Los independentistas han solemnizado su división en el Debate de Política General (DPG) que se celebra en el Parlament, donde se ha asistido a grandes gesticulaciones rupturistas por parte de Junts per Catalunya (JxCat), la amenaza de la CUP de dejar caer el mandato de Pere Aragonès si no convoca un referéndum de secesión exprés y la firme defensa del president de la mesa de diálogo con el Gobierno. Desde ERC se ha quitado importancia a la arenga de los neoconvergentes, un partido fragmentado que no se puede permitir salir del Govern. La principal preocupación de los republicanos, admiten, son los antisistema.
JxCat ha dejado en manos de Albert Batet la réplica a Aragonès, lo que denota hasta qué punto ha llegado la descomposición interna de los neoconvergentes. El presidente del grupo parlamentario ni es el mejor orador que tienen los socios de ERC ni fue decisivo en las negociaciones para formar gobierno. Jordi Sànchez y Jordi Turull, que sí tienen ascendente en el partido, están inhabilitados, ya que los indultos --así lo ha denunciado el cómplice procesista Rafael Ribó, Síndic de Greuges de Cataluña-- no han eximido a los dirigentes condenados de estar incapacitados para ejercer cargo público.
Familias neoconvergentes a la greña
Laura Borràs, rival de Sànchez y Turull en el seno del partido y referente del sector más radical, es presidenta del Parlament y no puede intervenir en los debates. Sí estaría en condiciones de hacerlo Elsa Artadi, diputada rasa, ya que la portavocía del grupo la ejerce una desconocida Mònica Sales de la Cruz, quien el martes por la tarde explicó en rueda de prensa la insatisfacción de Junts ante un discurso del president en el que no se habían hecho las referencias suficientes a Carles Puigdemont y la confrontación. Pero Artadi se enfrentó a Sànchez durante las negociaciones con ERC por discrepar de un acuerdo a su juicio demasiado centrado en la mesa de diálogo y poco en el papel que debe jugar Puigdemont.
Así están las cosas en JxCat, de ahí que Batet haya sido elegido como el dirigente bisagra entre esas facciones neoconvergentes. De hecho, este convergente de toda la vida se alineó primero con David Bonvehí, presidente del PDECat, con la voluntad de ejercer de “bisagra” con Junts cuando comenzaron las hostilidades entre ambas familias. Finalmente, Batet se unió a Carles Puigdemont.
Los presupuestos
ERC apreció ayer mucha gesticulación en las palabras de Batet, quien amenazó con votar resoluciones junto a la CUP para acercarse a la independencia, sin esperar a una mesa de diálogo de la que no estiman resultados. El tiempo dirá si el tono incendiario del diputado se concreta en iniciativas reales, ya que JxCat no se puede permitir salir de un gobierno donde mantiene una notable cuota de poder, el único nexo existente en un partido en plena descomposición.
De hecho, a pesar de las hostilidades protagonizadas en la sesión plenaria, ERC y JxCat han pactado una propuesta de resolución en el Parlament que defiende el derecho a la "autodeterminación" como la "única vía democrática" para resolver el "conflicto político entre Cataluña y el Estado", y señala que solo un referéndum acordado podría "sustituir" el 1-O.
Es la CUP la que realmente preocupa a Aragonès, la que puede hacer caer al Govern si se descuelga de los presupuestos de la Generalitat para 2022. Los elaborará Jaume Giró, consejero de Economía propuesto por JxCat. Las negociaciones no han comenzado, Giró ha dicho que se siente más cómodo con los antisistema. Con la prórroga de las cuentas de 2020, Aragonès ha ganado tiempo para mantener la negociación de la ley más importante de toda legislatura al margen de las pugnas entre los socios. Pero la aprobación o rechazo de los futuros presupuestos será decisiva.
Superar el Debate de Política General
La mesa de diálogo corre en paralelo. “Aragonès se ha visto obligado a sacar perfil independentista, pero ha sido firme en su apuesta por el diálogo”, comentaba un diputado socialista. A juicio de otros parlamentarios, la imagen de sumisión a Carles Puigdemont debilita el Govern.
Tal como informó Crónica Global, ERC quiere que el debate “salga bien”, esto es, que no se aprueben propuestas de resolución que pongan contra las cuerdas a Aragonès. Una de ellas es la celebración de un referéndum exprés en esta legislatura que la CUP someterá a votación, y que los republicanos rechazan.