Carlos Carrizosa (Barcelona, 1964) considera que el PSC tiene un doble discurso sobre la inmersión. En una entrevista con Crónica Global, el líder catalán de Ciudadanos advierte de que los independentistas utilizan la "ingeniería social" para asimilar a los castellanohablantes mediante la erradicación de todo sentimiento español. También explica su estrategia de cara a las elecciones municipales de 2023.
--Pregunta: ¿La lengua sustituye a los presos en el relato independentista?
--Respuesta: No sé si la razón es buscar un relato movilizador, habida cuenta de que los presos por el golpe ya no están en prisión. Pero sí que es cierto que el independentismo está dispuesto a dar una vuelta de tuerca más en el tema de la lengua y lo pregonan. Esto es muy negativo y muy nocivo. Nosotros estamos manifestando nuestra absoluta oposición a esa línea de gobierno. Al final lo que se pretende es cercenar los derechos de la mayoría de los catalanes.
--¿Cuál es la propuesta de Ciudadanos para solucionar esta situación?
--Lo malo es que para lo que se está utilizando la lengua es para hacer ingeniería social. Estas personas que buscan la independencia de Cataluña por todos los medios creen que abonan el terreno si extirpan de la vida pública aquello que para ellos es símbolo de español. Para ellos, el castellano en las aulas es una evidencia de que pertenecemos a España y además confirma sentimentalmente que tenemos una sociedad bilingüe. Y eso es lo que no quieren. Les gustaría que hubiera monolingüismo en Cataluña porque, de esa manera, no habría ningún vínculo sentimental de buena parte de los catalanes con España. La mayoría de catalanes hablamos en catalán y castellano y eso es un símbolo muy claro de que hay una pertenencia a España, que además es lo que sienten la mayoría de los catalanes. Y se trata de atacar eso. Porque es evidente que solamente una signatura más en las escuelas para nada puede quebrar la cohesión social. ¿Cómo se puede sostener tal cosa? Si hay ocho asignaturas y se añade a la de castellano otra en este idioma, ¿eso quiebra la cohesión, es un ataque al catalán? Ellos quieren hacer ver que cualquier cuestionamiento de la inmersión radical que implantan es un ataque al catalán. Es una mentira evidente, porque quienes defendemos la enseñanza en catalán, castellano e inglés, también queremos la enseñanza en catalán. Si distorsionan el mensaje es porque, con la verdad en la mano, no pueden sostener algo que no tiene parangón en el resto del mundo. Lo que me duele es que cuando el independentismo tiene que cambiar de relato o de foco, resulta que le toca a los catalanes castellanohablante pagar el pato.
--Le preguntaba qué se podía hacer. Pablo Casado, presidente del PP, propuso un 155 lingüístico…
--Tendríamos que estar todas las fuerzas políticas catalanas de acuerdo en que introducir una nueva asignatura en castellano en la enseñanza pública no supone un ataque al catalán. El independentismo defiende posiciones ultramontanas y esperaría que las formaciones que no son tan independentistas, que no promueven un cambio del idioma de los catalanes mediante la ingeniería social, mediante la asimilación, se planten. Lo que están pretendiendo es que las familias cambien de idioma. Para que esa anomalía, a juicio de muchos independentistas, que supone que catalanes catalanísimos hablen en castellano en su casa, no se dé. La solución pasa por que los partidos que no tienen ese proyecto de ingeniería social, o sea, Podemos, PSC, Vox, PP y Ciudadanos, nos plantemos. ¿Cómo es posible que el gobierno de la Generalitat diga que quiere hacer un Pacte Nacional per la Llengua y cuenten con el Partido Socialista para decir que son una mayoría del 85%?. Me gustaría que el socialismo estuviera, por la fuerza pedagógica y política que tiene, alineado con claridad. Que no aprieten más las tuercas, que las aflojen. Es una ingeniería social que nos quiere llevar a la independencia por la extirpación de sentimiento e idioma español. Por eso me gustaría que hubiera madurez política de todos los que no participan de ese proyecto intolerable.
--En el PSC ha habido un punto de inflexión y está a favor de flexibilizar la inmersión, que no pasa nada por introducir una clase más en castellano.
--Ese discurso del PSC me encanta, pero lo malo es que en el Parlament no vota en consonancia con ese discurso. Me da la sensación de que tiene un doble discurso. Por un lado en los medios de comunicación e incluso Illa hablando en castellano en el Parlament. Pero luego en las votaciones se alinea con aquellos que están en contra de aplicar el 25% de castellano. A que se deje de multar a los establecimientos que no rotulan en catalán, como ha dicho el Tribunal Constitucional, también ha votado en contra. Hechos son amores, y no buenas razones. Celebro, aplaudo, pido al PSC que haga ese discurso, pero también que no se junte con el Pacte per la Llengua, que rechaza los derechos de una parte importante de la población. Y que vote en consonancia con lo que dice.
--¿Esa petición se puede oficializar, hay contactos, conversaciones con el PSC?
