Jordi Basté, periodista y director de 'El món a RAC1' / PABLO MIRANZO

Jordi Basté, periodista y director de 'El món a RAC1' / PABLO MIRANZO

Política

Jordi Basté: “Me parece intolerable la posición de mercado que ha alcanzado Google"

El periodista cree que las decisiones lingüísticas que se adoptaron en los 80 dieron resultados, pero que cuando la política se ha puesto a manosear el asunto lo ha complicado

7 marzo, 2021 00:00

Jordi Basté es el radiofonista líder de Cataluña, con una gran influencia, una situación que él mismo considera inestable; o como mínimo temporal. Reconoce que vivir en el liderazgo es muy cómodo, pero que no será eterno.

A diferencia de otros comunicadores de su nivel, el director de El món a RAC1 no tiene productora propia; o sea, que es un empleado del Grupo Godó, muy bien pagado, pero en nómina. La publicidad no pasa por sus manos, de manera que tampoco le puede influir.

Gran usuario de las redes sociales, en especial de Twitter, ve venir los grandes peligros y considera que la posición que ya ha alcanzado Google es intolerable porque amenaza el futuro de los medios.

--Pregunta: ¿Qué papel y qué futuro ve a las redes sociales como transmisoras de información, como competencia de los medios clásicos?

--¿De qué hablamos cuando nos referimos a las redes? Básicamente de Twitter, el principal canal de información en estos momentos, pero que ha sido un elemento tan distorsionador de la realidad como importante. Por eso tengo una sensación de amor-odio a este sitio, donde tú dices "Buenos días" y siempre hay alguien que responde "Qué dices, gilipollas". Tiene un componente de maldad muy tremendo. Te entristece cuando se meten contigo y te alegra cuando se meten con otro, pero no sabemos muy bien quién es ese que ataca.

--Tiene un papel ambiguo.

--No sé si eso es muy bueno, no ya para nosotros, sino para la propia plataforma, que tiene serias dificultades como todo el mundo sabe. Si Twitter fuese un elemento opinativo, con un juego legal y divertido, estaría muy bien.

--¿Tiene demasiado peso en estos momentos?

--Es un buen canal de información en el que debes ser suficientemente inteligente como para separar el grano de la paja y saber quién te puede influir y quién no. Y creo que ahí lo estamos haciendo muy mal: los medios de comunicación, por supuesto, pero sobre todo la política. Estoy harto de que la política se haga por Twitter. No puede ser que una decisión gubernamental se cambie por la opinión de 1.000 o 10.000 personas a través de Twitter, por el amor de Dios.

--Tengo la sensación de que usted siempre está atento a Twitter, incluso durante su programa.

--Sigo Twitter para ver por dónde va todo, aunque he de decir que cada vez me afecta menos. Reconozco que he hablado de este tema con mi psicólogo. Y, mire, recuerdo que Leticia Dolera, una excelente actriz, me contó que tuvo que ir al médico por culpa de Twitter.

--¿Tanto puede afectar?

--Pues claro que sí. Has de tener la piel de armadillo para que te resbale. Conozco a gente que dice que no le importa, pero tiene perfiles falsos para saber lo que ocurre ahí dentro. Yo estuve desconectado durante un tiempo y fui muy feliz.

--Hay cierta patente de corso en las redes.

--Está muy bien que haya gente que nos cuestione, que nos rebata, incluso que nos insulte de cuando en cuando, pero que también se atenga a las consecuencias legales. Crítica, y dura, pero con el límite de la impunidad a la que la propia red social juega.

--El resto de medios de comunicación están sujetos a una regulación.

--Les ha costado, ¿eh? Porque en los digitales también se escribían auténticas barbaridades. Soy un gran defensor de Twitter, pero hay cosas que --como en el resto de la vida-- se deben frenar.

--¿Le ve futuro a las redes?

--Las redes entendidas como canales de comunicación donde la gente puede opinar sobre lo que nosotros opinamos, por supuesto. Como periodistas nos hemos creído que teníamos el patrimonio de la información, pero la gente también tiene derecho a informar y a criticar.

--Eso desde el punto de vista del usuario, pero desde la perspectiva empresarial las redes viven de la información que trabajan los medios.

--Sí, Twitter se beneficia del trabajo de los periodistas, pero también puede ser al revés. Si Crónica Global da una noticia, la red –sus usuarios, en realidad-- se convierte en un elemento centrifugador. Eso está bien. Otra cosa es que un día lo utilice como fuente de ingresos y coloque arriba al que pague más. Eso ya está pasando, lo que plantea un problema.

--A todo esto se añade la cuestión de la publicidad digital, que va a crecer según los expertos, pero que quedará prisionera de las grandes plataformas y los agregadores.

--Estamos hablando de Google, que tiene una posición de mercado tan bestial y potente que es quien regula lo que pasa y pasará en el mercado en los próximos años, algo que me parece intolerable. No puede ser el gran contenedor periodístico que se aprovecha de las virtudes de los demás; y encima diga que quien pague más se pondrá arriba y el que pague menos, abajo.

--Una cuestión de tarifa.

--Pero antes no era así, han cambiado radicalmente las reglas del juego. Se ha convertido en una cuestión vital para el periodismo mundial, me atrevería a decir que ya es una relación intolerable con los medios y con el periodismo.

--El Parlamento Europeo ha llamado la atención a los gobiernos para que dejen de utilizar la publicidad institucional como sistema de control de los medios.

