La lucha por el poder independentista a costa de la pandemia
Aragonès (ERC), que siempre rechazó asumir un gobierno en funciones con competencias limitadas, denuncia filtraciones de Tremosa (JxCat), quien promete dinero a los empresarios a sus espaldas
19 noviembre, 2020 00:00Aferrados a un Gobierno convertido en plataforma electoral, con anexo en el Parlament, Junts per Catalunya (JxCat) y ERC siguen aireando sus diferencias, aunque ya sin disimulo en lo que respecta a la lucha por el poder independentista a costa de la pandemia.
El penúltimo enfrentamiento entre ambas formaciones tras la filtración de las medidas para la desescalada demuestra hasta qué punto están enconadas las posturas de Pere Aragonès, el presidente en funciones que nunca quiso asumir ese papel --y no precisamente por una supuesta lealtad al inhabilitado Quim Torra--, y el consejero de Empresa, Ramon Tremosa.
Pere Aragonès habla de la gestión de la pandemia por parte de ERC / CG
Vergonzoso espectáculo
Una guerra para nada soterrada --los grupos de la oposición calificaron ayer de "vergonzoso" el espectáculo dado por los separatistas-- y en la que ninguno de los contendientes está dispuesto a arrojar la toalla. Así, mientras JxCat intenta cargar en las espaldas de ERC todos los problemas de la gestión de la pandemia, los republicanos centrifugan esa responsabilidad. Culpan al Gobierno español y plantan a sus socios en la reunión donde se toman las decisiones sobre el Covid.
Vuelan las puñaladas por la espalda. Tremosa, según explican a Crónica Global fuentes soberanistas, intenta congraciarse con un sector empresarial que se siente ninguneado en la gestión del Covid-19 con promesas de ayudas económicas que no puede cumplir y a espaldas de Aragonès quien, en última instancia, es el responsable de las finanzas públicas catalanas. A su vez, el vicepresidente económico no acaba de aclarar el destino de los recursos de que dispone. A saber: un superávit de 891 millones con base en la liquidación de las cuentas catalanas, 3.225 millones transferidos por el Estado y una ampliación presupuestaria de 420 millones gracias a la flexibilización del objetivo de déficit.
"Las escuchas de la operación Voloh demuestran que lo que menos interesa al Govern es el servicio público. Solo quieren seguir en la pomada del poder", apunta un exdirigente político catalán.
¿Aguantarán los socios hasta el 14F?
Ante esta situación, ¿aguantarán los socios de gobierno hasta las elecciones catalanas del 14F o romperán su convivencia? Hay que remontarse al pasado septiembre para entender por qué la lucha por la supremacía secesionista obliga a ERC y JxCat a resistir hasta los comicios. “Un gobierno en funciones entre cuatro y ocho meses será un desastre monumental. Perdemos la capacidad legislativa. Es un disparate mayúsculo”, explicaba entonces un alto dirigente de ERC. Eran los días previos a que el Tribunal Supremo confirmara la inhabilitación de Quim Torra y los rumores sobre su sucesión se habían disparado, incluida la posibilidad de que JxCat propusiera la investidura de un candidato alternativo para alejar, todavía más, la fecha electoral.
Los republicanos temían el órdago que suponía esa votación, pero también lo que finalmente ocurrió: la marcha de Torra, previa remodelación del Govern a la medida de los intereses de Carles Puigdemont, y presidencia en funciones ejercida por ERC en plena pandemia y con un escaso margen de maniobra. Es decir, sin poder aprobar proyectos de ley o designar consejeros, según establece la Ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern. Unos límites que han permitido al consejero de Trabajo y Asuntos Sociales, Chakir El Homrani, mantener el cargo mientras cesaba a la cúpula de su departamento tras el caos en la gestión de las ayudas a los autónomos.
"Gestión, gestión y gestión"
“Gestión, gestión y gestión”, fue la consigna de los republicanos tras asumir sus nuevas funciones. Una situación que JxCat ha querido aprovechar para poner contra las cuerdas a ERC mediante la figura de Tremosa, un eurodiputado sin experiencia empresarial --acredita, eso sí, su condición de becario en una asesoría-- pero con mucha vocación de activista independentista.
Nada más aterrizar en el departamento de Empresa comenzaron los problemas. Tremosa quiso dejar en ridículo a Aragonès por anunciar un fondo público-privado de 200 millones para empresas que, según el recién estrenado consejero, ya existía. Después vendría la lucha por la gestión de los fondos europeos para combatir la pandemia y, más recientemente, las filtraciones sobre las medidas anti-Covid. En solo una semana, Tremosa ha divulgado en dos ocasiones con anticipación los planes del Procicat (Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña) antes de que fueran aprobados en el Consell Executiu.
El tuit del subdirector de Protección Civil, Sergio Delgado, fue elocuente: “Lo que ha pasado es una falta de respeto total a técnicos y el trabajo que hacemos desde hace meses con el Covid, a ciudadanos que merecen tener certezas y no rumores, a actividades económicas afectadas por esta enorme crisis e instituciones que nos representan”. Demoledor.
“Es el ejemplo más palmario de la descomposición del Govern. A esquerra se le va a hacer muy larga la precampaña”, explica un diputado socialista, quien considera que la crisis en la consejería de El Homrani “es la gota que ha colmado el vaso. Se demuestra su incompetencia y eso lo está notando buena parte de la ciudadanía”. Quedan escasos tres meses para que los catalanes vayan a las urnas.