El estruendoso debut de Laura Borràs como candidata de JxCat a las autonómicas ha generado sorpresa en algunos sectores del independentismo. Desde el entorno de ERC consideran que los ataques sin piedad lanzados por la nueva aliada del expresidente Carles Puigdemont contra sus socios de Govern dificultan la renovación del bipartito tras el 14F.
No lo ven igual en JxCat. Fuentes cercanas a esta formación apuntan a que su cabeza de lista solo actúa en clave electoral, “marca su territorio y deja claras las diferencias con ERC”. Y aseguran que mantendrá esta presión hasta la fecha de la votación en Cataluña. Con todo, insisten en que el tono agresivo de la presidenciable no impedirá revalidar un Govern con los republicanos de Pere Aragonès, en caso de que los resultados lo permitan.
A ver quién es más ‘indepe’
Borràs se lanzó al cuello de ERC minutos después de ganar las primarias a Damià Calvet este domingo por la noche, al que arrasó con más del 75% de los apoyos de la formación. "Hemos demostrado que no debemos elegir entre gestión o independencia. Queremos poder gestionar la independencia para gestionar el país que queremos ser. Hago un llamamiento a todo el independentismo a sumar, a garantizar un gobierno y un parlamento nítidamente independentista”, dijo en su primera intervención pública, con las urnas todavía calientes.
El lunes por la mañana, volvió a la carga contra ERC al asegurar que “no todos los partidos son igual de independentistas” y que “quien pacta con partidos que no son independentistas no trabaja para conseguir la independencia”, en referencia al acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.
ERC no entra al trapo
En ERC se toman la ofensiva de Borràs con resignación. Los de Aragonès y Junqueras han apostado por asumir el discurso del independentismo pragmático y están dispuestos a mantenerlo hasta el 14F. “El partido no caerá en la trampa de competir con JxCat para ver quién es más independentista”, subrayan fuentes próximas a la dirección del partido.
La portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, ha evitado el enfrentamiento “estéril” con sus socios de Govern y se ha limitado a felicitar a Borràs. Aunque también le ha pedido que "no se equivoque de adversario, que es el Estado” y ha hecho un llamamiento a “todos los partidos independentistas para buscar puntos de encuentro y trabajar por la independencia”.
Dudas recíprocas
Pero Vilalta ha ido más allá y le ha devuelto la patata caliente a Borràs: “En el supuesto de que ERC gane las elecciones del 14F, ¿qué hará JxCat si tiene que elegir entre investir a Pere Aragonès o a Miquel Iceta?".
La candidata de Puigdemont no ha respondido, pero desde su entorno garantizan que, en cualquier caso, harán lo posible por evitar un gobierno formado o apoyado por el PSC. En cambio, no tienen tan claro a quién elegiría ERC si de ella dependiera que el presidente fuera Borràs o Iceta.
La CUP como factor desestabilizador
Fuentes cercanas a JxCat introducen otro elemento en el análisis. Ven probable una mayoría parlamentaria independentista tras el 14F, pero que nuevamente haría imprescindibles los escaños de la CUP. Esto dificultaría un acuerdo encabezado por una ERC --como fuerza más votada-- dispuesta a reformular su plan independentista con una estrategia a largo plazo y en el que habría que contar con los antisistema, cansados de tacticismo y con ganas de justificarse ante sus seguidores.
En ese escenario, JxCat podría mostrarse como los independentistas más genuinos con posibilidades reales de gobernar y bloquear cualquier pacto para forzar unas nuevas elecciones en las que mejorar los resultados y retomar el procés. De hecho, la propia Telefónica advertía hace unos días a sus inversores internacionales de que Cataluña sigue siendo un “foco de incertidumbre” porque la “situación política” inestable de hace unos años “puede resurgir en el medio plazo”, tal y como avanzó Crónica Global.
El PDECat como elemento moderador
En la ecuación también aparece una variable inexistente hasta ahora. Si el PDECat logra entrar en el Parlament con varios escaños procedentes de antiguos votantes de Puigdemont, el enfoque cambiaría.
La presencia de un grupo parlamentario presidido por Àngels Chacón podría desequilibrar la balanza hacia un gobierno liderado por ERC y con JxCat obligados a facilitar la investidura de Aragonès.
JxCat maniobra para aplazar las elecciones
Finalmente, desde el entorno de ERC temen una maniobra de JxCat para aplazar las elecciones con la excusa de la pandemia del coronavirus con la esperanza de que, ganando unos meses, mejorarían sus expectativas electorales --ahora muy negativas, según todas las encuestas--.
“El consejero de Interior [Miquel Sàmper] tiene instrucciones de Puigdemont para hacer imposibles las elecciones a base de poner condiciones inaplicables para su celebración”, aseguran fuentes conocedoras de la operación.
Aritmética parlamentaria incierta
En lo que sí coinciden ambas partes, tanto JxCat como ERC, es que los resultados de las próximas autonómicas están más abiertos que nunca. Impactarán factores inusuales como la pandemia de coronavirus (y su gestión), la reciente inhabilitación del presidente de la Generalitat por primera vez en 40 años o la extremada fragmentación del voto.
“Cualquier resultado electoral es posible esta vez. Y cualquier acuerdo posterior, también”, insisten. “Dependerá de la aritmética parlamentaria con la que nos encontremos”, concluyen.