Rebelión en los Pirineos: tres comarcas preparan una declaración institucional contra el Govern
Ripollès, Berguedà y Solsonès se sienten “discriminados” tras quedar fuera de la consulta “vinculante” de la Generalitat sobre la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030
3 febrero, 2022 00:00Tres comarcas de los Pirineos se sienten discriminadas al quedar fuera de la consulta “vinculante” del Govern sobre la candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. De hecho, ese hartazgo ha llevado a que los presidentes y consejeros de Ripollès, Berguedà y Solsonès se reúnan el próximo miércoles en Berga (Barcelona) para impulsar una respuesta al presidente catalán, Pere Aragonès (ERC), que previsiblemente tendrá forma de declaración institucional.
El president decidió preguntar --sin tan siquiera plantear el ruego-- a los territorios del Alt Pirineu i Aran (Vall d’Aran, Alta Ribagorça, Pallars Sobirà, Pallars Jussà, Alt Urgell y la Cerdanya). Esto excluyó a las tres comarcas que quedan ancladas a medio camino entre los Pirineos y el Prepirineo, que además cuentan con unas características especiales que podrían hacer tambalear el resultado de la consulta. Aunque, en general, el sentimiento es de discriminación, como explica Joaquim Colomer (JxCat), presidente del Consejo Comarcal del Ripollès. “Tenemos un Govern que no toma decisiones, no encabeza ninguna candidatura y no nos tiene en cuenta”, afirma en declaraciones a Crónica Global.
En tierra de nadie
“Estamos en tierra de nadie, no contamos con línea de tren en la comarca, el servicio de transporte para llegar a Barcelona es muy complicado. Necesitamos inversión en infraestructuras”, apunta Joan Subirana (ERC), representante del Consejo Comarcal del Solsonès. El territorio es uno de los accesos naturales a la cordillera desde la capital catalana y cuenta con la única estación de esquí del Prepirineo: Port del Comte. Esta sería la instalación que aportarían a una hipotética celebración de los Juegos de Invierno, que podría incorporar nuevas infraestructuras.
Subirana cree que el Govern “debería dar explicaciones”, porque se ha decidido excluir a las tres comarcas de la consulta y, por ende, de participar activamente en la articulación de la candidatura olímpica. Algo que no entienden, remarca. Tan solo se les invitó a formar parte de la mesa de trabajo de los Juegos de Invierno. El consejero del Solsonès pide saber “por qué” no se les permite participar en la consulta, que decidirá el futuro de la zona, aunque todavía no existe un proyecto de actuación claro por parte de la Generalitat.
Rectificación e inversiones
En cualquier caso, y más allá de esta división del Govern que roza el gerrymandering estadounidense, los representantes comarcales se quejan de la falta de información. La candidatura se ha vendido a bombo y platillo, pero no ha arrastrado una aclaración de cómo se vertebrará, si afectará a toda la cordillera o se centralizará en una zona en concreto, o la inversión en carreteras y ferrocarril, entre otras cuestiones.
“Los tres presidentes de los consejos comarcales firmaremos un manifiesto en el que pediremos una rectificación de la Generalitat, aunque tenemos que hablar sobre qué solicitaremos”, asevera Colomer. Ripollès, Berguedà y Solsonès piden estar en la decisión de las inversiones que se destinarán al territorio y no quedar fuera, como ha sucedido con la consulta.
Berga: territorio intermedio y la CUP
Los tres presidentes comarcales --Joaquim Colomer (JxCat), del Ripollès, Sara Alarcón (ERC), del Solsonès, y Josep Lara (JxCat), del Berguedà-- pondrán sobre la mesa en Berga sus reclamaciones, así como su exclusión, sobre un proyecto clave para los Pirineos. Una zona, por otra parte, deprimida a nivel de inversiones públicas de las Administraciones autonómica y estatal durante las últimas décadas. “Da la sensación que no se nos tiene en cuenta, […] si el Govern fuera inteligente haría una apuesta firme por todo el Pirineo”, sentencia el presidente del Ripollès.
La ciudad, a medio camino entre Solsona y Ripoll, las capitales comarcales de los otros dos territorios afectados, tuvo una respuesta rápida de su alcalde, Iván Sànchez (CUP), poco después de conocer las intenciones de convocar una consulta: quería organizar otra “extraoficial” para los vecinos de Berga sobre los Juegos de Invierno. El presidente comarcal quitó hierro al asunto, al recordar que no era “vincultante”, aunque “por proximidad” y el impacto de un acontecimiento de estas características debería haberse incluido al Berguedà.
Ripollès, un caso olvidado por el Govern
El Govern, con la posición de derivar a otros territorios como Aragón algunas disciplinas, según definió la consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, cometió dos errores de base: preguntar a menos población de la que se vería afectada y olvidar la historia catalana y española de los deportes de invierno. Los habitantes del ámbito en el que se podrá votar la próxima primavera, sobre una pregunta todavía en stand by, son poco más de 71.000, mientras que las tres comarcas que han quedado fuera suman casi 78.000 personas.
La diferencia poblacional no es enorme, pero sí podría hacer tambalear la consulta. La votación auspiciada por Aragonès tiende a obtener el “sí” a la candidatura. No obstante, el Prepirineo, con un carácter más crítico y que pelea más las inversiones al quedar, generalmente, más desplazado de las mismas que los territorios puramente pirenaicos, podría desequilibrar la balanza. Algo que, a falta de explicaciones del Gobierno catalán, la decisión habría quedado zanjada al recuperar el espíritu de las idealizadas veguerías, frente a la realidad geográfica.
Por último, el Ejecutivo catalán parece que ha olvidado la historia de los deportes de invierno, tanto en Cataluña como en toda España. La primera competición de múltiples pruebas de esquí, luges o bobsleigh se celebró en Ribes de Freser en 1911. Poco después se amplió en los siguientes años a Camprodon y en 1921 se organizó en Núria, que sería el embrión de la segunda estación de esquí alpina de Cataluña. Por el Ripollès aterrizaron las disciplinas olímpicas que se extenderían al resto del país y se acabarían desplazando a la Cerdanya, con la creación de La Molina. Es, entonces, cuando surge la pregunta: ¿el Govern ha tenido en cuenta la historia, la población afectada y las instalaciones para la hipotética celebración de unos Juegos Olímpicos de Invierno en los Pirineos?