El tribunal lamenta la "estrategia de 'demonización' de la Sala Segunda" que hizo la Defensa

El Tribunal Supremo ha valorado en su extensa sentencia otros aspectos que surgieron durante el desarrollo de la vista oral del juicio y que no atañen estrictamente a la pena y delito de los procesados, y sí a las "constantes recusaciones por parte de las defensas de los miembros del tribunal".

El fallo lamenta la "estrategia de demonización de la Sala Segunda" que, a su juicio, ha sido presentada no como un órgano jurisdiccional sino como "un grupo de siete disciplinados funcionarios dispuestos a ejercer la venganza del Estado por el proceso secesionista". Esta frase que ponen literal procede de algunas de las frases que han dicho los letrados en los medios de comunicación. 

Para desmentir esta acusación, la sentencia recoge los datos estadísticos del cuatrienio 2014-2018, que reflejan que los magistrados cuestionados han despachado 2.503 asuntos procedentes de Cataluña y en ningún caso han sido recusados. "Lo que hasta hace bien poco era visto por las defensas como la única instancia capaz de corregir las injusticias que pudieran anidar en alguna de las resoluciones dictadas por los tribunales radicados en Cataluña, ahora se ve como un tribunal del que hay que huir a toda costa".

El papel de Vox

La defensa de Jordi Cuixart planteó la vulneración de sus derechos fundamentales por la presencia del partido político Vox en el ejercicio de la acción popular. El tribunal asegura que "no es positiva la presencia de partidos políticos en el proceso penal en tanto que se corre el riesgo de trasladar al ámbito jurisdiccional la dialéctica e incluso el lenguaje propio de la confrontación política y por ello sería necesario abordar una regulación en esta materia para excluir ese riesgo".