--Con Illa tengo una relación muy buena, personal, como la tienen la mayoría de nuestros diputados. Es un hombre muy dialogante. Pero me da la sensación que piensa que con lo que suman con nosotros no se pueden hacer cambios en Cataluña, prefiere no pelearse con aquellos con los que puede gobernar. Tiene una posición posibilista y de poder, que por mucho que advierta de la necesidad de hacer cambios en Cataluña, renuncia a hacerlos porque prioriza alcanzar el poder con un tripartito. El PSC tiene esa vocación. Aunque las ideas de sus dirigentes sean homologables con las nuestras y podamos llegar a muchos acuerdos, a la hora de la verdad, en el PSC prima el poder. Y además, si se me permite, de forma descuidada. Cuando hicieron un tripartito, la cultura, los medios de comunicación y la educación estuvieron en manos de ERC. El PSC me encantaría que fuera más fuerte en la defensa de los derechos de todos los catalanes, y que no acabara claudicando ante los postulados del independentismo.
--La Consejería de Educación está en manos de ERC, que supuestamente representaba un independentismo más pragmático. Incluso renunciaba a la confrontación. Ahora amenazan con la desobediencia. ¿Cree que la llevarán a cabo?
--Creo que el independentismo ha cometido un error con esta nueva vuelta de tuerca poniendo entre sus principales banderas la lengua basándose en una ficticia y mentirosa mala situación del catalán. Se han equivocado, porque durante los años de la Transición, buena parte de la población catalana castellanohablante estaba a favor de revitalizar un idioma que con el franquismo había sufrido muchísimo y se consideró una obligación democrática dar cabida en la mayor parte de foros posibles al catalán. Ahora es muy evidente que esto es una estrategia de un gobierno que ya no busca restañar las heridas a las que se sometió el catalán, lo utilizan porque buscan la independencia y para conseguirlo deben seguir determinados caminos, entre ellos la exclusión de todo lo que sea español de la vida pública. Igual que se critica al Rey porque representa la unidad y la permanencia en España. Se intenta erradicar el castellano como una anomalía, fruto de la imposición de unos hablantes que llegaron aquí como instrumentos involuntarios de colonización lingüística, como defienden los del manifiesto Koiné. Ciudadanos lleva 15 años denunciando esos excesos, pero esta vuelta de tuerca ya es demasiado evidente que se hace por animadversión a España y por hispanofobia. Creo que esto va a movilizar mucho más de lo que ha movilizado hasta ahora. Es importantísimo que en esta ocasión tengamos una sentencia que no se puede eludir. El señor González-Cambray está mandando comunicados a los directores de los centros para que obren de una determinada manera. Pero las sentencias se deben cumplir. Están poniendo otra vez a los funcionarios entre la espada y la pared. Y esto acabó muy mal en el procés. No tiene futuro. Ya sabemos las consecuencias de desobedecer y violentar la ley: incoación de procedimientos por desobediencia y prevaricación.
--¿Cuando habla de una movilización mayor, se refiere a los independentistas?
--Me refiero a la población catalana que pensaba, porque así se ha intentado vender por intereses políticos, que aquí estábamos ante un gobierno más moderado, que parecía que quería apaciguar las cosas. Ahora se van a dar cuenta que en su vida cotidiana van a seguir apretando las tuercas. Ya no se estaba dando el castellano en los colegios, más que como asignatura sin ser vehicular, y ahora que lo ordena un tribunal, ellos van a hacer causa de desobediencia. Hay mucha población que está harta de que el gobierno haga de su capa un sayo, de que les pisoteen los derechos y que cuando intervienen los tribunales, parece que les persiguen por ser independentistas. Estoy convencido de que todos en todos esos países que mencionan, como Escocia, que pretenden la independencia, sus políticos cumplen con las leyes mientras tanto. No podemos consentir que los políticos catalanes, en su demagogia y populismo, se crean que están por encima de las leyes, mientras que los ciudadanos sí que las tienen que respetar.
--Quizá, a los independentistas, la lengua les sirve de maniobra de distracción sobre otros asuntos como el referéndum o la mesa de diálogo, que les divide.
--Sin duda. La política catalana, y esto me duele, es profundamente improductiva. Nos pasamos el día con estos problemas que es como una cronificación del procés. Echan fuego y carbón para que la máquina siga funcionando y así no hablamos de cuánto dinero se dedica a las listas de espera o del parto juvenil. O qué vamos a hacer para recuperar todas las empresas que pierde Cataluña desde hace muchos años, perdiendo posiciones económicas respecto a otras comunidades. Un Covid que no acaba de irse, un problema de pensiones… Es muy fácil gestionar desde el nacionalismo, porque el nacionalista cohesiona y aglutina a su público independientemente de cómo vayan las cosas. Estas estratagemas del populismo nacionalista hace que no les cuesta caro el mal gobierno. Pero esto ha caracterizado a Cataluña en los últimos diez años. Y eso ha provocado decadencia económica y división social.
--¿La lengua también es una forma de evitar que la CUP presente una cuestión de confianza?
