Dicotomía de Vox en Cataluña. El partido que preside Santiago Abascal maneja buenas encuestas para las anunciadas (sin fecha) elecciones al Parlament de Cataluña. La demoscopia favorable supone una paradoja: la fuerza que pilotan los primos Juan e Ignacio Garriga en la autonomía cuenta con siete veces menos afiliados que en la Comunidad de Madrid y solo una sede en Barcelona.
Lo muestran documentos internos a los que ha accedido este medio en pleno proceso de elecciones de los comités ejecutivos provinciales (CEP). Según las hojas de afiliados, Vox cuenta con 1.340 militantes en la provincia de Barcelona. La cifra es muy inferior al peso demográfico del territorio en España. En la Comunidad de Madrid, con población similar, Vox suma cerca de 9.800 fieles que pagan cuota. Valencia (2.660), Murcia (1.720) y Alicante (1.650) son también plazas con muchos menos habitantes que la Ciudad Condal y entorno, pero en las que el partido de Abascal logra más activistas de carnet. ¿Dónde más es fuerte la formación? Se acerca a los 1.500 militantes en Sevilla (1.430) y Málaga (1.420) --más que en Barcelona-- y ronda el millar en Asturias (1.010) y Zaragoza (970).
"Casa grande del patriotismo" en Cataluña
Con estos mimbres, Vox Cataluña o, más concretamente, Barcelona, única provincia catalana en la que supera los necesarios 500 militantes para celebrar elecciones internas, llama a sus fieles a las urnas. La candidatura oficialista la encabeza Juan Garriga, el actual presidente de la gestora que lidera la tercera fuerza en diputados en la segunda mayor ciudad española. Garriga llama a los suyos a apoyarle para convertir Vox en la "casa común del patriotismo social". Promete la formación "entrar en el Parlamento de Cataluña" y "poner fin a la impunidad criminal del separatismo, para devolver la dignidad a los españoles de bien" que viven en la región.
Madrid | 9.800 |
Valencia | 2.660 |
Murcia | 1.720 |
Alicante | 1.650 |
Sevilla | 1.430 |
Málaga | 1.420 |
Barcelona | 1.340 |
Asturias | 1.010 |
Zaragoza | 970 |
Baleares | 930 |
Si Vox logra parte de sus objetivos lo hará pese el ruido permanente de un sector crítico al que no consigue acallar ni integrar. Algunos de los militantes antiguos se han marchado y han recalado en Democracia y Libertad Popular (DLP), una plataforma de nuevo cuño liderada por José Antonio Gambero, ex boina verde del Ejército y fundador de los Grupos Antiterroristas (GAR) de la Guardia Civil. Otros siguen dentro y convergen en torno al guardia civil Jesús Rodríguez Pachón, líder de Vox en Terrassa (Barcelona). Este se presenta para regenerar el partido y ampliar su perímetro. Denuncia una caída de militantes del 50% y que la formación tiene solo una sede (Barcelona) en Cataluña, por cuatro en Asturias con mucha menos población. Otros han roto emocionalmente y aseguran que su voto en las próximas autonómicas catalanas --que se prevé que el president, Quim Torra, convoque cuando le inhabilite el Tribunal Supremo-- se desplazará a otros partidos del espectro derecho del constitucionalismo. Éstos censuran las primarias internas por permitir votar pese a deber cuotas: se pueden liquidar antes de depositar la papeleta.
Poca masa crítica, buenas encuestas
Cualquiera que fuera la oposición en casa, lo cierto es que las últimas veces que Vox ha salido a la calle ha mostrado poco músculo. En Barcelona, el partido llamó en junio a defender la estatua de Colón en plena resaca de las manifestaciones del movimiento global Black Lives Matter (BLM) y encajó un pinchazo al no poder rodear el monumento. En mayo de este año, el partido verde reunió apenas unos centenares de coches en la Ciudad Condal en la manifestación contra la gestión de la pandemia que ha firmado el Gobierno. En Madrid fueron miles. Dos meses después, una misa castrense en Tarragona atrajo a una docena de activistas. En algunas de estas ocasiones, las protestas las ha amplificado el acoso y asedio de los antisistema violentos, como ocurrió en el barrio del Raval de Barcelona la pasada semana.
La poca pegada en la calle contrasta con el buen rumbo del partido en las encuestas. Gad3 para La Vanguardia concedía el fin de semana 4 actas a Vox en Cataluña. Antes, el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión (CEO) en julio daba también un 4% de papeletas y tres o cuatro diputados la formación de Abascal en la región. La encuesta de Gesop publicada por El Periódico días antes afloraba un nuevo grupo propio en el Parlament: el de los verdes. Según esta cata demoscópica, la lista que encabezará Ignacio Garriga cosecharía entre cinco y seis actas en la Cámara de electos con poco más del 5% de los votos. Coincidió Electograph para El Nacional del mismo mes: el 3,8% de los sufragios y cinco diputados. Si logra representación y grupo propio en la región, la fuerza verde se recobrará del trompazo de las municipales, donde logró solo tres concejales en Salt (Girona).