera de su ámbito geográfico, como por ejemplo pagos en 2016 en Polonia por 10.700,26 euros, pagos de 6.000 euros a una asesora por servicios relativos a la delegación de Polonia y un pago de 2.901,14 euros por un viaje a Minsk (Bielorrusia), cuando dichos países no correspondían a su ámbito geográfico. Asimismo, hay pagos de 2.228 euros por actividades en Estonia, Letonia y Lituania que no están dentro de su ámbito de actividad”.