La candidatura para celebrar unos Juegos Olímpicos (JJOO) de Invierno en los Pirineos han provocado que afloraran voces sin altavoz previo en el norte de Cataluña. Son muchos los partidarios de esta propuesta en la cordillera, especialmente por las inversiones que recaerían sobre el territorio, olvidadas parcialmente durante las últimas décadas. ERC se hizo con el protagonismo de este posible evento, que germinó en el seno del Govern junto a JxCat, una vez fue anunciada la consulta “vinculante” por la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà.

El problema de esta consulta, que como avanzó Crónica Global no es vinculante, al menos a nivel jurídico, radica en haber dejado fuera a algunas comarcas que no se encuentran circunscritas en el ámbito del Alt Pirineu i Aran. El Berguedà, el Ripollès y el Solsonès reclamaron estar en esa votación y, para ello, convocaron una reunión en Berga, que nunca se llegó a realizar, según informan fuentes de la zona a este medio. Tampoco acabó de gustar al área media de la provincia de Lleida, a los territorios comprendidos entre la capital provincial y el ámbito pirenaico, que también se verían afectados, negativa o positivamente, por las inversiones derivadas de la organización de las olimpiadas.

Tranquilidad republicana

Los municipios de los Pirineos están gobernados, mayoritariamente, por dirigentes comarcales de ERC y JxCat, con una excepción: el Vall d’Aran, donde gobierna la vertiente aranesa del PSC. Los posconvergentes cerraron rápidamente filas a favor de la candidatura olímpica, mientras los republicanos mantuvieron la calma. No obstante, según fuentes territoriales, las voces críticas en el seno de este último partido, por la exclusión de algunas comarcas en la consulta, habrían propiciado un apaciguamiento por parte de la dirección nacional del partido.

Berga

Esta sería una de las posibles razones por las que no se realizó una reunión en Berga, según han apuntado diferentes fuentes del territorio. Este medio se ha intentado poner en contacto con el partido republicano para confirmar dichas informaciones, sin éxito. Por ello, a pesar de no ratificarse, las críticas procedentes de ediles de la formación de Pere Aragonès habrían quedado en un stand by hasta que se confirme la candidatura que, cabe recordar, por el momento se encuentra sin un proyecto claro para los Pirineos, y a la espera de la consulta --sin pregunta oficial todavía-- la próxima primavera, en la cual se ha excluido a varias comarcas de la cordillera.

La realidad de los Pirineos

Desde el verano de 2021 se han sucedido diferentes voces, tanto a favor como en contra de unos Juegos de Invierno, pero que claman en la misma dirección: la incapacidad o dificultad para “hacer entender a la Generalitat nuestra realidad”. Así de contundente se mostró el pasado agosto Josefina Lladós (JxCat), en ese momento presidenta del consejo comarcal del Alt Urgell, que tan solo unos meses después, en diciembre, pasó por el pacto de gobierno con ERC, al republicano Martí Riera.

Consejos comarcales mixtos, entre republicanos y posconvergentes, también recriminaron al Govern sus actuaciones. El vicepresidente primero del Pallars Jussà, de ERC, Toni Millet, también siguió la línea de Lladó: “La gente desconoce la problemática de los lugares de montaña”. Y pidió que las infraestructuras llegaran, junto a las inversiones, hubiera o no olimpiadas.

El esquí y sus diferentes variantes son los deportes estrella de los Juegos Olímpicos de Invierno / ARCHIVO - EUROPA PRESS

Un pequeño impasse de los dos partidos que dirigen la Generalitat y que ahora, según diversas voces territoriales, intentan apaciguar la situación que estalló a raíz de la consulta delimitada en tan solo una parte de los Pirineos. Los habitantes, políticos y parte de la sociedad de la cordillera recuerdan, aunque ahora con menor énfasis en muchas zonas, que las inversiones son necesarias llegue o no la candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030.