--Seguro que es otro de los parámetros, es uno de los puntos en los que pueden enganchar a la CUP, junto al acoso a las fuerzas policiales que actúan en las manifestaciones violentas. Quiero llamar la atención de que esto no nos distraiga que el gobierno de ERC tiene como principales socios a partidos que abogan por el decrecimiento económico. La CUP se opone a la ampliación del aeropuerto, a los Juegos de Invierno y al proyecto Hard Rock Cafe. Se opone a los proyectos que suponen turismo, inversión, infraestructuras… Hemos votado un decreto en el Parlament que propone una moratoria en la implantación de las energías renovables porque la CUP obstaculiza el progreso. Y eso es lo preocupante. Cataluña va perdiendo oportunidades.
--¿Cómo está la máquina preelectoral de Ciudadanos?
--De joven trabajaba de impresor, trabajábamos con máquinas mecánicas donde engrasábamos las piezas de rozamiento antes de los grandes ensamblajes. Y todo iba fenomenal. Estamos engrasando todos los elementos para que la maquinaria del partido empiece a rodar. La próxima reválidas son las elecciones municipales de 2023. Tenemos a los afiliados muy fuertes porque saben que Ciudadanos es insustituible en Cataluña. El PSC renuncia frecuentemente a defender sin complejos las cuestiones que defendemos ante el independentismo. Tenemos una propuesta de centro, sensata, liberal, a diferencia de las que puedan promover PP y Vox. Tenemos un suelo muy sólido. Hay ilusión y ganas.
--¿Vox distorsiona el discurso de Ciudadanos? Hay encuestas que dicen que puede irrumpir en el Ayuntamiento de Barcelona.
--Las últimas encuestas en Barcelona nos dan unos buenos resultados, muy superiores a los de Vox y el PP. Y no me extraña. La marca Vox tiene unos atributos que, como Podemos por la izquierda, tiene sus votos por la derecha. Pero la forma de defender la identidad compartida de los catalanes, que además se sienten españoles y europeos, a Vox le falta lo de Europa. Y quizá solo se sienten españoles. La identidad compartida es mucho más transversal y universal en Cataluña. En el aspecto identitario de lo que representan las banderas catalana, española y europea, tenemos nuestro espacio. Existen postulados de Vox sobre el aborto o la eutanasia clarísimamente diferentes a los nuestros. Nosotros no debemos modificar nuestro discurso en absoluto en función de lo que hacen los demás.
--En Barcelona hay mucho movimiento de confluencias, por un lado el catalanismo que no acaba de reunificarse, se habla también de una alianza de PP, Cs y Barcelona pel Canvi… ¿Qué perspectivas tiene Ciudadanos?
--El constitucionalismo en Cataluña debe tener estrategias comunes ante el proyecto disgregador y divisorio del independentismo. Y ojalá en esa estrategia entrara el PSC. Las elecciones municipales son muy especiales, porque hay multitud de candidaturas. Como es lógico, cualquier proyecto de unión de designios constitucionalistas deberíamos ver cómo se plasman en cada municipio. Vox está ausente en todos los municipios, el PP tiene una fuerza escasísima, tres veces menos concejales que nosotros. Y Cs es la principal fuerza constitucionalista, por detrás del PSC, que es la primera en Cataluña. Me gustaría que hubiera estrategias comunes. Si se opta por coaliciones, habrá que estudiarlo caso por caso. También le digo que no creo que Cs tenga que dar entrada a los restos del naufragio de la Convergència antigua, Unió y el catalanismo, que anda huerfanito y como alma en pena buscando unas siglas, una lanza y un escudo para entrar en liza en la batalla electoral. El catalanismo ya no es lo que significa el caudillaje de Puigdemont, pero tampoco tiene otra cosa. Y queda ERC. Esos personajes en busca de autor, que no miren a Cs, porque nosotros vinimos a reformar y no a dar cabida a un catalanismo trasnochado.
--¿Cuál sería la receta para Barcelona?
--Yo tengo 57 años y como barcelonés nunca había oído hablar tan mal de un alcalde como ahora. Colau es un proyecto que ha decepcionado muchísimo. Por la falta de limpieza, por su manga ancha con la okupación, por su nula gestión en la seguridad, con los manteros, con los comerciantes, las terrazas… Todos los sectores productivos de Barcelona están hartos. Nos falta un proyecto abierto, que no haga seguidismo del independentismo como hacen los comunes. Cs está en buena posición para dar a los barceloneses una verdadera alternativa, para recuperar el liderazgo de los Juegos Olímpicos que echamos de menos.
--Visto lo ocurrido con Barcelona pel Canvi, con la marcha de Manuel Valls, ¿cree que el tiempo ha dado la razón a Ciudadanos cuando se desmarcó de esa alianza y de Colau?
--Volveríamos a desmarcarnos de Colau en la votación que le hizo alcaldesa y la última, sobre presupuestos. La concejal de BCNpel Canvi que comparte escaño con el PP en el Parlament, Eva Parera, es la que se brindaba a sostener los presupuestos de Colau, hasta ésta le ha dado un portazo y ha elegido como socios a ERC. Estos bandazos, estos cálculos que olvidan la verdadera estrategia de todos, no van con Ciudadanos. Creo que nuestro proyecto tendrá más recorrido y será entendido por los barceloneses.