La calle de Sabino Arana en Barcelona / CG

La calle de Sabino Arana en Barcelona / CG

Política

El debate sobre Sabino Arana: ¿debe ostentar una calle en Barcelona?

La polémica en torno al padre del nacionalismo vasco vuelve con fuerza tras el debate político de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre

2 noviembre, 2019 17:35

El debate de este viernes en TVE entre los principales partidos que concurren a las elecciones generales ha sacado a relucir el doble rasero de los poderes públicos con algunas figuras históricas de la derecha nacionalista. En concreto, respecto al padre del nacionalismo vasco, Sabino Arana

El dirigente de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, aprovechó la presencia del portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, para criticar al líder histórico nacionalista. En seguida las redes sociales se hicieron eco de la polémica y, este sábado, el debate sobre la figura de Arana sigue siendo de interés, hasta ocupar las primeras plazas de las tendencias en Twitter. 

Un líder racista y homófobo

Arana, a diferencia de otras figuras cercanas a la dictadura franquista, cuenta con mayor simpatía incluso por los partidos de izquierdas, pese a que su machismo o racismo estuvo siempre a la orden del día en sus escritos y reflexiones. Esta indulgencia con la derecha periférica hace que, por ejemplo, en Barcelona pueda existir una calle dedicada a Sabino Arana. 

"A pesar de toda su carga racista y anti española, Sabino Arana tiene una calle en Barcelona, mientras que Salvador Dalí, la figura más internacional de la cultura catalana que cometió el pecado de no ser nacionalista, no la tiene", critica un usuario en la red social. 

¿Memoria o revisionismo histórico?

Desde la pasada legislatura, el Ayuntamiento de Barcelona, liderado por la alcaldesa Ada Colau, ha priorizado la ejecución de una serie de medidas para restituir la dignidad de las víctimas de la dictadura franquista. Esta política de memoria histórica, sin embargo, no siempre ha convencido a los expertos, que han criticado el exceso de revisionismo histórico en algunas de las decisiones.

El debate sobre la retirada de nombres y estatuas de las plazas y las calles no es baladí. La Ley de la memórica histórica que aprobó el Gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero tuvo tantos defensores como detractores. El escritor Javier Cercas, que en un principio se posicionó a favor, acabó mostrando su crítica al considerar que se había convertido en una "industria de la memoria". Otros, como el escritor Andrés Trapiello,  formó parte del Comisionado Histórico del anterior Ejecutivo del Ayuntamiento de Madrid, defienden que se cambien aquellos nombres de personajes conocidos principalmente por su labor criminal. 

Otros casos de Colau

Las medidas de Colau han abarcado un pasado más lejano que el de la Guerra Civil. Es así como se han quitado placas o estatuas a personalidades como el Marqués de Comillas, acusado de "esclavista" o el almirante Cervera, héroe español en Cuba y Filipinas. Con estos precedentes, la plaza dedicada a Arana podría ser susceptible de entrar a debate.

Hay figuras, como la de Salvador Dalí, Josep Pla o Juan Antonio Samaranch, que contribuyeron respectivamente al desarrollo artístico, literario y deportivo del país, pese a su pasado o vínculos con el franquismo. Sin duda, es difícil fijar el límite, y la polémica con Aranda ha reabierto el debate.