--A mí no me condiciona nada. La publicidad que a cada gobierno le puede interesar en ciertos momentos, y que incluso puede ser positiva para la sociedad, es una cuestión normal, a la que se le puede objetar el criterio de adjudicación: si tiene retorno para la propia Administración pública.

--¿Y la repartidora?

--Eso es otra cosa. Sí que se debe tener presente el uso de catalán, por ejemplo. Eso se podría discutir, pero la subvención porque sí me parece mal. Y si me pregunta si me afecta, diré que cero. A mí nadie me llama y me dice "hemos puesto publicidad de no sé qué" o "estamos subvencionando tal cosa"; jamás. Y pobres de ellos.

--Eso puede obedecer a su posición de liderazgo en la radio en Cataluña.

--Sí, pero cuando no la tenía hace 12 años, tampoco. Quizá porque entonces no les merecía la pena. Quizá sea también porque siempre me han visto como un bicho raro que no viene de la cultura política

--Los ingresos de dinero público en los medios son muy importantes. En los buenos tiempos, podían suponer el 30% del total; o sea, que ahora no sé hasta dónde llegarán.

--De verdad, no tengo ni idea. De vez en cuando, al hablar con alguien del departamento comercial pregunto qué marcas son las que ponen más publicidad. A veces me sorprenden, pero normalmente son las de siempre.

--¿Cree que la distribución de las subvenciones ha contribuido en la construcción y difusión de un determinado relato político en Cataluña?

--En mi caso, nada; cero. Pero, en general, no lo sé, francamente. Recuerdo cosas como aquel famoso anuncio de las vías en TV3 previo a unas elecciones en las que se sospechó que la Generalitat usaba dinero para fomentar el procés.

--La pregunta es si cree que se ha utilizado dinero público para que algunos medios elaboren ese discurso.

--No voy a hablar en nombre de otros medios. Pero en mi caso, nada.

--¿Qué papel cree que deben jugar los medios en la cuestión lingüística?

--Creo que estamos en un momento mejor que en los años 80, cuando nacieron TV3 y Catalunya Ràdio. Nadie discutía entonces el significado lingüístico de esas emisoras porque Cataluña es un país donde hemos convivido gente que hablábamos catalán y gente que hablaba castellano. Hubo un momento de disrupción cuando llegó un medio que, contrariamente a lo que era normal, emitía en catalán.

--¿Cree que han hecho una labor positiva?

--Esas emisoras y la inmersión, respaldada mayoritariamente por el Parlament, fueron un elemento convivencial muy importante para una generación que no hablaba catalán. Cuando la política ha entrado a manosear el tema lingüístico, hemos hecho un flaco favor a la sociedad.

--Hay quien dice, por ejemplo, que TV3 debería incluir el castellano en su programación.

--TV3 no debe hacer programas en castellano, pero es lógico que este idioma aparezca: la sociedad es bilingüe y si una persona se siente más cómoda usando el castellano en una televisión catalana, que hable en castellano. Igual que me parece bien que el presentador le pregunte en catalán si lo entiende. Es el código básico de lo que fueron los medios públicos, y también en RAC1.

--O sea, el catalán es minoritario en el audiovisual de Cataluña.

--Si enchufas la televisión en Cataluña, verás que el 80% de los canales son en castellano, y que luego están TV3 y algún otro más en catalán. ¿Qué problema hay en que una televisión pública emita en catalán? Otra cosa son los contenidos, que se pueden discutir, pero que la lengua vehicular sea el catalán, por supuesto que sí.

--Hablaba usted de la fundación de esas empresas, pero han pasado 40 años y el último EGD dice que la radio superlíder en Cataluña –privada y pública-- es la que se hace en catalán. Parece que las cosas se han normalizado.

--Si, si, entre la privada y la pública nos acercamos a los dos millones de oyentes. Pero en ese punto me gusta subrayar la calidad de la radio que hacemos aquí, en catalán y en castellano, es un ejemplo de país potente como pocos. Creo que en Madrid, excepto en el caso de la SER, nunca se ha querido incorporar el valor de la radio hecha aquí. Julia (Otero), en Onda Cero, pero sobre todo en la SER, con (Àngels) Barceló, (Carles) Francino, son grandes aportaciones. La gran radio de España se ha hecho siempre desde Cataluña.

--La SER nació en Barcelona.

--Si, si. Radio Barcelona, la primera emisora de España.

--A lo que voy es que las políticas lingüísticas que se pusieron en marcha en los 80 parcialmente han conseguido sus objetivos. Lo que podría llevar a su revisión, como en el caso de las subvenciones públicas por el hecho de usar el catalán, etcétera.

--Ese es un gran debate. ¿Qué es lo que se subvenciona?

--Todo lo que se haga en catalán. 'El Periódico de Catalunya' mismo, cuando hizo su versión en catalán recibió grandes ayudas.

--Pero eso era en otra época, ¿no? ¿Hace 20 años? Veríamos qué pasaría ahora. Te he de decir también que esa es una cuestión política de la que yo me mantengo al margen porque tampoco tengo muchos argumentos para debatirlo.

--¡Qué comodidad da el liderazgo, señor Basté!

--Es verdad, te da comodidad. Pero también es cierto que eres líder ahora y de aquí a seis meses ya no lo eres. Pensando en eso siempre me acuerdo de la película de Agustín Díaz Yanes Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Cuando estás arriba parece que todo va de cara, pero como decía Almodóvar los mismos que te suben son los que te tiran para abajo.